Conocida como “la capital” o “imperio del mueble”, Atahualpa, ubicada a 20 kilómetros de la capital peninsular, cumplió 72 años como parroquia rural del cantón Santa Elena.
Tener una nueva iglesia católica y ver reforestado los campos con árboles maderables, como a inicios del siglo XX, son las principales aspiraciones de los pobladores.
El Municipio de Santa Elena se comprometió a construir el templo y el pasado 15 de marzo, día de las festividades de la parroquia, llevaron el material a utilizarse en la obra, lo cual causó regocijo en los lugareños.
Las autoridades locales solicitaron a varios organismos, como la Prefectura y el Magap, ayuda para la reforestación. Esperan tener respuesta favorable para sembrar guayacán, cedro, laurel, entre otros árboles.
LO BACÁN
Calles asfaltadas y aceras adoquinadasUno de los anhelos de los moradores de esta parroquia es el mejoramiento de sus calles. Es por eso que con mucha satisfacción celebraron a lo grande la inauguración de los 10.220 m2 de vías asfaltadas de las avenidas Santa Elena, Bolívar Panchana, Antonio José de Sucre y 5 de Junio.
Pero no solamente cuentan con sus calles pavimentadas, también les hicieron aceras y bordillos; y colocaron las respectivas señalizaciones. “Ahora sí, Atahualpa parece una ciudad. Estamos muy contentos con esta gran obra porque es señal progreso”, expresó el lugareño Julio Villón.
Los trabajos ejecutados por la Prefectura de Santa Elena, con una inversión que ascendió a 234.721 dólares, fueron entregados a los habitantes durante el aniversario de esta población.
La Junta Parroquial también inauguró el parque Eloy Alfaro, a un costo aproximado de 70.000 dólares, financiados con recursos propios.
Además tienen planificado construir un local en el barrio 9 de Octubre que servirá para la atención de las personas de la tercera edad.
EL PROBLEMA
Poca maderaDe los 3.532 habitantes de Atahualpa, el 82% de ellos se dedica a la elaboración de finos muebles de sala, comedor, dormitorio y otros, que son exhibidos en medio centenar de mueblerías existentes en el lugar.
La diferencia del mueble elaborado en este sector es la creatividad y el fino acabado que le dan los artesanos. “El mueble que fabricamos aquí es garantizado, porque solo trabajamos con buena madera y se hace tal como pide el cliente. De allí nuestro éxito”, afirmó Iván Clemente, de 46 años.
Todos los artesanos de la parroquia lamentan la disminución del guayacán que antes utilizaban como materia prima para todo tipo de trabajo.
“Ese tronco sí era durable, ni la polilla le entraba. Ahora es difícil conseguirlo y las cosas que se fabrican con esa madera son más costosas”, declaró Celso Soriano, presidente del gobierno parroquial.
El funcionario agregó que en la actualidad se trabaja en el reposicionamiento de la marca “Atahualpa”, en los muebles que se elaboran en esta población. La tarea ha sido encomendada a los estudiantes de la carrera de Marketing de la Universidad Estatal de Santa Elena.
“El objetivo es tener nuestra propia marca y promocionarla a nivel nacional y mundial, los trabajos que aquí se hacen son únicos; por eso no descartamos a futuro poder exportar estas bellezas hechas en madera”, destacó el dirigente.
EL PERSONAJE
El ebanista más longevoEl ebanista más antiguo de Atahualpa es Santiago Reyes Suárez, de 90 años, quien aún labora en su taller artesanal. El adulto mayor es experto en seleccionar la madera y también se encarga de la escultura de los muebles.
“Yo puedo hacer todo tipo de figuras con madera, a mí me dicen qué es lo que quieren y lo hago”, aseguró con orgullo.
Don Santiago comentó que este arte lo heredó de sus abuelos. “Ellos eran expertos. En su época trabajaban a punta de cincel, serrucho y clavos”, recordó.
Muchos de los muebles que ha elaborado este maestro artesano fueron adquiridos por gente conocida de la política y reconocidos empresarios del país. Para citar un ejemplo, dijo que algunos de los hoteles de lujo que existían en la ciudad de Guayaquil, en la década de los años 70, pasaron a ser sus principales clientes.
“Gracias a este trabajo pude educar a mis hijos; y aunque todos son profesionales, a ellos también les gusta este oficio y vienen siempre a ayudarme”, comentó.