Los desastres de gran magnitud traen consigo muchas consecuencias negativas, como son damnificados, pérdidas materiales y lamentables decesos humanos.
Las instituciones que intervienen pueden estar preparadas para contrarrestar esa situación con las personas vivas; pero surge la duda de qué sucede con los fallecidos.
Esa fue la gran incógnita que se manejó durante la reunión multisectorial de gestión de cadáveres en catástrofes, en el ECU-911 de Quito.
Los representantes que acudieron hasta el encuentro admitieron que no hay una sola institución que se haga cargo de este tipo de gestiones.
Por eso, los objetivos primordiales eran identificar los actores e instituciones que tienen incidencia en la temática, definir sus responsabilidades y cuáles serían los recursos disponibles para afrontar el manejo de cadáveres.
Entre los expertos que se presentaron estuvo Rafael Barrantes, responsable del programa de personas desaparecidas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para Bolivia, Ecuador y Perú. Él detalló que la intención de la CICR es impulsar la gestión de cadáveres en el país, sobre la base del conocimiento forense que ellos han adquirido.
Esto porque “muchas veces no es un tema del que se suela hablar, ya que uno normalmente se preocupa por recuperar a los vivos. En la mayoría de legislaciones internacionales sobre sistemas de gestión de riesgos, no hay un capítulo sobre manejo de cadáveres”, explicó Barrantes.
Ecuador, por ejemplo, no es el único país que da sus primeros pasos en esta temática, sino también Perú y Bolivia, naciones en las que la CICR tiene presencia y donde se ha llegado a consensos para la gestión de los fallecidos en desastres. Sin embargo, un país que ha tenido un avance significativo en este tema es Colombia. Jairo Vivas, del Instituto de Medicina Legal y Forense de esa nación, compartió experiencias así como metodologías.
Vivas explicó que una de las razones para que la medicina forense cobre importancia en su país es el conflicto armado que por décadas ha dejado miles de muertos. Un ejemplo de ello es la exhumación de alrededor de 4.000 cuerpos que se realiza en Colombia, luego de que se inició la negociación de paz con los paramilitares, desde 2005.
El médico colombiano hizo diversos aportes en la presentación, como las técnicas de identificación de víctimas en desastres.
En esa exposición se habló acerca de los diversos métodos para reconocer a los fallecidos, lo que dependerá del estado en que se encuentre el cadáver (completo, restos o esqueletizado) o de la catástrofe.
Vivas daba mucha importancia a detalles como las prendas, señas particulares de la víctima, operaciones y demás para identificar a una persona.
Aunque también, en caso de que solo se hallen osamentas o restos, la genética es buena herramienta para los cotejos.
El caso ecuatoriano
En Ecuador, la Policía Judicial y su innovador Departamento de Criminalística son los responsables de este tipo de identificaciones.
Fausto Olivo, de Criminalística de Pichincha, hizo un recuento de las ventajas tecnológicas con las que cuentan los departamentos Médico Legal, Antropología Forense, Sección de Identidad Humana y de ADN.
Esta última área es vital, de acuerdo con Olivo, cuando se trata de reconocer a personas desaparecidas, cuyos cuerpos en muchos casos ingresan sin identidad, o cuando se descubren solo osamentas, como fue el caso de los dos niños Logro Choloquinga.
En lo que va del año (de enero a octubre), 49 cadáveres ingresados como N.N. (sin nombre) fueron identificados como personas desaparecidas mediante diversos métodos forenses.
En ese mismo lapso, según la presentación de Olivo, a la morgue ingresaron 132 cuerpos que no tenían nombre, es decir que hubo un estimado del 50% de identificaciones.
Pero la gestión de cadáveres no solo tiene que ver con los fallecidos, sino también con sus familiares. Debido a esa incertidumbre, la Cruz Roja detalló que el apoyo psicosocial es indispensable al momento de una tragedia.
La atención a los parientes también debe formar parte de los protocolos de gestión de riesgos, a partir de primeros auxilios psicológicos.
Finalmente, en el transcurso de todo este proceso, la infraestructura y los recursos forman parte vital del manejo de cadáveres.
Ivis Orejuela, de la Fiscalía del Estado, explicó que en el país existen tres centros forenses y para el 2014 está prevista la entrega de otros cinco.
Además, como parte de los recursos forenses con los que cuenta la Fiscalía, hubo capacitaciones de identificación humana, seminarios sobre buenas prácticas en cementerios, entre otros temas. (MAG)
Puntos importantesLa Secretaría de Gestión de Riesgos hizo una compilación de diversos puntos importantes en cuanto al manejo de fallecidos:
* El cadáver producto de un desastre no constituye un riesgo infeccioso.
* Nunca se debe enterrar a las víctimas en fosas comunes.
* No se debe cremar masivamente a los cadáveres.
* Se deben agotar todos los esfuerzos para identificar a los muertos.
* El manejo de los fallecidos comienza por la búsqueda de los mismos, localización, identificación en el sitio, traslado a la morgue, entrega a familiares y ayuda estatal.
* No se deben apilar los cuerpos.
* La autopsia no debe hacerse de forma masiva, a no ser que su práctica aporte con algún dato importante.