La adolescente de 16 años violada por un grupo de hombres en Kenia, que después la arrojaron a una fosa séptica, no podrá acudir a la justicia después de que la Fiscalía haya dicho que no ve pruebas para acusar a los seis detenidos.Los supuestos violadores, que solo fueron arrestados después de que una campaña internacional denunciara que la Policía los había puesto en libertad tras castigarles a cortar el césped de una comisaría, finalmente no serán juzgados, denunciaron hoy en un comunicado un grupo de ONG locales e internacionales."Liz" -pseudónimo que la menor utiliza para proteger su identidad- se encuentra en silla de ruedas, ha desarrollado una fístula obstétrica y sufre graves secuelas psicológicas meses después del abuso.El Ministerio Público keniano afirmó, a través de una nota de prensa, que no hay cargos de violación o asalto sexual en grupo contra los seis sospechosos.Hasta la fecha, solo uno de los supuestos violadores estuvo en prisión, aunque fue puesto el libertad bajo fianza de 15.000 chelines (128 euros) a los pocos días.Las organizaciones agrupadas en la Coalición sobre la Violencia contra las Mujeres (COVAW, en sus siglas inglesas) denunciaron que la Fiscalía no les ha permitido acceder a las pruebas de la investigación ni los testimonios.La coalición emplazó al fiscal del país africano a "reconsiderar su postura" y a permitir a "Liz" acudir a la justicia."Creemos que las afirmaciones de Liz, las de los testigos que la apoyan y la evidencia médica de una doble fístula son suficientes para presentar cargos", manifestaron.Si bien admitieron que pueden darse testimonios contradictorios, consideran que los tribunales son el lugar donde deben estudiarse las pruebas."Hacemos un llamamiento a la Policía y a la Fiscalía del Estado para demostrar que las denuncias de violencia sexual y de género se están tomando en serio", añadieron.Sam Barratt, de Avaaz, la plataforma que lanzó una campaña respaldada por 1,5 millones de personas de todo el mundo para pedir justicia para Liz, lamentó también esta decisión."El mundo está observando la respuesta de la Policía de Kenia al ataque contra Liz. La Policía está enviando el mensaje de que los hombres pueden salirse con la suya cuando atacan a las mujeres", añadió.No en vano, en Kenia existe una creciente preocupación en torno a las dificultades que las mujeres encuentran a la hora de denunciar la violencia sexual."El caso de Liz se ha convertido en un símbolo de las dificultades a las que muchas mujeres kenianas, hombres y niños se enfrentan cuando han sido víctimas de violencia sexual y se dirigen a la Policía en busca de apoyo", aseguró el director ejecutivo de COVAW, Joan Nyanyuki.La plataforma hizo un llamamiento a la Policía Nacional keniana para garantizar que los delitos de violencia contra las mujeres sean "una prioridad" .Liz volvía del funeral de su abuelo el pasado 26 de junio cuando seis hombres la asaltaron, se turnaron para abusar de ella y, finalmente, la lanzaron a una letrina de 6 metros de profundidad.Agentes del distrito de Busia, fronterizo con Uganda, arrestaron a tres de los sospechosos al día siguiente de la violación, pero fueron liberados poco después, tras ser castigados a adecentar el césped del recinto policial.
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