Estas festividades de diciembre cuando muchas personas celebran compartiendo con sus familias, con sus amigos, visitan a sus conocidos, disfrutan de paseos, también es época en que algunos individuos son presa de estados de melancolía, tristeza, viven sentimientos de soledad, pasan deprimidos.
La depresión es uno de los trastornos mentales que puede llegar a convertirse en una seria enfermedad que pondría en riesgo la integridad de la persona si no es tratada a tiempo.
En Guayaquil, aunque no hay cifras específicas de atenciones, en los últimos años hay un elevado número de personas que acuden a consultas psicológicas por padecimientos relacionados a esta patología.
El estado de depresión no es un simple estado transitorio de tristeza, es un ciclo de ánimo que repercute en su autoestima, en su manera de pensar y conlleva a otras enfermedades. Incluso en casos graves, el paciente puede manifestar pensamientos irreales y atenta contra su vida.
La depresión aparece entre los primeros lugares en el listado de las enfermedades mentales en el Ecuador, según consta en el Manual de atención primaria en salud del Ministerio de Salud Pública.
Expertos consultados recomendaron prestar atención a los síntomas que manifiestan las personas que nos rodean especialmente en estas fechas. (IC)
Con amor se superaEl naturópata Hugo García Gaibor dijo que debemos considerar que “nosotros somos los que armamos nuestro entorno, ya sea para la felicidad, tristeza o para el sufrimiento”.
“Si quiero un entono de felicidad debo disfrutar todo lo que hago, desde el vestirme, verme en el espejo. Si no me disfruto, ni soy feliz con verme, tratarme, con arreglarme, cómo los demás van a ver felicidad en mí”, sostuvo.
El consultado sugirió arreglar día a día el entorno, la forma de presentarnos. Para ello, no hay que hacer cambios drásticos, solo aplicar algunos trucos sencillos.
Además, recomendó a que si en el entorno familiar hay un pariente deprimido, alguien que está cayendo en situaciones que lo están afectando hay que decidirse a darle la mano.
Pero hay que desear hacerlo de corazón. “Nosotros tenemos el poder en nuestra mente y si decidimos ayudar a un familiar debemos desearlo”, dijo el naturópata y bioenergético.
Se puede empezar por invitarlo “a tomar un té aromático relajante, puede ser de toronjil, de manzanilla. Darle una alimentación suave, blanda o algo que le guste para que en su sistema digestivo se haga todo un proceso de paz, de armonía”, refirió.
Se puede poner música, ver películas alegres, contar chistes.
Además, recomendó evitar todo lo negativo, procurar crear en casa un ambiente de alegría que motive el ánimo y evitar el mal carácter y hacer las cosas con amor.
“Hay que bendecir todo lo que tenemos, el despertar, el poder ver, lo que se recibe, el alimento que tenemos en nuestra mesa, porque así más bendiciones nos vienen”.
Finalmente, García sostuvo que si se quiere más prosperidad, bienestar, se debe entregar lo mismo. Dar es recibir. Eso es una ley universal y sobre todo divina”, comentó el naturópata, quien también trabaja con las vibraciones, la bioenergía de la persona.
DEBEN BUSCAR AYUDALa doctora Silvia Villacrés, jefa de Rehabilitación del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, también mencionó que en estos meses “la gente se deprime más. Los problemas mentales depresivos afloran más, porque se recuerda a la familia, en especial a aquellos que han emigrado o a los parientes fallecidos”.
Las personas que son vulnerables a tener este tipo de manifestaciones clínicas emocionales de salud mental “deben cuidarse, no exponerse, medir el peligro de lo que le puede causar. Deben buscar a su médico de cabecera, acudir a su institución de confianza o venir a nuestro instituto, donde tenemos un cuerpo de sicólogos y psiquiatras que lo pueden ayudar a sacar lo que están sintiendo por dentro”, recomendó Villacrés.
El cuidado debe ser mayor si son depresiones generalizadas, repetitivas, reincidentes. Aquellos que pasan por estas fases continuamente no deben descuidar el tratamiento psicológico y contar con el apoyo familiar, porque estos “trastornos depresivos, de ansiedad, van afectando la parte psicológica y también la parte física, comienzan a padecer dolores de cabeza”, recalcó la psicóloga del Instituto de Neurociencias.
Además, comentó que “lo importante es aceptar que hay un problema de salud mental antes de que se vuelva crónico” que puede llevarlos al consumo de alguna droga.
Villacrés indicó que los síndromes depresivos están considerados en el tercer lugar de los problemas de salud mental, motivados también por los diversos hechos de violencia, terrorismo o catástrofes que ocurren.
VÍCTIMAS DE VIOLENCIA En nuestra población, “los mayores índices de casos con depresión, con episodios de suicidios, se presentan en esta temporada entre las mujeres y entre los adolescentes”, dijo la psicóloga Luisa Villamar de Mosquera, secretaria del Colegio de Psicólogos del Guayas.
Según un informe del Ministerio de Salud Pública (MSP), “las víctimas de violencia y maltrato constituyen la primera demanda de atención de salud mental en las unidades del ministerio”.
Mientras muchos piensan en qué comprar, dónde pasar Navidad o el fin de año, muchas mujeres se deprimen, se aíslan, se sumergen en la melancolía y toman decisiones para acabar con todo.
El otro grupo poblacional predispuesto a pasar por estos estados son los adolescentes, especialmente cuando están próximos a terminar el año escolar, porque no han podido lograr sus metas estudiantiles, ni cumplir con las expectativas de sus padres y tienden a tomar acciones drásticas.
La problemática se agrava entre aquellos chicos que no tienen una buena relación con sus padres. “Los adolescentes buscan a ingerir alcohol”, refirió Villamar.
Los hombres también suelen deprimirse, aunque son casos que se presentan en menor proporción en comparación con los otros dos grupos.
Caen en depresión aquellos hombres que en esta temporada se les terminó el contrato laboral y quedaron sin empleo, los que están endeudados.
La psicóloga recomendó prestar atención a ese “familiar que se está aislando, que se muestra apático, muy melancólico, muy triste, que no verbaliza lo que está sintiendo o se mantiene en hipervigilancia, es decir que están en constante estado de alerta, que se irrita mucho o deja de comer. Estos son algunos síntomas de la depresión”, acotó Villamar.
Produce discapacidadUn estudio internacional ha demostrado que los trastornos mentales generan una mayor preocupación a los familiares de los afectados que las enfermedades físicas, por el estigma y la discriminación asociado a estas dolencias, según publica la revista Psychological Medicine.
Para la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades mentales constituyen el 20% de la carga total de enfermedad, 24% de la prevalencia y producen el 43% de las discapacidades.
Según la OMS, una de cada cuatro personas de la población mundial tiene algún tipo de padecimiento y se calcula, entre otras proyecciones, que para el 2020 la depresión será la segunda causa de discapacidad en el mundo.
SÍNTOMASLa depresión es la pandemia más importante de nuestro siglo. Todos los días 200 millones de personas se deprimen en el mundo.
Por la gravedad que representa a la salud hay que estar atentos a los síntomas.
Una persona deprimida puede presentar tristeza desproporcionada, trastornos de sueño, se despierta más temprano que de costumbre.
El paciente tiene dificultades para concentrarse, para memorizar y pierde destrezas en su trabajo y en su desempeño habitual.
Se muestran faltos de humor, suelen llorar fácilmente, acompañados de un pensamiento pesimista y catastrófico.
Pierden interés, descuidan su aspecto físico, lucen vestuario descuidado; las mujeres dejan de maquillarse, peinarse.
Una persona con depresión muestra una continua pérdida de apetito, empieza a bajar de peso.
Se tornan irritables y suelen buscar alivio a sus problemas en el alcohol y en las drogas que pueden enmascarar un estado depresivo.