ZURICH (Reuters)
El asediado presidente de la FIFA, Joseph Blatter, logró ayer asegurarse un quinto mandato al frente del organismo que rige el fútbol mundial, pese al escándalo de corrupción que estalló esta semana y luego de que su rival concediera la derrota tras verse ampliamente superado en la primera vuelta.
La elección se llevó adelante en medio del peor escándalo de corrupción en los 111 años de la FIFA y ante un coro de pedidos para que Blatter, de 79 años, se alejara del cargo.
Autoridades estadounidenses acusaron de corrupción el miércoles a varios de los principales dirigentes de la FIFA y ejecutivos corporativos, en su mayoría latinoamericanos, mientras que Suiza investiga por separado el proceso por el que se eligió a Rusia y Catar como sedes de los mundiales de 2018 y 2022.
El suizo Blatter ganó la primera ronda con 133 votos contra 73 del príncipe jordano Ali bin Al Hussein, una cifra que no fue suficiente para quedarse con la victoria.
Pero poco después, Ali concedió la derrota, permitiendo que el suizo se mantenga en el poder.
En su discurso de victoria, Blatter dijo: “Vamos FIFA, vamos FIFA”, ante una ovación de pie de los delegados de la entidad.
Minutos antes del inicio de la votación, los candidatos dieron su discurso final ante los delegados de la FIFA.
Allí, Blatter mostró todos los trucos aprendidos durante sus 17 años al frente de la FIFA.
El suizo, que lidera la entidad desde 1998, dio una presentación con más seguridad que el príncipe Ali de Jordania, de 39 años.
Ali se mostró nervioso al hablar y su presentación fue más liviana que la de Blatter, quien arrancó una ronda de aplausos cuando le dijo a los delegados: “no quiero abandonarlos”.
“Siento que el tiempo que he pasado en la FIFA ha sido muy corto. Cuando uno envejece, el tiempo se pasa rápido. Estoy con ustedes y me gustaría seguir con ustedes”, sostuvo Blatter.
Por su parte Ali, quien fue miembro del comité ejecutivo de la FIFA por cuatro años, hizo su última apelación para lograr que la entidad que rige el fútbol sea más abierta y democrática.
“El cambio no es un evento, es un proceso. Nuestro camino debe ser iluminado por la creación de una cultura que fortalezca la transparencia, la inclusión y la responsabilidad”, señaló.
Pero el discurso de Ali no pareció convencer a muchos dirigentes, que en su mayoría le dieron la espalda.
Pese a las acusaciones y al enojo de la UEFA, nunca pareció fácil que Blatter perdiera la elección, ya que se esperaba que mantuviera el respaldo de las confederaciones de Asia y África y de varias asociaciones de América Latina.
Buena parte de los países en desarrollo en África, Asia y partes de América Central y el Caribe no parecieron dispuestos a votar por un cambio, debido a que la actual cúpula de la FIFA les provee garantías monetarias anuales y pagos extra en los años en que se juegan los Mundiales.
En una visita a Berlín, el primer ministro británico, David Cameron, dijo que Blatter debía irse “cuanto antes mejor”.
Las actividades del Congreso de la FIFA se vieron alteradas ayer por una amenaza anónima de bomba, pero tras una breve interrupción el orden del día siguió adelante sin problemas.