Germania Salazar, GuayaquilSiente que se queda paralizada y sin oxígeno en los pulmones cada vez que, supuestamente, se le presentan dos espíritus que aseguran ser sus verdaderos padres. ‘Anahí’ también visualiza una cabeza con cuernos que se posa al pie de su cama. Según ella, el espectro le dice que “su alma le pertenece”.La joven decide contar su historia a EXTRA cuando los espíritus, al parecer, no se encuentran en la casa. Por eso se muestra tranquila y deseosa de compartir su angustia.“Llevo meses viendo y hablando con muertos. En enero se murió mi bisabuelo y, esa noche, mi tía y yo bajamos al patio. Al pasar por un pasillo oscuro vi a un muerto que venía corriendo hacia mí. Del pánico me tiré encima de mi tía. Luego mis familiares me echaron agua bendita. Sentí que todo mi cuerpo me quemaba”, cuenta ‘Anahí’ desde una silla en la sala de su hogar, ubicado al sur de Guayaquil.Pero lo que más le aterra es ver a esos dos espíritus que dicen ser sus progenitores. “Me cuentan que su hija falleció y que me parezco mucho a ella. Por eso me siguen e insisten en que debo irme con ellos”, narra preocupada.“Me guiaron a hacer unos dibujos sobre el lugar donde, al parecer, podrían estar enterrados. Es una tumba situada en Santo Domingo de los Tsáchilas”, manifiesta la joven porteña.En varias ocasiones preguntó a estos espectros cómo se llamaban. Pero solo uno llegó a responderle.Su nombre sería Zarafay.Cuando la madre de ‘Anahí’ la regaña, a menudo aparecen ellos para sugerirle que no le haga caso. La situación aún es más dramática cuando la progenitora y su hija están juntas, ya que los seres astrales le halan su negra, brillante y larga cabellera.
LA MUERTE LA ACECHAA menudo la incitan para que se suicide. “Ya lo he intentado más de una vez”, asevera mientras muestra las muñecas de ambos brazos y remarca que no consume ningún tipo de drogas o bebidas alcohólicas.Los espíritus le han anunciado que algún día se la llevarán. Por eso está dispuesta a recibir todo tipo de ayuda espiritual.Su madre la ha llevado a psicólogos y a ciertas iglesias para que la liberen de los entes, pero estos continúan acechándola. Para María, su hija es víctima de un fenómeno paranormal. Porque cuando reza, los espíritus se desesperan y la chica comienza a hablar con una voz muy grave. “Eres mía”, suele vociferar.‘Anahí’ explica que el espíritu femenino que dice ser su madre viste un lindo traje blanco: “Tiene la tez blanca, ojos verdes, pelo largo. Pero no posee cejas y su cara presenta algunos cortes”.
CABEZA CON CUERNOS“También veo una cabeza con cuernos que se me presenta en la cama. Esta se posa junto a mis pies. Se ríe y me dice: ‘No te voy a dejar en paz’”, señala temerosa.A la poseída se le hace difícil leer la Biblia porque los entes le emborronan las letras y le aprietan el cuello.Cuando está a punto de culminar su aterrador relato, empieza a inquietarse, un denso olor a azufre se apodera de la estancia, su cuerpo tiembla y ella enmudece. Entonces su mirada se torna maléfica e, inmediatamente, agacha la cabeza y se agarra las manos justo antes de que se escuche el rugido de una bestia. Las cuatro personas presentes en la habitación oran.Según María, madre de la joven, su hija se vuelve muy fuerte cuando está poseída, por lo que se ve obligada a llamar a otros allegados para que la ayuden a sujetarla.Las rezos de los presentes en el nombre de Jesús no parecen surtir efecto, porque ‘Anahí’ permanece inmóvil, pero con una sonrisa burlona.El ambiente se vuelve tenso. Cuando María alza unos lentes que coge de una silla, situada enfrente de donde se encuentra la poseída, resalta que los siente muy pesados. La mujer atribuye este hecho a la presencia de los malignos.La señora tiene miedo, porque las presuntas posesiones de su hija comenzaron hace siete meses, cuando unas compañeras del colegio jugaron a la güija en el patio.Ese día, la muchacha pasó cerca del lugar en dirección al baño. Y una vez llegó al aseo, comenzó a notar cosas extrañas que, con el paso del tiempo, se han convertido en una pesadilla que no parece tener fin.