Al ingresar al departamento de don César García, padre de Camilo, ciclista que sufrió un accidente hace más de un mes en Argentina, cuando participaba en un Panamericano que lo dejó en estado de coma inducido, la primera imagen que logro divisar es una silla de ruedas en la que está sentado el deportista.A pesar de que los diagnósticos médicos decían que Camilo tendría problemas para caminar por mucho tiempo, él fue quien se levantó de donde estaba sentado y caminó para saludarnos.Con una gorra negra que cubre su rapada cabeza, se acerca con algo de dificultad al caminar y estrecha la mano, eso sí su padre no se despega de él ni un segundo, por si suceda alguna caída con su hijo.El “Gringo”, como se lo conoce, parece no haber sufrido ningún accidente. Habla con facilidad, tiene movimientos de sus extremidades, ríe, revisa su celular con facilidad y mira atentamente las fotos que hay en la mesa de centro de la sala.Para don César, hablar del fatídico día, es retroceder en el pasado y vivir lo ocurrido con su pequeño deportista, quien sufrió un paro cardiaco de un minuto, mientras era trasladado en la ambulancia hasta un hospital.NO LO PUDE ACOMPAÑARDesde los cuatro años que Camilo empezó en el deporte del BMX, su padre lo acompañó en todas sus competencias, excepto a un campeonato en Bolivia y el último en Argentina. Algo triste, aguantando la respiración e inclinando la cabeza, don César explicó los motivos de su ausencia a este torneo.“Por problemas de dinero y familiares que no vienen al caso, no lo pude acompañar, algo me decía que vaya, pero no lo hice. Le di el dinero a Camilo para sus necesidades en Argentina, le mandé sabiendo que se iba a cuidar y pasó el accidente. Tuve la sensación de que algo iba a suceder. Nunca más lo volveré a abandonar hasta que esté completamente recuperado, porque luego de algunos años entra a la categoría élite y ya debe defenderse solo”, afirmó.ME ENTERÉ EN LA CALLEAl ser una larga competencia, donde existen 28 mangas de clasificación previo a la final, don César siguió las primeras eliminatorias a través del internet. Fueron escasos minutos en los que se despegó de la computadora y recibió una llamada.“Esto es algo que demora mucho en cuanto a las eliminatorias, salí a la calle hacer algunas cosas. Cuando estaba por llegar a la avenida Seis de Diciembre, un amigo del BMX de Camilo, me reconoce y me hace una señal con las manos, simulando a una caída, mientras gritaba y decía que mi hijo se había caído. Inmediatamente mi madre me llamó y me dijo que al “Gringo” le estaba dando un paro cardiaco. Regresé a la casa, vi el internet y mi exesposa Domenique me llamó a decirme que necesitaba dinero para viajar de urgencia y primero se fue ella”.En medio de la conversación, Camilo añadió algo más al tema: “mis padres creyeron que era una caída normal, con un hueso roto o un raspón, inclusive desde allá llamaron a mi mamá a decir que debían tomar una decisión urgente”.Mientras escuchaba atentamente a su hijo, al padre del “Gringo” se le quiebra la voz cuando se dio cuenta que no podía viajar al sur del continente: “Me quedé acá sin saber qué hacer, no tenía dinero para viajar. En la tarde vinieron a mi casa unos amigos vinculados al ciclismo y me entregaron un pasaje y dinero para viajar. Me quedé sin palabras, les agradecí y me fui al aeropuerto. Cuando llegué a Argentina, la desesperación por ver a mi hijo hizo que coja taxis, buses y aviones para llegar a Santiago del Estero”.DOS TEORÍASCamilo junto a su padre, sentados en el sillón más grande de la sala, empiezan a contar cual pudo ser la causa para que el ciclista sufra el percance. Camilo habla, su padre saca de su bolsillo un celular para indicarnos algunas fotografías de cómo encontró a su hijo.“Deduzco que hubo dos teorías. La primera es que estuve nervioso porque iba a competir contra el campeón panamericano y mientras bajaba la rampa de salida me desmayé. La otra y la cual es la más acertada y la que me contó Mario Jarrín, quien estaba allá conmigo, es que había cambiado el clip del pedal un día antes de la competencia y que al momento de competir se zafó, inclusive hay un vídeo que muestra eso”, afirmó el “Gringo”.Después de haber viajado un día entero, don César llegó al hospital donde se encontraba su hijo. Camilo presta atención a lo que dice su padre, ya que quiere saber qué fue lo que sucedió durante su estado de coma.“Cuando llegué, el cuadro fue aterrador. Mi exesposa llorando y los médicos atendiendo. Entré a la habitación y vi a mi hijo completamente entubado, con respiradores artificiales, estaba irreconocible. Lo único que hice fue derrumbarme, ponerme de rodillas, llorar y ponerme a orar. Ahí sentí la presencia de Dios y sabía que algo bueno iba a pasar”.Los días que permanecieron ahí, la familia García Granda se hizo famosa en el pequeño pueblo del Estero. Toda la localidad ayudaba, ya sea con comida, donde dormir, inclusive los taxistas no cobraban la carrera desde la Federación de BMX argentino hasta el hospital.“No nos faltó nada, inclusive pude trabajar como entrenador allá, lo hacía por las tardes y cuando no podía ver a Camilo. Nos dijeron que podemos volver si queremos pero eso será después de algún tiempo”, dijo.
Al ingresar al departamento de don César García, padre de Camilo, ciclista que sufrió un accidente hace más de un mes en Argentina, cuando participaba en un Panamericano que lo dejó en estado de coma inducido, la primera imagen que logro divisar es una silla de ruedas en la que está sentado el deportista.A pesar de que los diagnósticos médicos decían que Camilo tendría problemas para caminar por mucho tiempo, él fue quien se levantó de donde estaba sentado y caminó para saludarnos.Con una gorra negra que cubre su rapada cabeza, se acerca con algo de dificultad al caminar y estrecha la mano, eso sí su padre no se despega de él ni un segundo, por si suceda alguna caída con su hijo.El “Gringo”, como se lo conoce, parece no haber sufrido ningún accidente. Habla con facilidad, tiene movimientos de sus extremidades, ríe, revisa su celular con facilidad y mira atentamente las fotos que hay en la mesa de centro de la sala.Para don César, hablar del fatídico día, es retroceder en el pasado y vivir lo ocurrido con su pequeño deportista, quien sufrió un paro cardiaco de un minuto, mientras era trasladado en la ambulancia hasta un hospital.NO LO PUDE ACOMPAÑARDesde los cuatro años que Camilo empezó en el deporte del BMX, su padre lo acompañó en todas sus competencias, excepto a un campeonato en Bolivia y el último en Argentina. Algo triste, aguantando la respiración e inclinando la cabeza, don César explicó los motivos de su ausencia a este torneo.“Por problemas de dinero y familiares que no vienen al caso, no lo pude acompañar, algo me decía que vaya, pero no lo hice. Le di el dinero a Camilo para sus necesidades en Argentina, le mandé sabiendo que se iba a cuidar y pasó el accidente. Tuve la sensación de que algo iba a suceder. Nunca más lo volveré a abandonar hasta que esté completamente recuperado, porque luego de algunos años entra a la categoría élite y ya debe defenderse solo”, afirmó.ME ENTERÉ EN LA CALLEAl ser una larga competencia, donde existen 28 mangas de clasificación previo a la final, don César siguió las primeras eliminatorias a través del internet. Fueron escasos minutos en los que se despegó de la computadora y recibió una llamada.“Esto es algo que demora mucho en cuanto a las eliminatorias, salí a la calle hacer algunas cosas. Cuando estaba por llegar a la avenida Seis de Diciembre, un amigo del BMX de Camilo, me reconoce y me hace una señal con las manos, simulando a una caída, mientras gritaba y decía que mi hijo se había caído. Inmediatamente mi madre me llamó y me dijo que al “Gringo” le estaba dando un paro cardiaco. Regresé a la casa, vi el internet y mi exesposa Domenique me llamó a decirme que necesitaba dinero para viajar de urgencia y primero se fue ella”.En medio de la conversación, Camilo añadió algo más al tema: “mis padres creyeron que era una caída normal, con un hueso roto o un raspón, inclusive desde allá llamaron a mi mamá a decir que debían tomar una decisión urgente”.Mientras escuchaba atentamente a su hijo, al padre del “Gringo” se le quiebra la voz cuando se dio cuenta que no podía viajar al sur del continente: “Me quedé acá sin saber qué hacer, no tenía dinero para viajar. En la tarde vinieron a mi casa unos amigos vinculados al ciclismo y me entregaron un pasaje y dinero para viajar. Me quedé sin palabras, les agradecí y me fui al aeropuerto. Cuando llegué a Argentina, la desesperación por ver a mi hijo hizo que coja taxis, buses y aviones para llegar a Santiago del Estero”.DOS TEORÍASCamilo junto a su padre, sentados en el sillón más grande de la sala, empiezan a contar cual pudo ser la causa para que el ciclista sufra el percance. Camilo habla, su padre saca de su bolsillo un celular para indicarnos algunas fotografías de cómo encontró a su hijo.“Deduzco que hubo dos teorías. La primera es que estuve nervioso porque iba a competir contra el campeón panamericano y mientras bajaba la rampa de salida me desmayé. La otra y la cual es la más acertada y la que me contó Mario Jarrín, quien estaba allá conmigo, es que había cambiado el clip del pedal un día antes de la competencia y que al momento de competir se zafó, inclusive hay un vídeo que muestra eso”, afirmó el “Gringo”.Después de haber viajado un día entero, don César llegó al hospital donde se encontraba su hijo. Camilo presta atención a lo que dice su padre, ya que quiere saber qué fue lo que sucedió durante su estado de coma.“Cuando llegué, el cuadro fue aterrador. Mi exesposa llorando y los médicos atendiendo. Entré a la habitación y vi a mi hijo completamente entubado, con respiradores artificiales, estaba irreconocible. Lo único que hice fue derrumbarme, ponerme de rodillas, llorar y ponerme a orar. Ahí sentí la presencia de Dios y sabía que algo bueno iba a pasar”.Los días que permanecieron ahí, la familia García Granda se hizo famosa en el pequeño pueblo del Estero. Toda la localidad ayudaba, ya sea con comida, donde dormir, inclusive los taxistas no cobraban la carrera desde la Federación de BMX argentino hasta el hospital.“No nos faltó nada, inclusive pude trabajar como entrenador allá, lo hacía por las tardes y cuando no podía ver a Camilo. Nos dijeron que podemos volver si queremos pero eso será después de algún tiempo”, dijo.