Nadie se imagina a un mosquito como un “jinete apocalíptico” . Sin embargo, esta pequeña criatura ha puesto a temblar al mundo durante los últimos dos años debido a la rápida propagación del zika, especialmente en Brasil y Colombia, los dos países con mayor números de casos.
Mientras los servicios de salud tratan de contener al virus, videntes y conocedoras de saberes ancestrales se muestran preocupadas, pues para ellas esta es una clara protesta de la naturaleza ante las acciones destructivas que los seres humanos llevan siglos practicando contra ella.
“La selva nos ataca porque la estamos depredando. Lo que hacen los insectos y los animales es declararnos la guerra y, de alguna manera, pagamos por el karma”, expresa la vidente Shirley Barahona al tirar las cartas para analizar el impacto del zika a nivel mundial.
Descubierto en 1947, este mal ha alertado al planeta luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo definiera como un virus que “se expande de manera explosiva”.
A juicio de Barahona, a la humanidad le hace falta una purificación espiritual y conectarse un poco más con la Tierra, con los animales y con las plantas. Por eso cree que, de esta manera, la Madre Tierra nos hace un ‘halón de orejas’. “El ser humano ha perdido la inmunidad. Se ha hecho muy delicado por vivir en la civilización”, apunta a EXTRA.
Pero según sus interpretaciones, esta no es la única enseñanza que el zika quiere dejar en la población.
Entre las sugerencias que hicieron recientemente la OMS y otros organismos internacionales de salud, figuran evitar las relaciones sexuales con personas que hayan visitado lugares donde existan casos y usar métodos de protección como el preservativo, ya que según los estudios “se han registrado algunos casos en los que la transmisión parece haberse hecho por vía sexual”.
Ante esta realidad, sentencia: “El zika, el dengue o el sida, entre otros males contemporáneos, son como una advertencia al ser humano de que no debe andar regalando amor ni su ADN, y que tiene que enfocarse más en la espiritualidad”.
La ‘Reina Menasx’, cartomántica y conocedora de saberes ancestrales, también evaluó el panorama de esta enfermedad en el planeta. “Muchas de las cosas que nos han pasado son por los desórdenes de la propia humanidad. Muchas culturas, a través del tiempo, han buscado la perfección. Y lo que no cumpla estos parámetros han tratado de exterminarlo”, sostiene convencida.
A través de las cartas y los astros, la experta asegura que ha visto “ambición, orgullo y egoísmo” de por medio, antivalores que hacen perder el norte a los seres humanos.
Menciona, además, que “a veces jugamos a ser dioses, a querer ser parte de la creación misma” y que esa rebeldía impide apreciar a la humanidad en su esencia.
Por esa razón, ‘Reina Menasx’ considera que este tipo de sucesos deberían aprovecharse para generar una reflexión colectiva.
“Nuestro planeta no necesita más gente exitosa, necesita pacificadores, sanadores, promotores de principios, valores y derechos humanos. Necesita personas de buena voluntad, que se conduzcan con razón y humanismo”, recomienda vehemente.
“ALGO SALIÓ MAL”Sin embargo, también hay quienes sostienen que la propagación de esta y otras enfermedades contribuye a la disminución de la población mundial, que hasta el año pasado era de aproximadamente 7.376 millones de personas.
Victoria Durán, magíster en Psicología, afirma que este tipo de epidemias están relacionadas con las propias reglas de la evolución.
“La humanidad siempre tiene que preservarse y dejar a los más fuertes. Entonces, nuevos científicos juegan con la genética y salen este tipo de inventos para que solo queden los más aptos”, opina.
Algunas iniciativas científicas, como aquella en la que se liberó mosquitos genéticamente modificados para luchar contra la reproducción de las hembras de Aedes aegypti, transmisoras del virus, le generan desconfianza.
“Se dice que en Asia están creando un grupo de mosquitos especiales para que se coman al del zika. Entonces, no es que este insecto salió y mutó. Si son capaces de crear uno que contrarreste es porque ya lo habían hecho antes”, se cuestiona, pues cree que el virus podría ser una estrategia empleada para controlar el aumento poblacional.
Las dos expertas en cartomancia también se manifestaron al respecto.
“En el fondo, en esto del zika hay algo más de por medio, algo que salió mal, que no debía haber pasado, pero pasó”, valora ‘Reina Menasx’, quien lamenta que los más afectados sean “los niños que nacen con sus cabezas reducidas (microcefalia)”.
Desde su punto de vista, la vanidad de los seres humanos al experimentar con la manipulación genética ha comenzado a cobrarse víctimas: “Se les fue de las manos”.
Mientras tanto, Barahona se aventura a predecir que “como ha avanzado la ciencia, también cabe la posibilidad de que algunas farmacéuticas hayan desarrollado enfermedades para vender más de sus productos”.
MEDICINA NATURISTA PARA COMBATIR A LOS INSECTOS Los mosquitos existen desde la Prehistoria. Por lo tanto, desde la antigüedad el hombre había buscado la manera de minimizar su impacto y molestias sin alterar el ecosistema.
Shirley Barahona, por ejemplo, menciona al palo santo como el preferido por excelencia por los aborígenes de la Costa.
“Las enfermedades son demonios; y el humo del palo santo espanta a los demonios”, enfatiza sobre los usos variados que se le daba a la madera de este árbol.
Además, menciona que ingerir el jugo de cinco limones en ayunas ayuda a elevar las defensas del sistema inmunológico.
El ‘yachak’ (sabio) Gerónimo, experto en medicina y saberes ancestrales, menciona otra receta para mantener a raya a los insectos. “Se pone a sahumar la estopa de coco y se la agrega clavo de olor y polvo de canela”, explica.
En caso de que el paciente contraiga zika, chikunguña o dengue, aconseja utilizar fracciones de papa para bajar la fiebre.
“Se colocan dos en la parte frontal de la cabeza, dos bajo las axilas y dos en las ingles”, detalla.
“La papa contiene penicilina. Con esto hacemos que la fiebre interna salga y cuando está fuera, agarramos agua y nos bañamos”, recomienda no sin antes sugerir el consumo de llantén “para fortalecer el sistema inmunológico” y el hervido de ramas de eucalipto “para que salgan el mal ‘huaira’ (viento), enfermedades energéticas, respiratorias o transmisibles”.
Francisco Licuy, investigador y capacitador en medicina alternativa botánica de los pueblos indígenas de la región amazónica ecuatoriana, también menciona que existen al menos 15 plantas propias en esa zona que ayudan a aliviar el malestar que producen las picaduras de mosquitos y otros insectos autóctonos.
Por ejemplo, la ‘pychana kiwa’, conocida como tiatina, sirve de cicatrizante. De igual manera lo hacen la pungara o carcina y la ‘tzikta’ o pectilla. Con este mismo objetivo se pueden emplear el mortiño, el apunpo cara o naranja agria, la ‘chundaruku wask’, la ‘caracha panga’ y hoja sarnera y la pitón o ‘grias neuberthii’.
La ‘wambula’ o barbasquillo, así como la ‘puka tzikta’ o atuzan morada y la ‘nina kuru panga’ (quitasol negro) sirven de analgésico.
Otras plantas con la misma función son la ‘chiri wayusa’, conocida como jazmín flor de mayo, el ‘abio panaga’ o caufel, la sangre de drago y la ‘awaspanga’.
“Nuestro trabajo no es adivinar, es tratar de inducir a la ciudadanía a que utilice la medicina ancestral, que es la materia prima con la que se procesa cualquier tipo de antibiótico”, aclara Gerónimo.
EL BOSQUE DONDE NACIÓ LA PESADILLA El virus toma su nombre del lugar donde fue descubierto hace casi 70 años: el bosque tropical de Zika, ubicado en la ciudad de Entebbe, a 23 kilómetros de Kampala, la capital de Uganda, en el continente africano.
Según un reportaje que emitió la BBC en enero pasado, se trata de “un lugar silencioso, casi de ensueño, formado por 25 hectáreas de exuberante vegetación”. Pero en sus entrañas también alberga “40 especies de mosquitos”.
La primera vez que se supo de este virus fue en 1947. Lo hallaron en unos monos, siete años antes de que se detectara la primera infección en humanos.
La reserva donde fue descubierto pertenece al Instituto de Investigación de Virus de Uganda desde 1962 y ahora su acceso está restringido al público.
Julius Lutwama, virólogo jefe de la entidad, destacó a la cadena inglesa que en ese lugar los mosquitos “no pican a humanos, prefieren los animales” y que, en siete décadas, solo ha habido dos casos confirmados de zika en el país. “Fue hace muchos años”, recordó.Para él, los cuerpos de los afectados desarrollan el problema porque no están adaptados o porque no gozan de la inmunidad que tendrían si antes hubiesen sido infectados por virus similares. (LLl)