Se lo hizo saber al mundo a través de un mensaje en la red social Twitter. Belén Menegazzo, hermana de una de las dos argentinas asesinadas en Montañita, no cree en la versión de la justicia ecuatoriana sobre la confesión de uno de los supuestos autores del doble crimen.
“Sería ridículo creer la versión oficial de estos dos perejiles (detenidos la madrugada de ayer en el balneario de Santa Elena). Por favor, ¡hagamos justicia!”, tuiteó ayer Belén en su cuenta.
El fiscal Eduardo Gallardo, quien investiga el asesinato de Marina Menegazzo y María José Coni, reveló a una radioemisora argentina parte de la confesión que realizó uno de los sospechosos del caso.
Las jóvenes le habrían manifestado “a su amigo” -uno de los capturados la madrugada de ayer en Montañita- que no tenían dinero para hospedarse, entonces este les ofreció posada.
“El sospechoso manifestó que se fue con una de las señoritas a un dormitorio. La muchacha se molestó y lo empujó; y él, que estaba ebrio, se enojó, tomó un palo y le propinó un golpe en la cabeza”, expresó Gallardo en declaraciones para radio La Red.
El fiscal agregó que -según el detenido- este se habría dirigido al otro dormitorio, “donde estaba su amigo con la otra muchacha y vio que había mucha sangre. Aparentemente la otra joven tenía una puñalada, pero todavía estaba con vida”.
Renato Menegazzo, padre de Marina, descartó que las chicas se hayan quedado “sin dinero”, tal como indicó en su confesión uno de los dos detenidos.
Menegazzo confirmó que tres días antes de perder contacto con ellas, habían sido víctimas de un robo en el hostal donde se alojaban.
Los últimos díasCon sus mochilas al hombro, María José Coni y su amiga Marina Menegazzo se alistaban para viajar a Guayaquil y retornar a su natal Mendoza. Tenían previsto llegar el fin de semana y ver a sus familias.
El lunes 22 de febrero, aproximadamente a las 14:00, dejaron el hostal en el que se habían hospedado en los últimos 11 días que disfrutaron de Montañita.
La idea de ellas habría sido pedir un aventón con algún otro viajero para que las traslade hasta el Puerto Principal, porque supuestamente se habían quedado sin dinero.
Esta teoría es la que tratan de aclarar los agentes que recogen pistas de los últimos pasos de las turistas, para confirmar la escalofriante confesión del detenido Segundo Ponce Mina, quien les brindó posada para que pasaran su última noche.
El ministro del Interior, José Serrano, manifestó que el mencionado sospechoso, confesó que ese lunes, entre las 20:00 y 20:30 lo buscó su ‘pana’ Eduardo de la A Rodríguez, para comentarle que dos chicas argentinas estaban en el bar ‘La abogadita’.
De la A llevó a su amigo y se lo presentó a las turistas. Ambos entablaron una conversación con las chicas. Durante el diálogo, De la A le habría dicho a Ponce Mina que ellas no tenían dinero y que ya se regresaban a su país.
Por la hora, según la confesión de Ponce Mina, quien trabajaba en dicha comuna como guardia, él les ofreció su vivienda para que pernoctaran. De la A, con unos tragos encima, fue el encargado de llevarlas al sitio para que pudieran dormir.
‘Entonados’ y con ganas de sexoSegún los investigadores, Ponce Mina llegó ebrio a su casa aproximadamente a las 02:00. Las jóvenes no estaban en el lugar porque salieron a comprar una gaseosa. Luego, ellas regresaron con De la A, quien también estaba alcoholizado.
Ya ‘entonados’, el guardia y su ‘pana’ quisieron ser atentos con las turistas. Ponce Mina hizo pareja con María José, mientras que De la A emparejó con Marina y se ubicaron en otro espacio de la vivienda que en realidad era un “casucha”, según manifestó Serrano.
Ponce Mina habría confesado que él intentó tener relaciones sexuales con María José, pero ella reaccionó negativamente, alejándose de él y trató de salir de la vivienda; pero el guardia cogió un palo, la siguió y la golpeó en la cabeza. Cayó al piso y murió.
Casi en el mismo momento, en la otra habitación donde Marina estaba con De la A, la joven tuvo una suerte similar a de su amiga. Aparentemente también se resistió a las pretensiones del sospechoso y fue atacada con un cuchillo, con seis cortes en el cuello. (IC)
Apoyo de MacriEl presidente de Argentina, Mauricio Macri, se comunicó con las familias de las turistas asesinadas en Montañita. El mandatario manifestó a través de Twitter su apoyo a los parientes de las víctimas y calificó a la situación de “tristísimo momento”. Además, Macri precisó que puso a disposición de ellos la asistencia legal que necesiten y al embajador argentino en el Ecuador.
Mientras que José Guevara, presidente de Actores Turísticos de Montañita, institución que agrupa a los empresarios del lugar, solicitó acciones urgentes a las autoridades.
“Este es un hermoso lugar y no se le puede impedir a nadie que no venga, pero es urgente que se sanee, porque hay jóvenes vagos que no vienen a hacer nada y son estos los que ocasionan desordenes acá”, enfatizó Guevara. (IC)
En corto
Sospechoso se delatóEl ministro Serrano indicó que Ponce Mina fue el encargado de limpiar los cuerpos, los lavó, los metió en las bolsas, los embaló y aproximadamente a las tres de la tarde del 23 de febrero los sacó y en una carretilla de recoger la basura los llevó a unos 400 metros de la vivienda.
“Primero abandonó el cuerpo de María José y el de Marina pretendió ocultarlo”, explicó el funcionario. El 25 de febrero se reportó al ECU-911 el hallazgo de un cuerpo, el cual fue trasladado a la morgue sin identificar.
“Por denuncias en redes sociales (de la desaparición de las chicas) y del Cónsul de Argentina, se iniciaron las averiguaciones”, acotó el ministro.
Luego de confirmar que el primer cuerpo encontrado el 25 de febrero era de una de ellas, según explicó Serrano, “se hizo un barrido en Montañita, en las inmediaciones de donde hallaron el primer cadáver, y encontraron el cuerpo de la otra chica”.
Además, el secretario de Estado añadió que “el autor confeso se presentó a la Policía tratando de desvirtuar lo sucedido. Él dijo que un carro color concho de vino, sin placas, estuvo en el sitio; y que aquel día, cuando él se acercó, ciudadanos de acento extranjero habían hecho unas llamadas”.
Esta versión, refirió el ministro, levantó sospechas en los agentes que le pusieron el ‘guante’ y en los interrogatorios habría confesado lo que hizo.