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Guillian-Barré: la otra complicación del zika

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Redacción Guayaquil
Además del riesgo de microcefalia en mujeres gestantes, el zika puede derivar otra complicación: el Síndrome de Guillain-Barré.  
En dicho trastorno, el sistema inmunológico se altera y comienza a atacar al sistema nervioso periférico, lo que desencadena la pérdida de la sensibilidad de los músculos y la movilidad.
 “El zika es uno de los virus más leves en cuanto a la sintomatología. Pero lo que estamos tratando de hacer conciencia es que sus complicaciones, como microcefalia y Guillain-Barré, sí pueden tener consecuencias mortales”, manifestó Ricardo Beltrán, coordinador zonal 5 del Ministerio de Salud, el pasado miércoles. “Puede darnos zika y morir por un Guillain-Barré por una parálisis respiratoria”, añadió el médico. 

La acera es su penta grama

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En medio de la disonante sinfonía de bocinas y motores encendidos característica del centro de Guayaquil,  dos singulares solistas transmiten un oasis auditivo: Diana Verduga, al violín, y Justino Castro, al teclado. Mucho más al sur, en la esquina de Quito y El Oro, en cambio, Carlos Insúa hace de hombre orquesta al ritmo de vallenatos y cumbias.
Sus vidas son melodías escritas en diferentes claves, pero en el mismo pentagrama: la calle.
Salsa y cuñas con un solo teclado
Cuando comenzó a ‘cachuelear’ haciendo cuñas para pequeños locales  se ‘graduó’ de publicista especializado en aceras. No le hicieron falta el cartón ni la ceremonia. La música y la creatividad fluían en él, a diferencia de la Enfermería, que completó, pero nunca quiso ejercer.
Justino Castro lleva 45 años tocando el teclado. Desde hace aproximadamente uno se acomoda por las tardes en el portal de una tienda de maletas, situada en el centro de Guayaquil, con cuyos propietarios hace trueque de servicios. “Ellos me prestan la electricidad y yo les hago las cuñas”, precisa este autodidacta que comenzó a probar suerte con la música durante su adolescencia, en bandas de pueblo y orquestas.
Sus alegres acordes se entremezclan con la base rítmica preformateada de su Yamaha, al que le falta una tecla. De repente, combina la letra de la cumbia ‘Maldita violencia’ con una cuña artesanal. “No te olvides de que aquí están, para los niños, mochilas, loncheras...”, intercala con tono de voceador ambulante sobre la melodía de Gabriel Romero y su orquesta.
Acompañado de su instrumento, un parlante, un micrófono y un pequeño banco de plástico, este fluminense, de 63 años, sorprende con sus habilidades artísticas y publicitarias a los transeúntes que caminan por la acera de las calles Luque y Pedro Carbo. Algunos hasta se animan e interactúan con él.
Sus dedos parecen las piernas de dos bailarinas que juegan rayuela. Saltan entre las teclas negras y blancas, esquivando siempre la tecla rota y el re que aún no ha podido reparar.
“Hay pianistas bastante pianistas...”, señala en referencia a que él no aprendió a tocar en ningún instituto. “Pero soy el único que toca en los portales y sobrevive de esto”, remata con orgullo antes de hacer un paseo por algunos temas tropicales. No en vano lo apodan ‘Pura Salsa’ o ‘Salserín’, aunque también se ‘pega’ sus pasillos, cumbias, sanjuanitos y pasacalles.
Justino sacaba las melodías ‘de oído’, imitando a sus compañeros. Así fue como decidió invertir en un Casio de madera. “Después de comprarme mi primer piano acompañé a un payasito peruano. Con él estuve ocho años. Ahí aprendí lo cómico”, agrega el artista, quien en 1988 dejó los grupos y se dedicó de lleno al teclado y a las serenatas. Entonces aterrizó en la publicidad.
“Me llevaron a un almacén de piñatas. Luego a una pastelería. También toqué por una semana en una avícola hasta que en un robo se llevaron mis instrumentos. Y finalmente me contrató por cuatro años una cadena de supermercados”, enumera como si fuera la versión leída de un catálogo de clientes destacados de una gran agencia.
Justino, el hombre que improvisa avisos por 15 o 20 dólares -según el tipo de encargo-, también coloca una franela roja delante de su parlante para que el público le dé “su voluntad”. Aunque es consciente de que alguien como él, “allá en la ‘Yoni’, hasta se sobrepasa los 500 dólares por día”.

Virtuosa del violín con un brazo lesionado

Diana Verduga tiene cuatro grapas en el brazo derecho para que sus huesos y tendones se mantengan fijos. Nadie diría que el dolor le impide tocar su amado violín durante largas jornadas. Porque ella domina todos los géneros imaginables: tangos, pasillos, piezas clásicas...
Desde el Día de la Madre del año pasado ofrece sus conciertos en la esquina de Luque y Chile, de lunes a viernes, entre las 10:00  y las 13:00.
“Estoy aquí porque necesito dinero. Gano un sueldo, pero no me alcanza para mantener a mis tres hijos. Soy una mujer sola”, comenta Diana, quien por las tardes se desempeña como profesora de música en un conservatorio de la ciudad.
Ella es una mezcla de sueños y realidades duras. En su hoja de vida desbordan los logros: cantó en el coro regional de la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; fue miembro de la orquesta de cámara Antonio Vivaldi y de la Orquesta Juvenil del Ecuador, con la que viajó a Venezuela y Alemania; obtuvo el segundo lugar en el concurso del Centro Cultural Alemán; y durante seis años formó parte de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil.
Sin embargo, a finales de los noventa sufrió un accidente de tránsito que le provocó siete dislocaciones en su brazo derecho. “Durante un concierto el arco se me soltó de la mano. Eso se debió a que el problema estaba peor, hasta el punto de que no podía hacer la pinza para tocar ni para escribir”, detalla.
 Por eso, renunció a su trabajo y partió en 1999 hacia Estados Unidos con la intención de someterse a una operación. Allí permanecería dos años y medio.
Pero la intervención costaba 10.000 dólares y no tenía para pagarla. Así que, muy a su pesar, subastó su violín en un local de Nueva York. Recibió 8.000 dólares. Y obtuvo los 2.000 restantes gracias a una donación, en octubre del 2000.
“Le pedí a Dios que si me había dado esta habilidad desde niña, que no me la quitara. Así que le hice la promesa de que mientras tuviera bien mi brazo, tocaría para él. Y lo he hecho. Me siento bendecida porque puedo tocar, aunque me duele y tengo esas grapas”, reconoce.
A las penurias profesionales se sumaron las del corazón. Al año de regresar a Ecuador conoció al padre de sus hijos, una relación que “se tornó en un infierno”. De ahí que buscara independizarse y trabajar nuevamente como maestra de música, aunque su sueldo no sea mayor que la remuneración básica debido a que no tiene el título universitario.
Hay quienes se detienen a su lado durante varios minutos para disfrutar de temas como ‘Contigo aprendí’; ‘El día que me quieras’; ‘Ángel de luz’; y la ‘Danza húngara N° 5’, de Johannes Brahms. Y tras el  show, le dejan una propina en el estuche de su instrumento. De moneda en moneda, comenta que puede reunir cerca de 15 dólares diarios.
También hay quienes se aventuran a pedirle un número telefónico para futuros contratos, a lo que ella contesta entregándoles una tarjeta de presentación. Le gusta dar la mejor imagen de sí misma. “Soy como todo músico, romántica y melancólica. Esa es la naturaleza de un artista”, resalta antes de continuar su solo, en medio de una sinfonía urbana de cláxones, motores y tacones de oficinistas.

El percusionista orquesta

En la clave de sol que lleva tatuada en la muñeca hay trazos de sus inicios en la batería, cuando tenía ocho o nueve años; de su adolescencia repartida entre la balada y el rock, siempre con la guitarra a cuestas; y de los tres instrumentos de percusión que lo acompañan desde hace cuatro años.
La mano derecha de Carlos Insúa marca el ritmo, frenético y chispeante, con la caja vallenata, una especie de bongó de origen colombiano. Con la izquierda lleva el compás en la guacharaca, similar al güiro. Y con un palillo acomodado en su pie derecho toca el cencerro, mientras canta vallenatos y cumbias de Rafael Escalona y Alejo Durán.
Este guayaquileño, de 21 años, es un hombre orquesta que no tiene escenario fijo ni hora establecida para tocar. Se mueve por el sur y el centro de Guayaquil, así como por Cuenca, Quito o alguna playa.
Sentado en el bordillo de una jardinera, entre las calles Quito y El Oro, recuerda fascinado su primera tocada callejera.
“Un día salí con mi hermano a Las Peñas y vi una ronda de unas 15 personas con tambores, trombones y trompetas. Era una fiesta. Y me dije: ‘Qué cosa más bacán, siempre he querido estar ahí’”, relata el joven.
“Se viven cosas que no se experimentan en un teatro o auditorio. La gente decide si te quiere ver o no. Si se queda es porque de verdad le gustó tu show”, asegura mientras algunos curiosos observan su destreza asombrados.
Hace cuatro años él era un mero espectador. Hasta que los músicos de Las Peñas lo invitaron a debutar con ellos. “Los viernes, a las 22:00, nos reuníamos. En esa época también aprendí a hacer ‘clown’”, rememora.
En la calle conoció el lado más generoso de la gente. Del mismo modo que le prestaron una guitarra para que improvisara la primera vez, el público que disfrutaba de sus espectáculos solía recompensarles con comida y algo de beber.
“Lo hacíamos por placer, no recogíamos dinero”, añade con el romanticismo de quien no aspira a vender miles de discos, sino a alegrar el día a las personas que se paran ante él.
 A raíz de aquella experiencia, aumentó su interés por la cumbia y el vallenato, que ahora toca en solitario.
“En casa me puse a practicar independencia en la percusión, que es tocar un patrón distinto con cada extremidad para poder armar un ritmo con cada instrumento. Cuando lo tuve claro, volví a salir”, subraya.
A partir de entonces recorrió varias ciudades de Ecuador, aunque no le quedó más remedio que pasar el sombrero para financiarse el viaje. Incluso con una amiga llegó hasta Valledupar y Bogotá, en Colombia, donde tuvo la oportunidad de conocer la Carrera Séptima, uno de los sectores bohemios de la capital ‘paisa’.
“Me quedé enamorado de la facilidad que había allá para dedicarse a esto. Una calle peatonal donde te puedes ubicar donde quieras, donde encuentras hasta una banda de jazz con batería, bajo y amplificador”, destaca con la esperanza de que algún día se habilite un espacio similar en Guayaquil.
Aún no ha olvidado a aquella mujer colombiana que, estando en el Puerto Principal, se le acercó llorosa para pedirle que tocara más temas de su tierra. Necesitaba sentir de cerca su hogar a través de la música. “La gente es muy tímida, pero pierde la vergüenza enseguida. Son cosas mágicas porque nadie planea que en esa esquina, que en esa vereda de la ciudad, suceda algo así de forma repentina”, sentencia con una pícara sonrisa.

Exalumnos vicentinos saltan a la cancha

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Redacción Guayaquil
Los exestudiantes del colegio nacional Vicente Rocafuerte ‘sacarán chispas’ hoy en el campeonato de vicentinos 2016, categoría máster que se juega todos los fines de semana.
El equipo Cuarta VR, capitaneado por Xavier Narváez, director de Justicia y Vigilancia del Municipio de Guayaquil, buscará la clasificación a la fase final, midiendo al poderoso Cien por ciento vicentinos.
El cotejo se jugará hoy, a las 13:00, en la cancha de la institución, y el equipo Cuarta VR lo integran Xavier Narváez, Roberto Duarte, Alberto Suárez, Carlos Curipallo, Cristhian Santacruz, Manuel Coello, Napoleón Vargas, Byron Villalba, Jorge Tumbaco, Paúl Triviño, Juan José Idrovo, Omar Medina, Yandri Checa, Roberto Narea, Jorge Garcés y René Rodríguez.

Se ‘burló’ de lo que le pasó en el Miss Universo

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Miami, (Estados Unidos)
Dicen que reírse de sí mismo es la mejor terapia para afrontar los problemas y así lo hizo Ariadna Gutiérrez, la virreina del Miss Universo 2015 en la gala de los Premios Lo Nuestro, celebrada el pasado jueves en Miami, Florida.
Ella fue la encargada, junto al cantante urbano J Balvin, de revelar el nombre del ganador de la noche, pero ambos aprovecharon el momento y recordaron, ahora entre risas, el incómodo suceso que vivió la Miss Colombia en la gala más importante del mundo.
La colombiana le insistió al cantante que por favor no se equivocara al decir el nombre del ganador y en ese momento el auditorio ‘murió de risa’. 

Sentado en el volante, con cinco balazos

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El Triunfo (Guayas)En una guardarraya y sentado dentro del carro que conducía, quedó el taxista informal José Alfredo Sharupi Huijindia, de 38 años.El chofer recibió cinco balazos. Su cuerpo fue abandonado en la ciudadela El Paraíso, en el cantón El Triunfo, provincia del Guayas, informó el segundo jefe del Cuerpo de Bomberos, Eduar Franco.El cuerpo de Sharupi fue hallado la madrugada de ayer por transeúntes. 

Iban a robar banco en Guayaquil y otro en Manabí

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Redacción GuayaquilNo tenían relación entre ellas, pero sí los mismos planes. Una banda delincuencial planificó el asalto a una institución financiera de Guayaquil y otra haría lo mismo en un banco de Manabí.La ejecución de estos hechos estaba prevista para ayer, pero la Unidad de Inteligencia Antidelincuencial (UIAD) se les adelantó. Durante la madrugada, los investigadores desarticularon esos y otros cuatro grupos delictivos, en las provincias de Imbabura, Pichincha, Manabí y Guayas. 

Acusó a hermano de violar a hija y sobrina

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Redacción GuayaquilAproximadamente a las 17:00 de ayer, una mujer acudió a la Unidad de Delitos Flagrantes, del Cuartel Modelo, para denunciar a su hermano, de 15 años, de haber abusado sexualmente de su hija (de 10) y una sobrina (7).El temor que la menor de las niñas tenía al ir a la casa de su madre, hizo sospechar a su padre de que algo malo ocurría en dicho hogar.“Papi, no quiero ir donde mi mami, mi tío me hace cosas feas”, expresó la infante. Los exámenes médicos realizados a la pequeña comprobaron que ella fue violada.El progenitor de una prima de la chiquilla también se preocupó ante este hecho. Después de saber lo ocurrido con su sobrina política, el señor le preguntó a su exconviviente si lo mismo le habría ocurrido a sus hijos, de 10, 9 y 8 años.Tras interrogar a sus niños, la mujer escuchó la confesión de su hija de 10 años. “Mi muchachita se quedó callada y después de unos segundos me dijo llorando: ‘Sí mamá, a mí también me tocaba. Él es malo’”, narró la madre.La señora acudió a la casa donde habita el sospechoso, pero fue recibida a golpes e insultos por parte de sus propios familiares, quienes no creen que el muchacho haya cometido dichos abusos.“Por eso acudí ante las autoridades, para que a mi hija le hagan la valoración médica. Ahora siento pavor, porque temo que el padre de mis hijos lo mate al enterarse; y prefiero verlo preso, aunque sea mi hermano”, manifestó la señora. (AEB)

Orden de prisión para sospechoso de robo de computadoras

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Daule (Guayas)El juez Óscar Coba Vallas, de la Unidad Judicial de Daule, ordenó prisión preventiva para Máximo Acosta Murillo, de 20 años, por el delito de receptación, al estar presuntamente implicado en el robo de 21 computadoras, de la escuela Raquel Naranjo Galán, del recinto Petrillo, de Nobol, provincia del Guayas, hecho ocurrido el pasado fin de semana.Los agentes de la Policía Judicial de Daule le seguían los pasos de cerca a los antisociales, quienes la madrugada del miércoles fueron interceptados en el ingreso al recinto Artillería, de Petrillo. Tres desconocidos fueron detenidos mientras sacaban al hombro varios sacos de yute que contenían computadoras con todos sus accesorios. 

¡Liberaron al ‘hombre del borrego’!

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Redacción GuayaquilCon lágrimas de emoción y un “Gracias a Dios, ¡al fin se hizo justicia!”, Teodora Anchundia celebró la libertad de su esposo Francisco Sampedro junto con sus hijos y conocidos.Era la respuesta que esperaba desde hace unos tres meses cuando su pareja fue detenida cuando transportaba un monigote de borrego, en una de las últimas protestas sociales realizadas en Guayaquil.Fue el juez Fernando Vergara quien ordenó la liberación de Sampedro.Lo hizo una hora después de instalar la audiencia de evaluación y preparatoria de juicio que se instaló a las 13:30, en una de las salas de la Unidad de Flagrancia de Guayaquil. 

Vuelven las gargantillas de los 90

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De terciopelo negro o con apliques ¿La recuerdas? Así era este icónico accesorio que regresa a la moda.

Cómo andar por cada terreno

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Por un parque, por la playa, por la ciudad... Cada terreno tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y requiere unas medidas, esfuerzo, concentración y precauciones especiales.

Asfalto, aceras. Es una superficie dura que absorbe poco los impactos de la pisada y repercuten en el cuerpo. Para evitar que las piernas sufran por la poca absorción del impacto, elige un calzado que tenga una buena amortiguación, sobre todo si tienes sobrepeso.

Ideas y soluciones

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Remedios ingeniosos para resolver algún contratiempo en la cocina. Buenas ideas que reducirán tu esfuerzo y conseguirán mejores resultados.

No dejó que le dieran ni una rosita

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Un poncho azul cubría su vestimenta negra ataviada con lentejuelas . ‘A lo ecuatoriano’ ingresó Ana Gabriel hasta el escenario del coliseo Rumiñahui, en Quito, la noche del pasado viernes, donde la esperaban miles de fanáticos.
“Como se pudieron dar cuenta, salí con un poncho ecuatoriano y lo hice por el solo hecho de sentirme orgullosa de estar, una vez más, con ustedes aquí, en Quito”, fue la primera  frase de ‘La diva de América’ antes de empezar a interpretar sus temas.
Sin embargo, la cantante mexicana no permitió a sus seguidores que le lanzaran rosas para ovacionarla, ni mucho menos tocar sus manos. Según la artista tomó la medida para evitar accidentes, ya que se acercaban mucho a las rejas que los separaban del escenario. Esta actitud incomodó a muchos fanáticos.

¡El llanto tenebroso de la sirena enamorada!

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El mar empezó a temblar y el viento se quejaba. Una mancha de sangre se extendió sobre el océano, como evidencia del ‘festín’. ‘Risueño’ había caído al agua y su cuerpo fue devorado salvajemente por un tiburón. Esta vez, Sara no pudo hacer nada para salvarlo. Su muerte hizo que la sirena soltara un llanto desgarrador que, según viejos taxistas, hasta hace algunos años aún solía escucharse por la playa de Punta Carnero, en el cantón Salinas, de Santa Elena.
Este balneario, conocido por sus residencias ‘aniñadas’, torneos de surf y hermosos atardeceres, fue considerado por muchos peninsulares como un ‘sitio encantado’ debido a sus leyendas, entre ellas la de aquella mujer con cola de pez que volvió loco de amor a un marinero.
En la década de los 30, al capitán Juan Largo se le metió ‘entre ceja y ceja’ cazar a un enorme escualo, al que llamó ‘Rayo’ por su escurridiza rapidez. Esta bestia se transformó en su capricho y objeto de venganza. El navegante perdió uno de sus tres barcos pesqueros, ‘Lucerito’, tras un ataque del enorme animal, que terminó comiéndose a dos de sus tripulantes.

ENAMORADO DE LA SIRENA

Con ‘la sangre en el ojo’ compró otra nave, a la que nombró ‘Ingratitud marina’, y salió en busca del tiburón. Al valiente oficial siempre lo acompañó el ‘Risueño’, su amigo de adolescencia y bebedor contumaz. Al parecer, el licor era el sabor que despertaba sus sentidos e invocaba a Sara, la hermosa sirena que una vez le habría salvado la vida. En una de sus travesías, un pulpo gigante destrozó la embarcación y ‘Risueño’ naufragó. La bella nereida rescató al marinero y lo llevó a un escondite para atenderlo. Así fue como nació su idilio con el extraño ser. Días después de la tragedia, el romántico borracho fue hallado inconsciente en la playa El Murciélago de Manta.
Pero esta vez no corrió con la misma suerte. Cuando ‘Rayo’ volvió a arremeter, ‘Risueño’ resbaló de la cubierta del barco y fue a parar a las fauces del tiburón. El capitán encendió unos explosivos y se lanzó sobre la bestia. La detonación acabó con el animal, Juan Largo y su ‘Ingratitud marina’.
Muerto el marinero, nació la leyenda que aún se escucha en nuestros días. Cuatro miembros de la tripulación escaparon en un bote y sobrevivieron. Ninguno de ellos vio alguna vez a Sara, pero el modo en que su difunto amigo hablaba de ella la convirtió en una compañera más de viaje, con autonomía animada y cuerpo sintáctico.
‘Risueño’ la traía a la vida con cada sorbo de alcohol. Dibujada por la luna, en la soledad del silencio, ella lo abrigaba con su presencia en las noches de vigilia en alta mar.

SIGUE VIVA LA LEYENDA

Entre los que mantienen vivo el mito está el doctor Guillermo Castro, expresidente de la desaparecida Corte Suprema de Justicia. A inicios de 1980 su familia adquirió el terreno donde asegura que funcionaba la pensión en la que se hospedaron Largo y su tripulación, ubicada en el área que separa Punta Carnero con el sector de Mar Bravo.
En 1994, Castro creó una hostería y la llamó Puerto Aguaje, para conservar el nombre que tenía originalmente en la década de los 30 y que, hasta ahora, se mantiene como punto de referencia de este pequeño perímetro de Punta Carnero. En el lugar, construyó estatuas para representar al capitán, ‘Risueño’ y la sirena; y escribió un cuento sobre la leyenda. Hace cinco años, demolió el inmueble para levantar lo que actualmente es un centro religioso y recreacional.
“No he visto nada extraño ni espíritus en el sector, pero hace años hubo personas que afirmaron haberse topado con los fantasmas de estos personajes y escuchado el cantar de Sara”, expresó el exmagistrado. Entre sus ayudantes en el hostal está Ernesto Rodríguez, tataranieto de Clarito Rodríguez, uno de los integrantes de la tripulación que sobrevivió al ataque de ‘Rayo’ y hundimiento del ‘Ingratitud marina’. “Los taxistas no querían hacer carreras por la noche hasta este sector. Algunos juraban haber oído el llanto de la sirena”, comentó Ernesto.
Años atrás, el tramo comprendido entre Puerto Aguaje-Punta Carnero y La Diablica, de la carretera que conecta La Libertad con Anconcito, era considerado como tenebroso.
En horas de la noche, los taxistas y conductores particulares evitaban pasar por el lugar por el temor de ver a la sirena y que ella se los llevara a las profundidades del océano; o quedar locos de amor, atraídos por los mismos encantos que conquistaron a ‘Risueño’ y que terminaron siendo un sueño matador.

“MI AMIGO ENFERMÓ Y DESPUÉS FALLECIÓ”
Luis González Lavayen, de su 64 años, lleva 41 como taxista. Este chofer recuerda que, a partir de las 22:00, casi no se encontraban vehículos en la vía a Punta Carnero. “Nadie quería viajar por allí, ni así pagaran una millonada. Se escuchaban tantas cosas que era mejor abstenerse”, comentó el conductor, quien tenía un amigo de nombre Miguel que también fue taxista y, en una ocasión, se arriesgó a pasar por el lugar. Al día siguiente, amaneció enfermo y poco tiempo después murió.
“Me comentó que encontró un carro de lujo estacionado y pensó que necesitaba ayuda. A las personas que estaban dentro solo se las veía de espaldas. Al acercarse y golpearles el vidrio de las ventanas, estas se voltearon y sus rostros eran desfigurados. Mi amigo enfermó y después falleció”, aseveró Luis.
Hólger Rosales, tiene 59 años y 40 laborando de taxista. Él es otro de los choferes que conoce la historia de Sara. “Los primeros conductores de autos que pasaban por ese sector comentaban sobre aquello. Yo no vi, pero en ocasiones que me tocó pasar por ese lugar en horas de la noche me daba escalofrío”, aseguró. (JL)

¡La resurrección de los viejos acetatos!

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Sofía se concentra. Quiere recrear a los Beatles cruzando el mítico paso cebra de Abbey Road que, allá por 1969, inspiró la portada más emblemática de la banda británica.
Diseña con mimo, como si pintara un lienzo, durante 24 horas. Una vez terminada la obra, introduce el disco en la cortadora láser. Un fino hilo rojo de luz perfila el acetato hasta modelar las siluetas de John Lennon, Ringo Starr, Paul McCartney y George Harrison. El proceso apenas dura quince minutos.
Hace treinta años, los discos de acetato se vendían por millones. Ahora se han convertido en piezas de colección. Pero Sofía Terán y Serkan Ozturhan dieron un paso más y decidieron convertirlos en obras de arte, en las que plasman a aquellos personajes, personalidades o familiares que el cliente desea recordar para siempre.
“Se convirtió en una nueva manera de entregar algo a ese ser por el que estamos locos. Tenemos clientes que llegan a inmortalizar algún momento especial, a un ser querido que falleció o a animales como perros, gatos y hasta caballos”, explica Sofía mientras supervisa un nuevo corte en la máquina láser.
Hace ocho meses, esta arquitecta e ingeniera en seguridad industrial puso en marcha Crearte Quito junto a Serkan Ozturhan, de origen turco. La misión de la empresa es hacer revivir los elepés y darles una nueva vida, más allá de su uso convencional.
Sus trabajos, que también incluyen siluetas de estrellas del cine y grupos de rock, han traspasado las fronteras de Ecuador y se  venden en otros países como Venezuela, Chile o Colombia.

RECOLECTA COMPLICADA

Antes de comenzar con los discos, Sofía y Serkan utilizaban la madera. Pero pronto se dieron cuenta de que debían arriesgarse, salir de lo común y buscar un material original. Al principio les costó recopilar un número suficiente de unidades para empezar a laborar, debido al valor sentimental que los elepés tienen para quienes aún los conservan. Así que ahora, cada mes compran la materia prima, unos 150 acetatos, a un vendedor que se los apaña para suministrarles.
Los discos deben estar en perfectas condiciones, sin raspones ni roturas. Pero si presentan algún defecto, tampoco los desechan, sino que los usan para modelos “que requieren mucho corte” como, por ejemplo, para inmortalizar a Spiderman lanzándose desde un imponente rascacielos.
“Es complicado, pero afortunadamente tenemos un proveedor que nos manda el material desde Ambato, lo que nos permite diseñar nuevos modelos y renovar a menudo nuestro catálogo”, destaca Sofía.

“Nuestra técnica es única”

Desde la saga de Star Wars, Harry Potter, Rápidos y Furiosos, cantantes como Bono de U2, ACDC, The Beatles, entre otros, forman parte del repertorio ‘musical’.
Serkan comentó que esta idea de cortar los acetatos existe en países de Europa, pero no con la magnitud que ellos le dan aquí.
“Nuestra técnica es única, ya que damos mas realismo, lo llevamos a otro nivel, a lo que el cliente nos pide, siempre estamos innovando y actualizando nuestros diseños. Recién sacamos una producción del grupo One Direction para las mujeres, que los admiran mucho, mientras que para los hombres los grupos de rock ganan más adeptos”, manifestó.

Vajillas, tarjeteros y otras nuevas propuestas

Antes de llevar a cabo el trabajo, Serkan y Sofía conversan con el cliente para conocer sus gustos. En ese instante dibujan un boceto, que se digitaliza en el programa de diseño. Cuando ese primer paso concluye, envían una al interesado para contar con su aprobación antes de llevar a cabo el resto del proceso.
“Por ejemplo, convertimos un disco en un reloj, algo que resulta muy llamativo. A veces, la gente simplemente se lleva el disco para adornar algún local. Esto es arte temático también, ya que los tienen en bares, restaurantes, consultorios dentales y empresas que han visto una nueva alternativa de plasmar algo”, indica Sofía.
Aunque han recibido pedidos de otros países, desean llegar con  sus propuestas a más rincones del territorio nacional. Ese es su sueño en estos momentos.
“Esperamos cumplirlo, porque además empezaremos con la elaboración de vajillas, tarjeteros y otras cosas que se pueden hacer con los acetatos”, concluye Serkan.

‘Toreros’, a sumar 3 más

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El ‘embalado’ Barcelona recibe hoy a Fuerza Amarilla y si gana esos tres puntos le caerían como anillo al dedo a la hinchada que anda emocionada por esas dos victorias en seguidilla.
Los ‘toreros’ llegan a este partido con 6 puntos ante un equipo orense que viene de empatar en su casa ante Mushuc Runa.
Ante River Ecuador, los ‘amarillos’ fueron contundentes (3-0) y por esa razón el DT Guillermo Almada no variará mucho esa formación. El único que ingresa desde el inicio del cotejo sería el hábil Érick Castillo en reemplazo de Ely Esterilla.

‘Pillado’ con arma en un colegio

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Un revólver calibre 38 fue decomisado la tarde del viernes dentro de un colegio, localizado en la Nueva Prosperina. Personal administrativo del plantel observó el momento en que el joven, de 18 años, estudiante del centro de educación, lanzó el arma por la ventana que da a la parte externa del establecimiento y otro menor de 17 años la tomó e intentó huir con la misma.
El chico fue detenido y trasladado hasta el Centro de Adolescentes Infractores (CAI), mientras que el mayor de edad  al Cuartel Modelo.

“Me quedé con lo que tengo puesto”

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Sudado, mojado y con la  impotencia de ver su casa destruida, Lupo Hernán Zambrano, de 60 años, reiteraba que “solo me quedé con lo que tengo puesto”.
Alrededor de las 08:30 de ayer, él acudió a un taller  esquinero, ubicado en las calles 16 y la E, en el suroeste de Guayaquil, para ver si hacía un trabajo y a los pocos minutos lo llamaron porque su casa de construcción mixta se quemaba.
Cuando él llegó, unos vecinos, entre ellos John Quevedo, procuraban echar agua al interior de la vivienda y sofocar el fuego.
Forzaron el candado para ingresar, pero las llamas se habían expandido en la habitación en que vivía el sexagenario y consumieron el piso de madera hacia la planta alta que estaba desocupada.

Lo asaltaron con arma de juguete

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La luz roja del semáforo, la cual indica que un vehículo debe detener su marcha, fue aprovechada por dos individuos que la tarde de ayer con una pistola de juguete asaltaron a un señor que circulaba en su vehículo por las calles Ayacucho, entre Pedro Moncayo y avenida Quito.
El afectado denunció en la Unidad de Flagrancia del Cuartel Modelo que en el instante en que se cometió el asalto él llevaba la ventana del carro abierta por lo que el tipo que tenía el revólver se lo puso en la cabeza.
 “Te reviento los sesos si no  me das los teléfonos”,  fueron las palabras de uno de los sujetos. En ese momento la víctima, quien viajaba en su carro acompañado por su esposa, tomó los celulares y se los entregó “para evitar que el asaltante dispare”.

No pagó ‘rescate’ y le quemaron el vehículo

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La policía  busca a los integrantes de una banda delincuencial dedicada al robo de vehículos y extorsión. Estos habrían quemado un auto la tarde del viernes, cerca a la ciudadela Horizonte Azul, en Manta, y que estaba reportado como robado.
El propietario de un Fiat blanco acudió el jueves a la Fiscalía y presentó la denuncia sobre la sustracción del vehículo, ocurrido esa misma tarde en el centro del puerto manabita.
“Al parecer, los delincuentes solicitaron dinero al dueño y como se habría negado a pagar  denunció el caso a la policía, entonces como represalia lo quemaron”, indicó uno de los agentes que investiga lo sucedido, pero solicitó la reserva de su identidad.
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