Ingresar al club Éxtasis es entrar a un mundo de millonarios. Este peculiar night club cinco estrellas, donde las chicas ganan alrededor de 12.000 dólares al mes y un cliente puede gastar hasta 14.000 dólares en una noche, llama la atención.
Un guardia espera al cliente en la puerta principal. Luego de hacer el reconocimiento a la persona que va a ingresar al club, mediante radio y algunas señales, la puerta de color crema se abre.
Lo primero que se puede observar es una gran cantidad de carros de lujo en el parqueadero. Desde el Hummer color amarillo, camionetas doble cabina y autos pequeños, que en su mayoría son de las propias chicas que trabajan en el club.Al bajar del vehículo, algunas cámaras de seguridad vigilan el movimiento del cliente hasta llegar a otra puerta donde lo recibe otro guardia.
Este celador revisa al visitante por segunda ocasión, pregunta qué necesita y al responder y cancelar los 27 dólares de la entrada, ingresa al hall donde existen dos guardias más y una persona que recibe al empresario, jugador de fútbol o político para conducirlo hasta una mesa.
OTRO MUNDO
Una vez adentro, el paraíso se abre ante los ojos: diosas belgas, colombianas, brasileñas, cubanas, venezolanas y ecuatorianas dan la bienvenida. Este club cuenta con alrededor de 50 extranjeras y siete nacionales, además de un grupo de bailarinas que deben acudir una hora antes de que se abra el local para repasar la coreografía y escoger la ropa para el show.
Las chicas no pueden usar jeans, ni vestimenta no apropiada. Aquí prima el first class y el glamour. Todas las modelos, como se las conoce dentro del club, usan vestidos de diseñadores personales o algunos reconocidos. Cada una tiene su propio asesor de imagen, estilistas, maquilladores, los cuales deben ponerlas regias antes de iniciar la jornada de trabajo. El club cuenta con un camerino, que simula un gabinete de belleza. Ahí las modelos escogen que prenda ponerse para captar la atención del cliente.
Al salir al ruedo, los grupos de amigas esperan en asientos de piel o terciopelo, mientras escuchan música electrónica, toman un trago, fuman o conversan entre ellas.
Jefferson Torres, relacionador del club, comenta que el lugar es toda una estructura comercial y no solo un night club: “nosotros somos una empresa, tenemos desde el jefe de recursos humanos, departamento de contabilidad, relaciones públicas. Cumplimos 21 años en el mercado, somos el club más costoso de la capital, tenemos las mejores chicas, los tragos más caros y eso capta la atención del cliente más pudiente”. LOS PRIVADOSCon cuatro salas, Éxtasis da al cliente la privacidad de tener toda una mini habitación con televisión, música, tragos y asientos.
Estos pequeños lugares, con ventanales grandes y vista a la sala principal donde se observa el show, son una gran ventaja para los magnates.
El cliente es el dueño de su sitio, puede pedir la música que desee, escuchar las canciones de su preferencia por horas, mirar videos, compartir con las chicas y beber los tragos que quiera. Inclusive tiene su propio mesero, quien puede ganar solamente en propinas alrededor de 1.200 dólares en una sola noche.
“Los meseros tienen un trato muy especial con los clientes. Ellos ganan el salario básico y depende si al cliente le gustó el servicio, las propinas son muy grandes, pueden ir desde los 800 a 1.200 dólares. Eso es una oportunidad para los muchachos, quienes logran que las mismas personas los contraten para algún evento privado”, señaló Torres. NO SOLO DE SEXO VIVE EL HOMBREEn este night club no solo se tiene sexo. Los clientes también lo frecuentan para cerrar negocios y pasar un momento agradable con amigos y amigas.
Sí, también amigas. Éxtasis permite el ingreso de mujeres, ya que además de ser un sitio exclusivo para hombres, las féminas tienen su espacio para bailar, comer y tomar un trago.
“Aquí la gente viene a ver el fútbol, cerrar negocios, pegarse un trago, comer algo, estar en el karaoke. El cliente viene por las chicas, ese es el plus adicional y si quiere tener sexo, es totalmente normal. Acá viene gente a cerrar contratos, bailar y comer. Vienen grupos unisex, sobre todo en despedidas de solteros”, expresó Torres. HABITACIONES DE LUJOLas habitaciones parecen ser de un hotel cinco estrellas.
El ingreso a las diez habitaciones está custodiado por la señora Ruth, quien desde hace nueve años es la encargada de tener todo en orden y cumplir con los pedidos que el cliente tenga durante los 45 minutos de placer.
Al ingresar a una de las habitaciones, los lujos priman. Espejos gigantes en las paredes, camas inmensas, cobijas de terciopelo, jacuzzi, plasmas gigantes, mini refrigeradores con algunos tragos para la ocasión, bata y pantuflas de baño, los mejores perfumes (diez para ser exactos). El cliente se encuentra en el paraíso, con mujeres hermosas y un servicio óptimo.
“Los clientes no son muy exigentes pero siempre se les debe cumplir con lo que piden. Si necesitan champagne en el jacuzzi, aromatizantes y todo ese tipo de cosas. Debemos estar muy atentas a lo que nos diga y al mismo tiempo cuidar de las chicas porque a veces tienen clientes borrachos”, explica Ruth.
“El cliente puede o no tener relaciones sexuales. El costo de la habitación va desde los 100 a los 450 dólares. Las chicas son las que ponen el valor con el caballero. Desde que entras a la habitación tienes 45 minutos para tener sexo, algunos prefieren solamente la compañía de las chicas, conversar, mirar la televisión. En cambio otros cumplen sus fantasías sexuales”. BUEN BILLETE AL MESÉxtasis es considerado uno de los night clubes más caros de la capital.
Un poco reservado, y guardando la confidencialidad del caso con los nombres de algunos clientes, Jefferson explica que las chicas pueden ganar hasta 12 mil dólares mensuales y un cliente en una noche puede gastar hasta 14 mil.
“Para nosotros es normal ver una cuenta de tres mil dólares en una noche, pero sí tenemos gente que gasta más de diez mil dólares.
Ese tipo de clientes tiene preferencias y nosotros ya sabemos con qué persona estamos tratando. Si gasta tanto, él es el dueño del club. Puede decirle al DJ qué tipo de música quiere, pedir las chicas que más le agraden y si a los demás no les gusta deben aguantarse”, explica Torres.
Detrás del mostrador, un cliente alto, con ropa de marca y algunos tragos en la cabeza, canceló 650 dólares por el servicio sexual.
¿Si eso gastan los clientes, las chicas ganan como reinas? En medio del ruido, Jefferson manifestó que las mujeres ganan entre cuatro y doce mil dólares mensuales.
“Una chica en una sola noche, especialmente las extranjeras, que son las más apetecidas, gana 800 dólares. Algunas tienen dos o tres clientes y pueden ganar hasta 1.200. Ellas comisionan por todo, desde el trago hasta el aromatizante. Todo lo que hacen en una noche es para ellas, la casa no se queda con nada, dice el hombre.
“Algunas son casadas, tienen sus propios autos, saben varios idiomas, algo de cultura general para poder conversar con el cliente. Tienen dos días libres a la semana, timbran como en cualquier empresa, tienen su carné de salud al día. Hay chicas universitarias que trabajan sábados y domingos, ganan 800 dólares y se van”.
En este club existen inclusive membresías para los socios más frecuentes: Platinum (3.000 dólares), Gold (6.000) y Black (10.000 dólares), esta última permite ingresar hasta quince amigos al bar con todos los gastos pagados.
El dueño de la Black card puede llevarse a la chica de su preferencia a viajes, que lo acompañe a citas de negocios fuera del país o pedir a la modelo para que la llevemos a la reunión social donde se encuentre.
REDES SOCIALES
Este club cinco estrellas está también inmerso de lleno en el mundo de la tecnología y redes sociales.
En la página de Facebook recibe al día 130 visitas para conocer las instalaciones y las chicas, las cuales tienen su propio álbum de fotos en esta red social.
“Esa es una iniciativa que la empezamos a usar. Tenemos mujeres de otras partes del mundo que quieren trabajar con nosotros, nos envían sus fotos y si al dueño del club le gusta la mandamos a traer, les ponemos el pasaje de avión, les damos hospedaje hasta que consigan algún departamento y se estabilicen económicamente”, finalizó.
En este lugar trabajan cincuenta personas durante toda la noche entre meseros, cajeros, personal de seguridad y por supuesto las lindas chicas.