Uno tras otro fueron los intentos que Ximena hizo para poder concebir a su primogénito. El dolor aumentó con cada pérdida, al igual que sus ganas de tener a un bebé entre sus brazos.Por eso acudió a varios tratamientos que le dieron esperanzas, pero cuando llegaba a los dos meses de gestación, nuevamente el sueño se esfumaba.Al menos por tres años, la mujer no dejó de luchar por algo que ansiaba junto con su esposo Juan Carlos. Las pérdidas se convirtieron en una tortura y a pesar de eso nunca dejaron de lado las ilusiones y esperanzas.Ximena recuerda que tras la primera experiencia, no entendía lo que le había sucedido. No encontraba consuelo, ni en su marido, ni en la familia.Luego de tres abortos espontáneos, ella se quedaba en casa por su estado de salud. Su único alivio era visitar una y otra vez el dormitorio que tenía preparado para su hijo o hija con juguetes y muñecas, a las cuales muchas veces utilizó para olvidar. Ahora considera que eso fue un error.“Me gustaba cambiarles de ropa, conversaba con ellos e incluso los tomaba entre mis brazos como si fueran niños de verdad”, recuerda Ximena, aunque eso no duró mucho. En poco tiempo sintió que eso no llenaba el vacío que la muerte de sus hijos le produjo, por lo que continuó buscando la manera de concebir.Con una mexicana, de quien se reserva el nombre, no ocurrió lo mismo. Ella perdió a su bebé en el incendio de la Guardería ABC, en Sonora, en el 2009. Según datos de ese país, el 5 de junio de ese año fallecieron 49 niños y 79 resultaron heridos. El hecho se produjo por la explosión de una bodega contigua al centro estudiantil.Una semana después del fallecimiento del niño, la extranjera visitó a Lourdes, una española dedicada al arte del “reborn (renacido)”. La artista comentó a un diario internacional que estos son muñecos con un parecido impresionante a un bebé real. Durante la creación, les injertan en el cráneo lana de cabra, un material similar al cabello de los bebés.Tienen ojos de cristal y en ocasiones instalan mecanismos tecnológicos que simulan el latido del corazón, la suave respiración de un niño e incluso los conductos de orina. Se puede grabar voces, llantos y hasta la tos del pequeño.El cuerpo es rellenado con microesferas de vidrio, con las que los muñecos adquieren el peso y la consistencia que tendría un niño de su edad, según cada caso.La mexicana le pidió a Lourdes una réplica exacta de su bebé fallecido, a lo que ella respondió que “es mejor que se diera un tiempo, que lo pensara mejor y que acudiera a un médico”, por lo que no atendió a su petición.Según la artista, recibe muchísimos encargos de madres que perdieron a sus bebés. Casi el 20 % de los reborns que ella hace son para colección, pero añadió que hay gente que no puede tener hijos y por la depresión que se genera ante estas pérdidas, las mujeres buscan la forma de curar el vacío.Otro caso es el de Raquel Irigoyen, de 38 años, quien también se dedica al arte del reborn. En una entrevista con un medio de comunicación internacional, ella cuenta que perdió a su hija hace unos años y aseguró haber encontrado consuelo en uno de los muñecos que ella misma confeccionó.La mujer añadió que una de sus clientas, en sus mismas circunstancias “adoptó” uno de esos bebés (reborn) y acabó en el psicólogo. “Casi se vuelve loca”, acotó.La española Mayte Sapena es otra de las creadoras de estos muñecos simuladores. Ella es asesora de imagen y profesora de estética desde hace más de 20 años.Sapena expuso que desde siempre le gustaron las Barbies, por lo que decidió coleccionarlas. El conocer a los reborns fue de casualidad, acotó.“Desde que vi el primer muñeco reborn quedé totalmente enamorada, y en vez de comprarme uno, decidí hacerlo yo misma”, dijo la mujer.Un dato que detalla el realismo de los muñecos, es cuando un policía australiano abrió la puerta de un automóvil a la fuerza, ya que pensó que un reborn, que estaba sentado en un coche para bebés, era de carne y hueso y que se estaba asfixiando.A pesar de que muchas progenitoras en el extranjero optaron por quedarse con muñecos en vez de continuar con la persistencia de concebir un bebé de verdad, la ecuatoriana Ximena, lo consiguió.Ella ahora tiene dos niños, de 5 y 3 años. “Es lo mejor que pudo pasar, no entiendo cómo la desesperación hizo que yo empiece a jugar con muñecos simulando que eran mis hijos”, concluyó.Actualmente, este tipo de “renacidos” no existen en el Ecuador.
Marcelo Flores
Ginecólogo e infertólogo
“No se puede tratar a un hijo como objeto”Marcelo Flores, ginecólogo e infertólogo de la Unidad de Fertilidad Concebir, indicó que “tener un niño no es un juego”. Añadió que no se puede comparar a un muñeco con una persona que tiene emociones, pensamientos y hasta creencias.“El individuo engloba una cantidad de vivencias influidas por el medio ambiente. No se puede tratar a un hijo como objeto, ni tampoco remplazarlo, a menos que esa persona esté trastornada”, manifestó el especialista.Flores mencionó que la vida está compuesta de diferentes etapas como la niñez, adolescencia, juventud, madurez y vejez. Cuando se habla de la pérdida de un hijo, depende de la etapa en la que está la madre.Para el especialista, “un mujer de 80 años que perdió un hijo de 40, no va a poder remplazarlo con un muñeco”. Y si la madre es primeriza y joven, puede tener un hijo nuevamente.“Va a acordarse del primero, pero con el tiempo se acepta”, dijo el médico.En el caso de que una mujer no pueda tener descendencia por ella sola, Flores explicó que “gracias a los avances tecnológicos, no hay mujer que no pueda tener hijos, incluidas aquellas que tienen 50 años”.Hay tratamientos de fertilización asistida, como la inseminación artificial, en la cual se capta los espermatozoides del hombre y se los coloca a las mujeres cuando están en periodo de ovulación. También hay la técnica In Vitro, en la que se extraen los espermatozoides y los óvulos y se los prepara a los dos en una cápsula de vidrio.Y el otro proceso se lo denomina ICSI (microinyección espermática). El galeno mencionó que este se utiliza cuando el hombre tiene un semen de pésima calidad. En esos casos se introduce un espermatozoide en el interior de un óvulo utilizando una aguja finísima.
María Judith Almeida
Psicóloga clínica
“Puede ser una terapia”María Judith Almeida, psicóloga clínica, indicó que “la pérdida de un hijo es un evento traumático en la vida de un ser humano y no solo de la mujer, sino del hombre también”.La experta mencionó que eso puede ocasionar varios trastornos a nivel emocional de las personas, ya que una madre no está preparada para perder a sus hijos.“Es más natural perder a los padres”, añadió la especialista.La psicóloga expuso que la muerte de un niño puede significar la aparición de varias patologías, como depresión y ansiedad, en una madre.“Estos muñecos tan humanos podrían servir inicialmente para que dentro de una terapia psicológica ayuden a esas personas”, expresó la médico.Según ella, esta técnica está aceptada dentro de un procesos terapéutico, ya que puede manejar las emociones del duelo por el que pasan las madres cuando pierden un bebé.“Si es bien manejado, con el apoyo de un experto y dentro de un límite, puede servir”, señaló Almeida.En el caso de que la persona salga de una situación real por la forma inadecuada de tratar esta terapia, entrarían a vivir en una fantasía, dijo la psicóloga. Añadió que eso puede generar ansiedad y el paciente empezaría a distorsionar la realidad.Finalmente, Almeida señaló que el tiempo de la terapia no sería específico. Depende de la personalidad del paciente y de sus datos históricos.
Ruth Velasteguí Herrera
Jefa de Programas y Proyectos Especiales del Patronato.
Prevención del embarazoEn el Ecuador existen bebés simuladores que no cuentan con las mismas características de los reborns, pero que son utilizados para prácticas de prevención en varios colegios.El Gobierno Autónomo Descentralizado de la provincia de Pichincha y su Patronato Provincial, preocupados por el alto índice de embarazos en adolescentes en el Ecuador, iniciaron en el 2011 el programa prevención de embarazo en adolescentes con estos muñecos.Según la doctora Ruth Velasteguí Herrera, jefa de Programas y Proyectos Especiales del Patronato Provincial de Pichincha, nuestro país ocupa el segundo lugar en América Latina después de Venezuela, en donde más se registran este tipo de casos.Este programa se basa en educar a los adolescentes en temas relacionados a la prevención de embarazos, mediante herramientas didácticas que facilitan a los jóvenes a interactuar como padres virtuales.El avance tecnológico de este muñeco permite vincular a los padres virtuales con un ID´s (manilla de control), con el cual se puede saber cuándo el bebé requiere de alimentación, afecto o un cambio de pañal, semejando a un bebe real.Los neonatos (falsos) son de un mes de vida, pesan lo mismo que uno real e incluso lloran si necesitan algo.Velasteguí Herrera comentó que el objetivo de este programa es reducir el impacto de los embarazos en los adolescentes. “Dentro de las estadísticas, Pichincha es la quinta provincia con mayor incidencia. La Costa y Amazonía ocupan los primeros lugares”.Manifestó que hasta el 2013 se han capacitado 6. 641 alumnos. Esa práctica continúa en colegios de la capital.