Con el rostro un tanto cansado, pero con la llama del optimismo encendida en el corazón, Hugo Pachaicela cuenta las horas para abandonar la habitación de hospital que es testigo de los tres meses de lucha que el destino le obligó a vivir.
Era la tarde del 11 de diciembre del 2012, cuando el joven de 27 años se movilizaba en su motocicleta por la avenida Diego de Vásquez, sector de Carcelén, norte de Quito, pero el sonido de su celular hizo que se detuviera detrás de un tanquero para contestar. Eso es lo último que recuerda.
“La gente me cuenta que escuchó un tremendo sonido y vieron que una furgoneta se impactó contra mi y me fue arrancando el brazo”, señaló el muchacho.
El accidente ocurrió cerca de su lugar de trabajo, por lo que uno de sus compañeros se acercó a ver lo que había ocurrido y se dio cuenta que Hugo era la víctima de la impericia de un conductor.
“Mi compañero llamó de inmediato a mis jefes y ellos se comunicaron con el doctor José Ruiz, quien había dado la orden de que colocaran la parte del miembro que se desprendió en el interior de una funda con hielo”, indicó Pachaicela.
Desde ese día los conocimientos médicos hicieron que Hugo pudiera recuperar su extremidad.
“ES UNA EXPERIENCIA DE VIDA”Hoy, al mediodía, Hugo regresará a su hogar, en donde sus tres pequeños hijos lo esperan ansiosos para volver a jugar.
“Quiero estar ya en mi casa, cierro los ojos y solo me imagino poder tener a mi familia a mi lado”, dijo el valiente padre.
Luego de la serie de intervenciones a las que se ha sometido, Hugo sabe que esta es una nueva oportunidad de vivir.
“Dios sabe lo que hace con nosotros y lo que me pasó es una gran enseñanza de vida”, manifestó.
Mientras la voz se le quebraba, pero las lágrimas no se escapaban, Hugo comentaba que su hijo menor, de apenas 5 años, lo sigue esperando para poder jugar carnaval.
“Es bueno saber que tengo mi brazo, pero sí me da un poco de tristeza porque yo era arquero y durante este tiempo no podré jugar, eso sí el trabajo me espera”, comentó.
Aseguró que apenas se sienta más estable volverá a trabajar como mensajero, para continuar siendo el jefe del hogar y seguir consintiendo a sus tres pequeños tesoros.
“Estamos desesperados por tenerlo en la casa, ahí todo será diferente, incluso se recuperará más rápido”, concluyó Norma Alvarado, esposa de Hugo, quien hace poco perdió su trabajo, pero no pierde las fuerzas para continuar luchando. (MBM)
“Dios le pague”Hugo está muy agradecido con el médico que puso tanto empeño para salvar su extremidad. Sin embargo, la deuda que dejó la compleja cirugía lo mantiene un poco preocupado.
“Si alguien nos puede ayudar Dios le pague, pero si no, tengo que seguir trabajando fuerte”, comentó.
Si usted desea colaborar con el valiente hombre y su familia puede hacer cualquier donación a la cuenta de Produbanco 12050140316. Seguramente Hugo y los suyos le agradecerán eternamente.
UN EXPERTO LO SALVÓ“A las 17:00 del 11 de diciembre el paciente sufrió una amputación de su extremidad y a las 18:00 iniciamos el proceso de reimplantación de la parte del miembro superior”, dijo el galeno.
En apenas 50 minutos el especialista actuó para salvarle la parte del brazo que Hugo había perdido.
“La cirugía duró más de 12 horas, reconstruimos primero la parte vascular, posteriormente los nervios y finalmente se recuperó la musculatura”, dijo José Ruiz, experto médico cirujano del Hospital de Los Valles.
Hugo afirmó que a los tres días de haber estado en el hospital recuperó la conciencia, sin saber qué había ocurrido.
“Cuando me desperté, pensé que solo fue un mal golpe el que tuve, pero jamás imaginé la magnitud de lo que me había sucedido”, dijo.
Una enfermera le manifestó que debía cuidarse, pues perder una parte del brazo y volverla a recuperar no es nada sencillo. “Cuando la enfermera me dijo aquello me di cuenta que había quedado sin brazo, pero cuando me vi lo tenía, no me explicaba cómo sucedió”, manifestó emocionado Hugo.
Luego de la eficiente cirugía, el médico tuvo que llevar a cabo 34 cirugías menores para devolverle un brazo completamente recuperado.
“Tener la satisfacción del deber cumplido es un sentimiento hermoso”, dijo el galeno, quien, según las investigaciones, es el único en el país en realizar este tipo de reconstrucciones.
A las 13:30, aproximadamente, Hugo salió de una limpieza rutinaria. Su brazo lucía como si tan solo hubiera soportado un raspón.
“El paciente recuperará la sensibilidad y la movilidad, tendremos que esperar unos 3 años para que vuelva a realizar las actividades cotidianas, pero gracias a la rehabilitación física eso será posible”, señaló el especialista.
Gracias a la exitosa intervención de un experto médico ecuatoriano Hugo podrá volver a realizar todas las actividades con ambos brazos. “Lo único que no podrá es hacer demasiada fuerza, pero por lo demás todo volverá a la normalidad”, concluyó Ruiz.