La muerte del ciudadano Ly Demba, de 32 años, proveniente de Senegal (África occidental) en una clínica de Guayaquil, alarmó anoche a pobladores del sur de la ciudad.
El ciudadano llegó a las 17:45 de ayer hasta la clínica y maternidad La Salud, ubicada en las calles Abel Castillo y Francisco Segura, suroeste de Guayaquil, sin signos vitales.
Ly Demba, según su pasaporte habría arribado ayer al Ecuador.
El doctor Jorge Pino, médico de la casa de salud donde falleció el ciudadano, manifestó que el hombre llegó acompañado de dos personas más pidiendo atención médica, cuando el doctor lo revisó no tenía signos vitales.
El acompañante le habría enseñado el pasaporte y según el profesional de la salud, en ese momento se dio cuenta que se trataba de un extranjero por lo que llamó al ECU-911 y reportó la novedad.
El hermetismo y preocupación se observó en las personas que habitan alrededor de la clínica quienes salieron de sus viviendas para observar lo que estaba ocurriendo en el sector.
Según el agente Mao Higton luego de revisar la documentación del fallecido se comprobó que se trataba de un extranjero. El uniformado agregó que luego del protocolo de autopsia se conocerá la causa del muerte de senegalés.
“NO ES ÉBOLA” A las 21:00 personas de la Policía Judicial llegó hasta las cercanías de la casa de salud, pero no ingresaron, sino hasta pasada las 22:00 cuando acudió personal del ministerio de Salud Pública.
A las 23:30 Pablo Acosta, director nacional de Vigilancia Epidemiológica dijo en la casa asistencial “vamos a activar el protocolo, pero el equipo que traslade el cadáver hasta la morgue, utilice todas las prendas de protección por seguridad, pero que quede claro que no es ébola porque en Senegal no existe casos sospechososos de esta enfermedad”
La “sapada” pudo más que el miedo“¡Se van a morir todos!”, gritaba un hombre acostado junto a la clínica a las 21:30 ayer. Las aproximadamente 50 personas que se habían aglomerado afuera de esta casa de salud, ubicada en el barrio Cristo del Consuelo, movían la cabeza temerosos, no por los gritos del hombre en presunto estado etílico, sino porque a las 17:45 llegó al lugar el cadáver de un africano, que “dicen que murió de ébola”, adujo Washington Villalba, vecino.
El rumor se propagó entre las más de 500 familias del barrio, y a pesar de que todo eran especulaciones, los más valientes se acercaron a la clínica a ver qué pasaba.
“No le hagan caso, está borracho. Siempre llega a beber por aquí”, aclaraba un adolescente que señalaba al hombre de los gritos, que a las 22:00 aún balbuceaba acostando en una vereda.
“Lo que sí es cierto es que allí llegó un muertito y dicen que se falleció de esa enfermedad que está acabando con la humanidad”, dijo el menor de edad, de 16 años, y quien llegó al lugar alarmado por otro amigo al que apodan “El pescado”.
Villalba, quien tiene 40 años y vive con su mamá en el sector, esperaba alguna noticia frente a la camioneta del Ministerio de Salud que estaba estacionada unos metros más adelante de la clínica.
Personal de esta entidad llegó al lugar a las 21:55 y convocaron a algunos médicos y enfermeras de la casa de salud a la vivienda de al lado, donde mantuvieron una reunión a puertas cerradas, avivando la curiosidad de los vecinos y los casi 15 periodistas que mantenían sus grabadoras, cámaras y micrófonos listos a que alguien les confirme o descarte la noticia.
“No nos podemos acercar”, “todos nos vamos a contaminar”, “debe haber un cerco epidemiológico”, decían en voz baja los moradores que a las 23:06 sacrificaba sus horas de sueño por tener alguna noticia u otros simplemente aprovecharon la oportunidad para buscar en Internet información sobre el ébola y aprender un poco más de esta mortal enfermedad de la que todos hablan pero pocos conocen.
( AEB-GR)