Para los 20 internos del centro de rehabilitación de adicciones Bill y Bots, ubicado en el barrio La Esperanza, de Atacames, Esmeraldas, la muerte tan repentina del futbolista Christian Benítez es algo que los compromete a su recuperación.
“El Chucho”, como se conocía al goleador de la selección nacional de fútbol, era uno de los benefactores de la fundación y gran amigo de los muchachos, quienes recibían del jugador palabras de aliento y era un ejemplo a seguir.
Freddy, Eduardo y Nixon están hace un mes en el centro de rehabilitación, ellos decidieron dejar el vicio de las drogas gracias a Benítez, quien fue su amigo de barrio y la persona que los motivó a cambiar sus vidas.
A CUMPLIR CON EL ÁNGELCon la cabeza rapada, la mirada perdida, pero sonriente, Freddy recuerda que hace aproximadamente treinta días su gran amigo de la infancia, Christian Benítez, fue al barrio Vista al Mar (Esmeraldas) para visitar a su tía Bolivia Betancourt y se encontró con él en el camino, en donde le manifestó: “hermano, estás flaco, qué pasa. Deja esa vida y te ayudo. Dime si estás decidido a cambiar y te apoyo”. Al recordar estas palabras el amigo del futbolista cierra sus ojos para no llorar y comenta en voz alta tratando de llamar la atención de sus otros compañeros, quienes también están en proceso de recuperación: “ahora él no está, pero por ‘Chucho’ y para pagarle lo bueno que fue me voy a sanar y ser un hombre de bien, él es un ángel que está en el cielo y se merece que hagamos esto por él”.
Los recuerdos del amigo del futbolista son muchos, pero destaca la humildad y sencillez que caracterizó al delantero, “no es por nada, pero Christian fue muy humilde, siempre estaba pendiente de los que éramos sus panas en el barrio, jugaba fútbol con él, era bueno, pero me dediqué al vicio y me perdí, mientras que mi amigo supo aprovechar y salió adelante.
Pese a que me desvié, Christian nunca dejó de ser mi amigo, jamás me abandonó, hasta el final estuvo pendiente de mí y por eso me trajo a este lugar para recuperarme”, comentó Freddy.
FUE EL JEFE DEL GRUPOEduardo, más conocido como el “Frentón”, manifestó que era del grupo de panas de Benítez, pero que nuca fue bueno para dominar el balón, “él era de nuestra pata (grupo), pero nunca consumió una sola droga, por eso le decíamos el jefe, se ganó el respeto de todos, nos sabía regalar lonas (zapatos) y dinero para que comamos”, añadió.
Eduardo por el momento está totalmente concentrado en su recuperación, pero hay algo que le quita el sueño y es que quisiera ver por última vez a su amigo y decirle: “gracias por todo lo que nos diste y por darnos momentos de felicidad, gracias por no despreciarnos y por enseñarnos que valemos, por él prometo ser el mejor en todo lo que haga, como Christian me dijo, Frentón vamos adelante”.
“LE REGALÓ CIEN DÓLARES A LA “GALLINA”Nixon apenas tiene 22 años y a su corta edad fue víctima de las drogas y el alcohol que por poco lo destruyen.
El joven es cuñado del primo hermano de Christian, Jefferson Guerrero, quien también estuvo en el centro de rehabilitación y actualmente está recuperado.
“La última vez que lo vi al negro (Christian Benítez) fue cuando estuvo por el barrio y ahí me dijo: Gallina, estás mal, qué te ocurre y le respondí: “tranquilo mi negro, todo bien”.
Recuerdo que ese día me regaló cien dólares y luego supe que murió, por él tome la decisión de venir al lugar, a mí me trajo la tía de él, doña Bolivia, y aquí estoy dispuesto a sanarme”, finalizó Nixon.
El centro de rehabilitación se llamará “Chucho” BenítezFricson Montaño es el director de la Fundación Bill y Bots. El hombre dedica su tiempo al centro de rehabilitación y a su trabajo de recolección de basura en Esmeraldas.
En honor al “Chucho” el hombre recorre las calles vistiendo la camiseta que el jugador le regalo días antes de morir, “esta camiseta la llevo con honor, Christian me la mandó a hacer especialmente para mí y por eso con orgullo la llevo puesta, ya que él fue un gran hombre y buen futbolista que demostró ser de buenos principios”.
Montaño recuerda que el “Chucho” siempre que venía a Ecuador los iba a visitar en la fundación y les llevaba regalos, la última vez que estuvo por el sitio comentó que tenía la idea de crear su propio centro para ayudar a sus amigos y a la gente que necesite.
“El Chucho era demasiado bueno, ayudaba a quien lo necesite, lo último que nos regaló fueron uniformes deportivos.
Christian tenía la idea de ponerse una fundación de ayuda y darnos más comodidades, pero todo eso quedó en nada. Ojalá la familia nos ayude a cumplir ese sueño, por lo pronto nuestra fundación se llamará ‘Chucho’ Benítez, en su honor”, contó.
Fricson espera que los amigos del futbolista sigan haciendo la labor social que Benítez realizaba y que la fundación que el jugador quería tener se concrete.
“Espero que los amigos del ‘Chucho’, como Antonio Valencia y Walter Ayoví, que era con quienes más venía a pasar en Esmeraldas, puedan seguir con la labor humanitaria que él hacía y la fundación nunca muera ni desaparezca”, finalizó.
Quiso tomarse un trago, pero noJefferson Guerrero, primo de Benítez, manifestó que gracias al empeño y apoyo que “Chucho” puso en su recuperación pudo salir de la adicción a las drogas.
“Gracias a él pude salir adelante, apenas tenía dos semanas de haber salido del centro de rehabilitación y mi primo-hermano se murió. En ese momento me dieron ganas de tomarme un trago y si eso lo hubiera devuelto a la vida lo hubiera hecho”, dijo Jefferson.
Ahora el primo del campeón con el América de México espera que todos los jóvenes a quienes Benítez ayudó no le defrauden y sean personas de bien.
“Ahora solo nos queda continuar con su buena obra y ayudar a los que necesiten salir del mundo de las drogas, porque el nombre y las buenas obras que hacía mi primo no morirán”, añadió.