Édison Esparza, corresponsal en Nueva York, EE. UU.
Lourdes y Rosa se quedaron con ropa, comida y agua en las manos. Su hermano José, de 22 años, nunca llegó al encuentro en la calle 111 y avenida Roosevelt, en Queens, Nueva York.
Ellas esperaron toda la tarde del 24 de agosto de 2013 para abrazar a José y felicitarlo por cumplir el sueño americano, tras una larga travesía que costó más de 15 mil dólares, dinero que fue a parar a los bolsillos de “coyoteros”, y que empezó el 1 de julio de 2012 cuando el joven salió de su natal Cuenca para reencontrarse con su familia.
Los hermanos de José adelantaron 9 mil dólares a los traficantes de migrantes como parte del acuerdo. El resto de la plata debía ser entregada cuando el compatriota pisara territorio “gringo”.
Los “coyoteros” les comunicaron que José fue detenido el 21 de julio en la ciudad de Reynosa, en el municipio de Tamaulipas, en México, y que debían enviar dinero para su liberación para continuar con la ruta. Los familiares siguieron las instrucciones.
Luego de seis meses de incertidumbre, los “coyoteros” reaparecieron. Se comunicaron con Lourdes y Rosa para iluminar sus corazones de esperanza por la llegada de José. Les dijeron que su hermano estaba en EE. UU. y que debía realizar otro envío de dinero para entregárselo. Ellas volvieron a confiar en los traficantes.
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