Era la hora del desayuno y los jugadores de la Tricolor estaban en la sala de emergencia 3 de la clínica Guayaquil realizándose los chequeos médicos, el famoso TAC Coronario, para evitar problemas en las arterias del corazón.
Christian Noboa se encontraba en su natal Guayaquil y a esa hora del domingo era como “obligación moral con la barriga” saborear un encebollado de pescado.
“Esta es la hora indicada, desde que he sido convocado a la Selección es la primera vez que estoy en Guayaquil con mis compañeros concentrados, hay que irse de encebollado después de esto, yo conozco unos sitios increíbles”, nos comentó Noboa y aceptamos la invitación a saborear ese plato famoso, pero las miradas se dirigieron hacia Gabriel Achilier como diciendo... “este es el hombre que va a pagar”.
- ¿Bueno, quién pone el encebollado?, les comenté entre risas.
Segundo Castillo dijo que eso le correspondía a los dueños de casa, en este caso Gabriel Achilier, Denis Quiñónez o Noboa.
“Está bien, yo conozco un rico encebollado... esteeeee, esteeee creo que es por la calle Los Ríos, o por el aeropuerto es buenísimo”, la verdad que el defensa de Emelec olvidó la dirección, claro que existe la duda que lo hizo a propósito.
Denis Quiñónez dijo que él también conocía un sitio bueno donde venden este plato, pero al sur y que estaba lejos, es decir también “se la sacó” olímpicamente.
La verdad que la conversación informal de los jugadores de la Tricolor fue tomando fuerza.
“Por mi no hay problema, yo pago el encebollado”, dijo Noboa, pero justo cuando iba a animarse para ir, Evelyn Ganchozo, de la clínica Guayaquil, le indicó que era su turno para realizarse la tomografía especial en el corazón.
A los pocos segundos todos miraron a Segundo Castillo, sus compañeros decían que él era el hombre, además que llegaba de Arabia Saudita.
La sonrisa invadió al volante y aceptó pagar la comida. “Bueno, yo pago la primera ronda de encebollados, está bien”, eso nos dejó tranquilos, pero lo que nadie sabía es que el “Mortero” se iba a pegar una descarga de esas buenas: “yo les iba a pagar, pero no lo puedo hacer, ando sin billetera, sin nada aquí, por tal motivo queda suspendido el encebollado”, expresó Castillo con su inconfundible sonrisa.
Ese el ambiente de la Tricolor sin cámaras de televisión ni grabadoras, donde la espontaneidad se expresa al máximo.
Son los mismos que mañana saltarán a la cancha del Monumental para jugar contra España, en un homenaje a su amigo, el hombre de las bromas, Christian “Chucho” Benítez.
Al final de la mañana, los seis jugadores de la Tricolor se fueron hasta el hotel donde están concentrados, hoy se unirán los que faltan y entrenarán para que al final de las eliminatorias decirle al “Chucho”: el Mundial es para ti.
¿Y el encebollado?, eso quedó pendiente y quién pagará tampoco se sabe, lo único que es real es lo que dijo Noboa: “llegar a Guayaquil y no comerte un encebollado es como que nunca has estado en Guayaquil”, igual el “ruso” Christian sigue en deuda con todos.