A Jesús del Gran Poder le debe su vida, el aliento que cada día tiene para andar, por eso el primer viernes de marzo acudió ante su imagen, en la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles -más conocida como San Francisco-, oró y después se persignó.
De cabellos plateados, María Cepeda se paró frente a la gran imagen, emitió su plegaria y luego se ubicó para escuchar la misa.
Magdalena fue otra devota que con fervor emitió sus plegarias y siguió la misa. Ella dijo ser una fiel devota de esta advocación, enraizada entre los católicos de Guayaquil.
“Lo sigo desde que era joven. Tendría unos 30 años cuando empezó a difundirse su devoción y por eso no fallo el primer viernes de cada mes”, mencionó la segunda creyente, y a la vez recordó las jornadas en las que se levantó el altar para la imagen.
Como ellas, otras decenas de feligreses -de rodillas, parados o con una inclinación- diariamente le hacen homenaje a Jesús del Gran Poder en el templo porteño, donde hoy se inicia su novena.
DESDE QUITOFray Ernesto Echeverría, párroco de la iglesia San Francisco, explicó que la devoción a Jesús del Gran Poder comenzó en Quito, en 1962, y el padre Francisco Fernández la extendió en el país.
Para este propósito, añadió el religioso, Fernández mandó a tallar dos réplicas de la imagen, del mismo tamaño de aquella que se admira en la capital. Una fue trasladada a Riobamba y la otra permanece en el templo guayaquileño desde 1963.
La procesión con esta imagen, en Domingo de Ramos, la comenzó el padre Rafael Loza, en el año 1983. Este año se cumplen 33 años del recorrido de fe que se hace en el centro de Guayaquil, al inicio de la Semana Santa.
El padre Echeverría comentó que la devoción a Jesús del Gran Poder se refleja a través de las intenciones por las que se ofrecen las misas durante el año y especialmente en los días de novena.
CON CUCURUCHOSAsí como en la tradicional romería en la capital ecuatoriana efectuadas el Viernes Santo, durante las últimas tres procesiones en Guayaquil la imagen estuvo acompañada de los penitentes vestidos con capuchas moradas: los famosos cucuruchos.
“El primer año caminaron 30 con trajes prestados”, apuntó Enrique Albán, líder de la Hermandad de Jesús del Gran Poder.
Este año se han inscrito 100 personas y usarán trajes confeccionados en un taller de Riobamba.