El restablecimiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos se oficializó ayer en La Habana con la conversión de la Sección de Intereses norteamericana en Embajada, una sede diplomática aún sin bandera, ya que se izará cuando el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, visite la isla.
Cincuenta y cuatro años después de la ruptura de las relaciones tras el triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro, los cubanos asistieron a la reconciliación diplomática con EE. UU. en un lunes histórico marcado por la expectación, la tranquilidad y sin acto oficial en la sede diplomática norteamericana, un imponente edificio construido en 1953 en pleno malecón de La Habana.
En esa zona se congregaron desde la madrugada decenas de medios de comunicación internacionales para cubrir un acontecimiento que no alteró la habitual y diaria concentración de centenares de cubanos en los alrededores del edificio para solicitar y tramitar visados con el fin de viajar al país vecino.
El deseo de que la nueva etapa conlleve mejoras y más flexibilidad para los viajes entre ambas orillas fue la tónica común entre las opiniones consultadas en el ‘Parque de los Lamentos’, como llaman los cubanos a la zona donde esperan su turno para los trámites migratorios con EE. UU.
“Que se flexibilicen un poco las cosas, que se abra el puente para ir y venir sin necesidad de que la gente se tenga que quedar”, comentó José Luis, un habanero que esperaba para acceder a los servicios consulares de la embajada.
“Que no nos denieguen la visa y que nos dejen viajar, esa sería la mejor expectativa”, decía un poco más atrás Rosa María, con su pasaporte y carpeta de documentos en la mano.
Muchos de estos cubanos calificaron de “histórico” el día de ayer con la esperanza de que el acercamiento con EE.UU. se materialice en su vida cotidiana.
El acontecimiento de la restauración de lazos diplomáticos entre Cuba y Estados Unidos atrajo también en el entorno de la ya embajada estadounidense a numerosos turistas y curiosos que no quisieron perderse el momento.