La bahía de Santa Rosa es el sector más importante que tiene este puerto pesquero que lleva su mismo nombre.
Diariamente a este lugar concurren decenas de personas, entre comerciantes, turistas y pescadores que van y vienen en busca de las delicias del mar.
Aunque es uno de los sitios que mueve la economía del cantón Salinas, es también uno de los más abandonados.
Sus calles de ingreso y salida están en precarias condiciones y, por la falta de alcantarillado sanitario, con el eviscerado de los peces, la sangre de estos se acumula en pequeños charcos que dan mal aspecto y con el paso de las horas se torna pestilente.
Tanto pescadores como comerciantes anhelan transitar en unas vías en buen estado.
LO BACÁN
Trabajo en todos los días del año
El intenso ritmo de trabajO, que diariamente se cumple en este lugar, aumenta desde que un grupo de pescadores arriba en sus pequeñas embarcaciones con recipientes de las diferentes especies de peces.
El clima no detiene a estos artesanos. Ellos se mantienen firmes en su actividad, tanto en pleno sol o bajo torrenciales aguaceros.
“Cuando llueve y hace frío la gente quiere comer más pescado o cuando hace el sol fuerte hay más pesca, por eso gracias a Dios el trabajo es todo el año”, manifestó Samuel Mejillón, propietario de una de las lanchas que anclan en la playa de Santa Rosa.
EL PROBLEMA
Olor insoportable en la bahía
Pero este lugar, donde laboran aproximadamente 2.000 pescadores, se encuentra abandonado. En el sector reina el desorden y la insalubridad. Tal situación se agrava cada vez que llueve.
Con una ligera garúa, la carretera -que está llena de baches- se vuelve un lodazal, dificultando el acceso de los vehículos que obligatoriamente ingresan para transportar la pesca.
Cuando el sol es muy fuerte, el mal olor se dispersa con la brisa. En diferentes áreas se percibe el olor nauseabundo debido a la putrefacción de las vísceras de los pescados, que algunas veces son arrojadas al mar por la falta de alcantarillado sanitario.
Los trabajadores aseguran que en reiteradas ocasiones los directivos de la cooperativa pesquera han pedido a la alcaldía de Salinas para que les den una pronta solución al inconveniente, pero lamentablemente aún no conocen cuándo el problema será superado.
“Esperamos una pronta solución, nos dicen que el Municipio está endeudado, entonces que alguna autoridad provincial nos ayude; este lugar es una bomba de tiempo por tanta insalubridad”, manifestó el comerciante Segundo Vélez.
EL PERSONAJE
Quevedeño cambió la agricultura por el mar
JosÉ Arias, de 60 aÑos, a quien conocen como “Viejo zambo”, es un quevedeño amante de este sector peninsular.
Él llegó a tierra santaelenense hace 25 años, ilusionado por encontrar una mejor fuente de trabajo que le ayude a la manutención de su familia.
Su decisión de cambiar de ciudad se dio porque un hermano que vivía en esta zona le comentó que en la pesca se ganaba bien.
Por eso abandonó la agricultura de su tierra natal, armó maletas y se radicó en Santa Rosa. Lamentablemente en uno de sus viajes en alta mar fue asaltado por los piratas y desde ese entonces prefiere ganarse la vida en la limpieza de los peces.