Algunos lo vieron por última vez el 5 de marzo de este año, paseando “tranquilamente” por el centro de Montañita, enfundado en una camiseta roja. Otros se toparon con él, “su esposa y sus hijos” el fin de semana anterior. Aquella vez, portaba “una gorra” similar a la que lucía en la imagen publicada por el Ministerio del Interior el 7 de octubre de 2012, tras su captura.
El regreso del lituano Saulius, conocido como el ‘Ruso’, desconcertó a los vecinos, que lo creían preso. Porque las fuerzas de seguridad polacas, en una operación conjunta con la Policía Nacional de Ecuador y la DEA estadounidense, lo habían detenido en Varsovia hacía tres años, junto a un ucraniano y dos letones, tras una entrega controlada de 28,12 kilogramos de cocaína.
El departamento de José Serrano, en un comunicado, detalló entonces que Saulius era el supuesto líder de una organización dedicada al “tráfico internacional de drogas y al lavado de activos”. El grupo, al parecer, operaba desde Montañita, donde el ‘Ruso’ vivía con su familia.
Paralelamente a la actuación en suelo europeo, en Ecuador cayeron su esposa, nacida en Ucrania; un ciudadano ruso; una mujer colombiana; el también lituano Daniel Rozenberg; y los ecuatorianos Fanny Patricia Quiñónez, Franklin Virginio Rodríguez y Luis David Abad (más tarde se arrestaría a Víctor Iván Barreto, séptimo más buscado de Guayas). Las identidades fueron publicadas por el Ministerio del Interior, que dio por sentada su implicación.
REACCIONES“Pensábamos que Saulius estaría en la cárcel. Aquel asunto tuvo mucha repercusión acá”, relata a EXTRA una residente que prefiere no revelar su identidad por “miedo” a posibles represalias. Un segundo lugareño, también desde el anonimato, se pregunta por qué ha vuelto: “¿Qué querrá hacer ahora?”.
El ‘Ruso’, que arribó a Montañita hace unos diez años, “no parecía conflictivo”, aunque a más de uno le chocó que se estableciera en la comuna. “Su dinero atrajo a mucha gente, que lo recibió con los brazos abiertos”, apostilla otro vecino.
Nadie parece saber con certeza si Saulius fue condenado por las autoridades judiciales de Polonia. El único dato que consta en el expediente, colgado en la web de la Función Judicial, lo aportó el mismo mando ecuatoriano que había elaborado el informe de la operación. En una de las audiencias, realizada en 2013, afirmó que el supuesto líder estaba “cumpliendo una pena” en dicho país europeo.
Por el contrario, la documentación de la Función Judicial sí recoge la sentencia firme decretada contra los siete procesados en Ecuador (la mujer colombiana no aparece en la lista). Dos fueron declarados inocentes. En concreto, un “músico profesional” ruso y la mujer de Saulius, esta última “por la abstención de acusación de la Fiscalía”.
Pero Víctor Iván Barreto, en grado de autor, fue condenado a ocho años de reclusión mayor y una multa de cien salarios mínimos; Franklin Virginio Rodríguez y Daniel Rozenberg, como cómplices, a tres años de cárcel menor y al pago de ochenta salarios mínimos; y Fanny Patricia Quiñónez y Luis David Abad, en calidad de encubridores, a un año de prisión correccional y una multa de sesenta salarios mínimos.
HOSTERÍAS Y VIVIENDASEn 2012, la Policía Nacional intervino un inmueble en Manglaralto, propiedad del presunto cabecilla y su esposa; otro en Montañita, donde residía la pareja en régimen de alquiler; y cuatro hosterías de la localidad, que la organización arrendaba a distintos propietarios: el Paradise South, La Barranca, el Machu Picchu Económico y Machu Picchu Suites, hoy regentados por un conocido empresario iraní y sus dueños originales.
Todos han modificado los nombres de los establecimientos y están dando un nuevo giro a los negocios. El primero se emplaza en el extremo noroeste del pueblo y lo dirige Kami Kamram, quien también posee el lujoso hotel Dharma Beach y el Lost Beach Club, famoso por sus fiestas de música electrónica.
Entre otros motivos, Kamram adquirió el Paradise South porque no deseaba tener un hostal “descuidado” en las proximidades del Dharma. “Cuando lo compré, estaba mal manejado. Y nosotros dependemos de los comentarios de TripAdvisor. Ahora hemos arreglado cosas”, precisa.
Las dos fases del Machu Picchu, situadas cerca del puente que divide la comuna, pertenecen a dos ecuatorianos. El propietario del más asequible lo rebautizó con un nombre hebreo. Confiesa que ahora solo busca vivir “tranquilo” y que jamás volverá a alquilarlo: “Me lo incautaron dos años y sufrí muchas pérdidas. Poco a poco me he recuperado, pero la casa se estropeó”.
El otro hostal se anuncia como “habitaciones tipo suite”. No hay más letreros identificativos en la fachada. Al igual que en el caso anterior, una persona cercana a los administradores certifica que estos tampoco desean arrendarlo. “Aquello les afectó. Arrastraron el problema durante unos tres años”, lamenta.
Lo mismo le sucedió a la propietaria de La Barranca, que la había rentado “por doce meses” al supuesto jefe del grupo y su esposa. Tras “año y medio” con el local clausurado, tuvo que afrontar grandes gastos y cambió la razón social para empezar de cero. “Ocurrió un domingo. Estaba en el extranjero y tuve que volver de inmediato. Fue un caos. Ahora prefiero quedarme los 365 días del año, pero no pienso alquilarlo. No puedo caer en lo mismo”, destaca.
EL RESTO DE LA OPERACIÓNDurante la actuación de 2012, la Policía Nacional aprehendió, además, cuatro inmuebles en Guayaquil, dos de ellos pertenecientes a la compañía Hybridcorp S.A., cuya representante legal era Fanny Patricia Quiñónez. Estos se ubicaban en el edificio World Trade Center, en la avenida de Miraflores, la urbanización Puerto Seymour (vía a la costa) y El Fortín.
Los investigadores también decomisaron 85.921 dólares (el departamento de Serrano dio una cifra de 82.921, pero la suma de las cuantías que desgranó arroja 3.000 más), 48.000 euros y tres vehículos.
El Ministerio del Interior especificó que el grupo presuntamente estaba relacionado “con organizaciones narcodelictivas” de Polonia; Panamá, donde habrían conseguido el dinero para adquirir la cocaína; y Lituania.
Al parecer, sus integrantes traían el alcaloide de Perú y lo transportaban a Europa con “embarcaciones marítimas, contenedores, correos humanos y paralelos...”.
A partir de ese instante, las especulaciones se dispararon en Montañita. Hubo quienes dijeron que, tras las detenciones, habían extraditado a Saulius a su país de origen. Otros incluso apuntaron que había muerto. “En un lugar tan pequeño, la gente habla más de la cuenta”, admite un morador.
DEVOLUCIÓN DE LOS BIENES MUEBLES INCAUTADOS A LA MUJER
En un auto dictado el 26 de junio de 2015, la jueza del Tribunal Tercero de Garantías Penales ordenó la devolución de “todos los bienes muebles” incautados a la esposa de Saulius, incluyendo los 28.220 dólares que la Policía Nacional le había requisado durante el allanamiento llevado a cabo en su casa de Montañita el 7 de octubre de 2012.
Tal vez ese sea uno de los motivos por los que la pareja haya regresado al pueblo, ya que hasta el 23 de febrero no se había hecho efectivo el reembolso.
Peor suerte corrió Fanny Patricia Quiñónez, gerenta de Hybridcorp S.A. Aunque presentó una petición para que le entregaran las propiedades de la empresa intervenida, la magistrada la rechazó debido a la sentencia condenatoria que se había dictado previamente contra ella.