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Puñetes, sillazos y sangre en una funeraria

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Santo Domingo
Algunos féretros y el piso de una funeraria quedaron manchados de sangre tras un enfrentamiento a puñetes y sillazos entre dos hombres, en Santo Domingo.
Durante la pelea, uno de los involucrados en la gresca se golpeó la cabeza en el filo de una caja mortuoria, esto provocó que perdiera sangre por la herida.
El enfrentamiento ocurrió aproximadamente a las 21:00 del pasado lunes. Un policía que estaba vestido de civil presenció la pelea y reportó el hecho. Ambos ciudadanos fueron detenidos y llevados ante las autoridades por presunto escándalo público.

¡Doña Aída y los suyos duermen en el piso!

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Redacción  Guayaquil
En el pequeño cuarto de una vivienda, localizada en la cooperativa Nueve de Octubre, en el Guasmo sur de Guayaquil, Aída Rebeca Andrade Narváez, de 66 años, pasa sus días sentada en un mueble. Ella no puede caminar debido a que hace una década sufrió una caída en su casa y se fracturó varios huesos de la cadera.  
Por eso fue sometida a una operación, pero su situación empeoró por una supuesta negligencia médica. Su mayor anhelo es ingresar otra vez al quirófano para recuperarse, pero, según ella, los médicos no la quieren intervenir porque puede morir a causa de la   hipertensión.
Desde hace quince años, Aíida vive en un cuarto prestado. Ella, su esposo Fernando Fernández y su hija con capacidades especiales duermen en el piso.
“Ella (su hija mayor de edad) es como una niña a la que hay que cuidar, no puedo hacerlo, pero mi  esposo se encarga”, dijo.

Ratificaron sentencia contra asesino de colombiana

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El hombre fue sentenciado a 25 años de prisión por el asesinato de su esposa y el lunes el Tribunal Penal de la Corte Nacional de Justicia ratificó la condena luego de que el sujeto imponga el recurso de casación.
El hecho ocurrió en agosto del año pasado. Eliana Estupiñán, ciudadana colombiana, fue hallada sin vida en el sector de El Bosque, al norte de la ciudad.
Su cuerpo reposaba sobre una cama que estaba en el departamento en el que convivían.

Robaron la moto a policía muerto en choque

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Redacción Guayaquil
Tres individuos, dos de los cuales son hermanos, guardan prisión desde las nueve de la noche del lunes. Son investigados por el robo de la motocicleta a un agente policial fallecido en un accidente de tránsito.
Mientras en la Fiscalía se canalizaba la situación jurídica de los tres sospechosos, en el suburbio de Guayaquil, en un inmueble de las calles 45 y la K, despedían al uniformado que por doce años laboró en la institución del orden.
De aquella casa, alrededor de las cinco de la tarde del lunes, el cabo primero Bolívar Aníbal Ramírez Fernández salió con la finalidad de ir al banco. Aprovechando que estaba libre, él optó por ir a cobrar el sueldo, según explicó su hermana Isabel Ramírez.

Sancionarán a “malos elementos” de AMT

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La detención de un agente metropolitano de tránsito generó polémica en las redes sociales y el anuncio de sanciones por parte de las autoridades. En un vídeo se observa el momento en el que esposan al funcionario. También se muestra la secuencia en la que se pone a llorar.
Diego Fuentes, viceministro de Seguridad Interna, indicó en una rueda de prensa -el lunes- que este hecho ocurrió el pasado 26 de agosto en la avenida Simón Bolívar, de la capital, cuando el agente detuvo a un camión cuyo chofer tenía una licencia de conducir tipo B.
Ese documento no es permitido para manejar un vehículo de esas características, por lo que el agente citó al conductor con el fin de ‘ayudarlo’ y supuestamente “cobrarle la cantidad de 150 dólares para no multarlo”, según el Ministerio del Interior.

Supuesto romance entre ediles alborotó al concejo

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Redacción Quito
Un vídeo en el que Antonio Ricaurte, concejal de Quito por el movimiento Vive, habla sobre un supuesto romance con Carla Cevallos, edil capitalina de Suma-Vive, desencadenó controversia en las redes sociales.
Durante la grabación, que dura un minuto y seis segundos, Ricaurte dirige su mirada hacia una supuesta confesión que lee frente a la cámara.
Cevallos “me buscaba, llamaba y perseguía insistentemente, seduciéndome, sabiendo que yo estaba bien y vivía con mi esposa e hijos”, indicó el funcionario en los primeros segundos de la declaración.
Añadió que “a pesar de que estamos divorciados, hemos seguido juntos siempre. La verdad es que en un momento de debilidad -que me arrepiento- acepté las propuestas amorosas de Carla y por lo cual ahora estoy sufriendo por perder a mi familia”.

Hay secretos ocultos en la isla del muerto

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ondeamos en una ensenada, creada de forma natural por las rocas submarinas que bordean la isla del Muerto o isla de Santa Clara, testigo de naufragios, rituales indígenas, crímenes y asaltos de ‘piratas’. El peñón permanece custodiado por cinco farallones, que emergen a sus costados como las almenas de una fortaleza inexpugnable. Tal vez la naturaleza los construyera para proteger los tesoros de los galeones españoles que, como el Santa María de la Consolación, encallaron hace casi cuatro siglos en los alrededores.
Sin embargo, la Santa Clara, más allá de sus pedregosas orillas, “se deshace” poco a poco. “Es puro polvo”, destaca ‘Pintado’.
Ocho de la mañana. Mis compañeros guardan en la bodega las 700 libras de pescado capturadas por la noche. Guillermo asa unas caritas al carbón, cuece arroz y prepara una cazuela de sierras con cilantro, comino y pimiento verde.
Algunos pescadores de pulpos se acercan a la Mercedes Belén II. “‘Pintado’, denos una sierra para el desayuno”, le ruegan. “Claro”, responde el capitán. Quien hoy brinda ayuda mañana podría necesitarla. La solidaridad es indispensable para sobrevivir en el Pacífico.  
Tras llenar el buche, me cubro con un saco e, imitando a mis compañeros, me tapo el rostro con una gorra. “Donde fueres, haz lo que vieres”, dice el refrán. Cierro los ojos. Los estridentes graznidos de las fragatas, gaviotas, pelícanos y piqueros de patas azules, que han colonizado el mayor refugio de vida silvestre en la costa continental ecuatoriana, no perturban nuestro sueño.
Pero la paz únicamente dura tres horas. El sol cae perpendicular. La temperatura ronda los treinta grados y no disponemos de un toldo bajo el que guarecernos. Me despierto encharcado en sudor. Así que me zambullo en el mar. “¡Tiburón!”, vocean a carcajadas desde una embarcación cercana. “¡Encárguense de mis restos si me devora alguno!”, les replico.
La tripulación se levanta poco después. Nadie, excepto yo, se queja del calor. “Hay que calentarse para la noche”, resalta ‘Pintado’. Los cinco apenas tardan un par de minutos en retomar la actividad. Toca remendar las redes, bastante maltrechas después de doce horas de faena.

UN VISTAZO AL PASADO

Raúl recuerda sus años mozos. Es un marinero de la vieja escuela, de esos que capturaban tiburones blancos y tintos con rudimentarios sedales y sus propias manos, cuando estos animales legendarios abundaban y no existía la conciencia ecológica que empujó al Gobierno de Lucio Gutiérrez a prohibir su pesca dirigida en 2005. Dos años más tarde, Rafael Correa autorizaría la incidental.
“Hace mucho que dejé aquello. Ahora debemos protegerlos”, atestigua Raúl, que se extravió en la mar de joven durante un viaje a las aguas limítrofes con Colombia: “Vagamos siete días sin gasolina. La corriente nos arrastró hacia el norte y luego nos trajo de nuevo. Solo cargábamos tomates. Nos humedecíamos la boca con ellos. Tuvimos suerte”. Tal vez eso explique por qué en la Mercedes Belén II economizan tanto el agua dulce. Podrían necesitarla más adelante.
Wilson se libró de los ‘piratas’ por un pelo. Una vez lo asediaron cerca de Perú, pero escapó gracias a que navegaba en una embarcación de dos motores, no de uno como suele ser habitual. “Mi mujer se ha acostumbrado a esto”, subraya.
Guillermo es el único que no se ha topado con forajidos. Pese a que tiene una mirada enjuta, responde con cierta dulzura a las muestras de cariño, especialmente si alabo sus habilidades culinarias. Cuando no hay trabajo de albañil en tierra, se echa a la mar. “Y cuando no hay en la mar, vuelvo a tierra”, indica.
Lo cierto es que todos, a excepción de ‘Pintado’, a quien le agrada “conocer gente de otros países”, se muestran algo inaccesibles al principio. Lógico. Nunca habían convivido con un periodista. Pero al mismo tiempo se esmeran en hacer más llevadera mi estancia. Constantemente me ofrecen comida y refrescos, me invitan a ocupar el camarote aunque yo prefiera descansar al aire libre…
–¿Son de los que se gastan la paga en las cantinas? –les pregunto irónico para ablandarlos.
–Ese nomás es un borrachín –bromea Raúl señalando a Guillermo.
–¡No, él lo es! –le rebate este.

EN TIERRA FIRME

‘Pintado’ debe sellar su permiso de pesca, ya que los cupos son limitados. De modo que lo acompaño a la isla. Debido a los abruptos cortados y a la fragilidad del terreno, sus cinco hectáreas resultan prácticamente intransitables. Pero la vida marina fluye gracias a la convergencia de las corrientes de Humboldt y Cromwell con las aguas tropicales que llegan desde el norte y las dulces procedentes del Guayas.
Los piqueros de patas azules han sitiado los alrededores de la caseta donde reside el equipo que protege el peñón. Aún siento el vaivén de las olas. Huele a corral, a heces de ave. Las hembras amagan con picotear nuestras botas. Están en época de reproducción y tratan de proteger a los polluelos. Su canto desafinado, que más bien parece el berrido de un bebé hambriento, me estalla en los tímpanos.
Nelson Fariño, de 26 años, es marino. Christian Ramírez, de 27, buzo. Su estancia en la Santa Clara durará quince días, de ahí que no tengan información sobre los misterios que anidan en este lugar. Además, hoy no está el biólogo que se encarga de censar los animales. “Por la noche aún hay más aves, ya que regresan todas las que han salido a la mar. Al final te acostumbras al ruido”, apunta Fariño. “Desarrollamos labores de seguridad”, precisa Ramírez. En el supuesto de que hoy se produzca algún asalto, su radio será vital para volver a casa.
‘Pintado’ me insta a visitar la colonia de leones marinos que ocupa uno de los farallones. Nos escondemos detrás de un peñasco, a veinte metros, para no alterarlos. Algunos juguetean en el agua. Otros se mueven torpes entre las rocas. No escucho ese sonido de trompetas tan característico que emiten cuando se sienten amenazados. De modo que hoy deben de estar felices.
El capitán se abre. Me cuenta que, tiempo atrás, los buscadores de tesoros abundaban en estas aguas y extraían “monedas de oro, plata y vasijas” de un antiguo navío que yace a veinticinco metros: “Nadie sabe todo lo que hay allá abajo, pero se calcula que unos seis o siete navíos españoles. Tiene lógica que naufragaran, ya que la profundidad es mínima en algunos puntos”.
La isla también fue un lugar sagrado para los aborígenes de Puná, que celebraban en ella las ofrendas a sus ídolos y las ceremonias mortuorias. Las leyendas hablan de que, bajo el polvo, se esconden restos arqueológicos de gran valor, aunque por el momento solo se han hallado muestras de cerámica, yeso y antiguos collares.

Los crímenes

Pero, además, la Santa Clara esconde truculentos secretos, forjados con muertes atroces que nadie ha esclarecido. En su cara sur, “varios ‘piratas’ asesinaron a un pescador” que se encaró con ellos. Y, hace algunos años, unos buzos encontraron los cadáveres mutilados de dos hombres. “A uno lo habían degollado y al otro lo habían decapitado. Dos personas que no se conocen entre sí se toparon con los cuerpos. Por eso doy verosimilitud a sus testimonios”, precisa ‘Pintado’.
En la lancha, los tripulantes continúan reparando las redes. Guillermo nos recibe con un sabroso guiso de pescado, del que damos buena cuenta. No hemos comido desde el desayuno y son ya las 17:30. “‘Pintado’, ¿unas sierras a cambio de unos pulpos y unas conchas?”, le propone un buceador. “Por supuesto”, asiente el capitán, que acto seguido abre los moluscos y los rocía con limón. “¡Del mar a la mesa!”, sentencia ufano.
El buzo afirma que en 2013, mientras rastreaba las profundidades, nadó debajo de una sirena durante unos segundos. Ante mi gesto de incredulidad, endurece su semblante: “Pude distinguir su silueta, su cola verde y escamosa. No le miento”. “Yo ya conocía la historia”, puntualiza el capitán.
El atardecer nos anuncia el inminente inicio de una nueva jornada de pesca. Hay que pertrecharse. Poco después de las siete, una ‘fibra’ abandona la ensenada. Debemos darnos prisa. A los marineros les gusta faenar juntos por si los atacan. Así se sienten más protegidos. “Tome, una taza de café para pasar la mala noche”, me ofrece cortés Ángel. Ese será nuestro único antídoto contra el cansancio.

“HE SUFRIDO CUATRO ATAQUES EN CINCO AÑOS”

Juan Cruz, un marinero de 50 años que reside en Chanduy (Santa Elena), también faena en la isla del Muerto. Los ‘piratas’ se han cebado con él. Desde 2010, lo han atacado “en cuatro ocasiones”: una en el propio peñón, dos cerca de su localidad y otra en Manabí.
“Una vez me dispararon y me hirieron. Ahora debo tres motores al banco. El Gobierno de Rafael Correa al menos me repuso uno, gracias a un proyecto que incluía algunas ayudas. Aquí mismo, en cualquier momento, nos pueden asaltar”, constata.

Obligada a beber agua con ratones muertos

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Secuestradas, golpeadas, vendidas, violadas: el grupo Estado Islámico (EI) tiene en Irak “mercados de esclavas”, en los que las mujeres de las minorías, como las yazidíes o las cristianas, son vendidas para servir de esclavas sexuales, como contó una joven que logró escaparse.
En un libro que será publicado en Francia este viernes (Esclave de Daech), Jinan, yasidí de 18 años, cuenta sus tres meses de cautiverio en Irak a manos de los yihadistas de EI a fines de 2014, durante los cuales fue víctima de esa trata, hasta que pudo huir una noche robando unas llaves.
Después de ser detenida en varios lugares, entre ellos una cárcel de Masul, Jinan fue comprada por dos hombres, un expolicía y un imán, que la encerraron en una casa junto con otras prisioneras yazidíes.
“Nos torturaban, querían convertirnos por la fuerza”, cuenta Jinan en París, donde se encuentra en ocasión de la publicación de su libro, escrito junto con el periodista francés Thierry Oberlé.
“Si nos negábamos, éramos golpeadas, encadenadas fuera a pleno sol, obligadas a beber agua en la que flotaban ratones muertos. A veces nos amenazaban con torturarnos con electricidad”, dice.
“Esos hombres no son humanos, solo piensan en la muerte, en matar. Toman drogas sin cesar. Quieren vengarse de todo el mundo. Afirman que un día el Estado Islámico reinará en el mundo entero”, añade.

Pagan lo que sea

En Mosul, Jinan fue llevada a “un inmenso salón de recepción con columnas (...) Decenas de mujeres están reunidas allí. Combatientes circulan entre nosotras. Bromean con risas groseras, nos pellizcan las nalgas. Uno de ellos pone mala cara: ‘esta tiene buenas tetas, pero  quiero una yazidí de ojos azules, con tez clara. Parece que esas son las mejores. Estoy dispuesto a pagar el precio que sea’”.
La joven recuerda haber visto en ese mercado de esclavas a compradores iraquíes, sirios, pero también extranjeros occidentales cuya nacionalidad no pudo determinar. Las jóvenes más lindas son reservadas a los jefes o a los clientes del Golfo que pueden pagar su precio.
Acompañada en París por su marido, con el que logró reunirse después de su evasión, Jinan vive actualmente en un campamento de refugiados yazidíes en Kurdistán iraquí.

En choque de carros se ‘llevaron’ a campesino

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El Guabo (El Oro)
Anastasio Filiberto Avilés Arreaga, de 67 años, quien laboraba en una bananera, murió arrollado, tras chocar dos vehículos. La víctima se movilizaba en una bicicleta a las 16:30 del lunes en el cantón El Guabo, provincia de El Oro, cuando le llegó la muerte.
Según el parte de la Comisión de Tránsito del Ecuador, un vehículo que no fue identificado circulaba por la vía Peaje Río Siete-El Guabo, en sentido norte-sur. Al llegar al kilómetro 21, frente a una gasolinera, se impactó  con una camioneta  Chevrolet de color plomo y placa GON-0419 que circulaba en la misma ruta. Debido a la fuerte colisión, la camioneta  impactó a Avilés Arreaga que transitaba por el lugar en su bicicleta y le quitó la vida.

Ruta del Spondylus no tendrá agua hoy, durante cinco horas

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Santa Elena
 Hoy, durante cinco horas se suspenderá la distribución de agua potable a varias comunidades ubicadas a lo largo de la Ruta del Spondylus, en la provincia de Santa Elena.
La suspensión del servicio será de 09:00 a 14:00 y se debe a un mantenimiento a la tubería matriz de 315 mm que provee el líquido vital a las poblaciones del sector norte de la península.
Los sitios que se verán afectados por el corte son: San Pablo, Pacoa, Monteverde, Jambelí, Palmar, Colonche y Pueblo Nuevo.

Balazo le destruyó un ojo

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Redacción Guayaquil
Familiares de Felipe Tumbaco Morante, de 23 años, están pendientes del estado de salud del joven, quien durante la madrugada del domingo fue herido en el interior de su vivienda ubicada en la calle 45 y la P, suburbio de la urbe.
Según la versión del afectado, quien se encuentra internado en el hospital Abel Gilbert Pontón, él bebía con un grupo de amigas. De repente llegó el conviviente de una de ellas, tumbó la puerta a golpes y patadas, y disparó por cuatro ocasiones.

Toque de queda en dos cantones de Los Ríos

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Buena Fe (Los Ríos)
A las 22:00, el ruido de la sirena de los bomberos alerta que algo pasa en las calles de Buena Fe,  Los Ríos. Se trata del toque de queda que entró en vigencia hace una semana en este cantón, para controlar a menores de edad que deambulan por las calles de la ciudad y se exponen al peligro.  
María Fernanda Zambrano,   jefa política de Buena Fe,  indicó que la medida se dio porque  en las noches y madrugadas se ha observado en las calles a menores de edad consumiendo bebidas alcohólicas e incluso drogas, lo que pone en peligro su integridad física y moral.

No hay tierra más allá del mar

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Un lobo marino acecha las redes de los pescadores, que han acorralado a un banco de sierras. Cuando los ejemplares quedan atrapados entre las mallas, el mamífero aprovecha para darse un festín. “Puede devorar decenas en pocos minutos”, destaca Ángel. ‘Pintado’ grita en la oscuridad para ahuyentarlo, pero el animal se desliza por el agua con la agilidad de la que adolece en tierra. Tras empacharse, salta por encima del trasmallo y se desvanece como la espuma de las olas que rompen contra la Mercedes Belén II. Los marineros, tras 36 horas en la isla del Muerto, parecen desanimarse.
Pero cada minuto que pasa es tiempo ganado a los ‘piratas’. Y las capturas, por suerte, se suceden a un ritmo constante. Con las sierras también aparecen agujas, caritas, camotillos y domingos. El capitán ordena a los tripulantes que vayan depositando los peces en la bodega para regresar antes a casa. “¡Venga, muchachos!”, les alienta, consciente de que sus reservas están al límite.
A las tres de la madrugada, tras unos minutos encogido en cubierta como un feto, decido seguir los consejos de mis compañeros y tumbarme en el camarote sobre un irregular lecho de mochilas y cordeles. Las pastillas mantienen a raya los mareos, aunque mi estómago se ha deshecho con los medicamentos como las mallas con el roce de las piedras. Siento el impacto de las olas en la amura. El casco, al igual que yo, tiembla y se arruga en cada embestida.La amenaza sigue ahí
Zarpamos hacia Santa Rosa antes del amanecer. Ángel se deja caer sobre la proa; Guillermo, en un banco junto al costado de babor; y ‘Pintado’ y Wilson, dentro de un arcón oculto en la bodega. Estos dos deberán turnarse con Raúl en el timón. Están extenuados. Por eso les ruego que me permitan cederles mis ‘lujosos’ aposentos. “No se preocupe. Intente descansar”, insiste Ángel.
El riesgo de sufrir un ataque es ahora más alto que nunca. Porque los forajidos a menudo actúan cuando los pescadores han terminado de faenar. Así también pueden arrebatarles el sustento. De ahí que impere el silencio.
Avanzamos lentos, como en una procesión fúnebre, pero avanzamos. Asomo la mirada desde mi habitáculo. Wilson ha tomado el mando. Frunce el ceño; achina los ojos como si la luz del sol, que se cuela timorato desde el este, le escociera; y resopla. “Ojalá pudiera relevarlo”, balbuceo.
El litoral de Santa Elena se vislumbra a unas diez millas. “¡Nos quedan dos horas!”, me anuncia Ángel, que acaba de despertarse. Lo peor ha pasado. No ha habido noticias de los malhechores, la mar parece calmada… Mientras Guillermo se despereza, ‘Pintado’ agarra el timón y Wilson abre la lata de duraznos en almíbar que compré antes de zarpar. “¡Hay que celebrar este momento!”, exclama.
El capitán hace una señal a sus compañeros y coloca una sirena al lado de Raúl, que aún duerme. “¡Ahora!”, vocifera antes de activarla. La carcajada es unánime. Lejos de enojarse, la víctima de la broma abre el ojo derecho y se contagia de nuestra alegría. “Yo no hubiera reaccionado igual”, pienso.A vender
El puerto de Santa Rosa bulle. Barqueros que trasladan las capturas a la lonja a bordo de sus ‘bongos’ -botes estrechos similares a una canoa-, chillos de mayoristas, niños que chapotean en las contaminadas aguas de los muelles, marineros que limpian las bandejas de pescado, pelícanos en busca de presas…
‘Pintado’ y sus hombres entran colmados, como si regresaran victoriosos del frente. Todos los miran. Los barqueros se agolpan junto a la Mercedes Belén II para ofrecer sus servicios por cinco dólares. Algunos vecinos van de ‘fibra’ en ‘fibra’, apelando a la caridad de los pescadores para alimentar a sus familias. “Yo no podría pedir”, confiesa Raúl tras regalar una sierra a un joven.
La esposa de ‘Pintado’ aparece en un ‘bongo’. Contiene su emoción y reserva las caricias para la intimidad. Primero hay que vender el pescado, aunque mis cinco compañeros reservan los ejemplares más lozanos para sus familias. “Me gustaría ir a faenar, pero con todo lo que está ocurriendo...”, reconoce la mujer antes de escabullirse con su marido a la lonja.
Pequeños comerciantes se acercan para pujar por los peces aguja, de escaso valor en el mercado. Son los únicos ejemplares a los que pueden aspirar. “¡18 dólares por los siete!”, grita un costeño que viste la camiseta del Barcelona. “¡20!”, le replica un afroecuatoriano que porta la del Leeds United. “Para ti”, asiente Guillermo.Hora de cobrar
Veinte minutos más tarde, ‘Pintado’ vuelve sonriente. Los distribuidores han pagado la libra a 1,10 dólares, más de los 0,8 que esperaban. Y las capturas han pesado 1.500. Es hora de repartir las ganancias, aunque primero hay que restar los 200 dólares de la gasolina, los 40 del hielo, los 60 de la comida, los 100 del remendador... En total, quedan unos 300 limpios para el capitán y 150 para cada tripulante. ‘Pintado’ me ofrece 20 por mi esfuerzo, pero obviamente los rechazo. Así que me compensa con  dos pulpos y unas conchas.
“¿Os parece mucha plata con todo lo que sufrís?”, cuestiono. “Bueno... Cuando los vientos se ponen duros, no ganamos ni para comer”, constata Ángel. “Nos dejamos el lomo, pero los distribuidores van con su buen carro. Ellos venderán la libra a dos o tres dólares sin hacer casi nada”, valora el capitán. “Cuando hay mucho pescado, bajan los precios. Pero en Perú ponen unas tarifas mínimas”, agrega Raúl. “A veces vienen comerciantes de fuera y, como nos ofrecen más, reciben amenazas”, remata ‘Pintado’.
Al fin, con el jornal en la mano, todos se relajan. Me asombra que ya estén pensando en salir de nuevo a faenar. “Es en el mar donde nos sentimos libres. Aquí solo podemos pasar un día como mucho”, destaca Raúl. “Ahora me ducharé y le pediré a mi señora que me dé calor”, apostilla bromeando Ángel.
Me cuesta despedirme de ellos. Algo me dice que aún nos quedan muchas aventuras por compartir. “Cuídense. Espero no haberles incordiado en exceso”, concluyo.
Mientras les disparo una última instantánea desde la playa, la brisa trae a mi memoria los versos de ‘Invictus’, el poema del inglés William Ernest Henley que tanto ayudó a Nelson Mandela en su cautiverio. “Debería recitárselo”, susurro para mí: “En la noche que me envuelve, negra como un pozo insondable, doy gracias al Dios que fuere por mi alma inconquistable. En las garras de las circunstancias, no he gemido ni llorado. Ante las puñaladas del azar, si bien he sangrado, jamás me he postrado. Más allá de este lugar de ira y llantos, acecha la oscuridad con su horror. No obstante, la amenaza de los años me halla y me hallará sin temor. Ya no importa cuán recto haya sido el camino, ni cuántos castigos lleve a la espalda. Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”.

Los ‘piratas’ proceden de Puerto Bolívar, isla Puná y Perú
Los ataques en alta mar a pescadores artesanales de Santa Elena han aumentado en los últimos meses, especialmente a los afincados en Santa Rosa y Anconcito. Solo en lo que va de año, los ‘piratas’ han robado 111 motores, tantos como en todo 2014. El capitán del puerto de Salinas y director de los Espacios Acuáticos de la provincia, Vicente Jácome, admite esta realidad que los marineros llevan semanas denunciando. Eso sí, recuerda que el grueso de los incidentes se ha registrado en el límite con Perú. “No quiero decir que aquí no haya habido robos, pero se han minimizado tanto que los últimos fueron en abril”, apunta a EXTRA.
Aunque prefiere emplear el término ‘delincuentes del mar’ que el de ‘piratas’, Jácome confirma que la mayoría de las bandas procede de Puerto Bolívar, la isla Puná y el país vecino. Algunos pescadores aseguran que los criminales esconden sus botines en rincones estratégicos como el faro de Punta Arenas para no ser interceptados cuando regresan a tierra, pero Jácome declina dar detalles al respecto: “Esa información la manejamos de forma reservada. Nuestro objetivo es obtener la inteligencia necesaria para desarrollar los operativos”.
Así mismo, cuando se le pregunta acerca de la posible implicación de militares en estas prácticas, el director de los Espacios Acuáticos de Santa Elena se limita a decir que su institución actúa “con transparencia” y que está “abierta” a depurar las responsabilidades que sean necesarias.Vigilancia
Desde hace años, las cooperativas de pescadores se han quejado de la escasa vigilancia que, a su juicio, existe en alta mar. Pero Jácome ensalza las medidas aplicadas por el Gobierno Nacional, como el Plan de Protección y Seguridad Integral de los Espacios Acuáticos, vigente desde 2012. “Cada dirección regional y capitanía de puerto, así como el Comando de Guardacostas, tiene sus áreas de patrullaje. En Santa Elena, realizamos patrullajes cada día. Pero el ámbito marítimo es distinto al terrestre. Nadie puede estar en un mismo lugar las 24 horas”, precisa. Desde el pasado 1 de enero, solo un presunto delincuente ha sido detenido por una alerta de robo en la provincia, mientras que “en Puerto Bolívar y Guayas unas diez personas han sido arrestadas”.
No obstante, los recursos no parecen tan efectivos a simple vista en algunos emplazamientos como la isla del Muerto. Antiguamente existía una estación móvil flotante en la ensenada donde atracan las lanchas, que servía para disuadir a los asaltantes, según resaltan varios pescadores. Pero esta se reubicó en Puná, otro punto de riesgo, porque “algunas veces sufrió los envites de la naturaleza”, matiza Jácome.
Ahora, los militares que viven en el peñón no disponen de una embarcación para socorrer a los afectados, aunque el director de los Espacios Acuáticos de Santa Elena afirma que la labor de estas personas no es el “patrullaje”, sino otras más relacionadas con las peculiaridades de un área protegida. (JL / GMA)

“EN PERÚ YA SE ESTÁN PREPARANDO PARA EL NIÑO”
La corriente cálida de El Niño ha llegado a las costas ecuatorianas, aunque nadie se atreve a precisar el grado de destrucción que traerá esta vez. El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología, así como el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño, alertaron hace un mes de su presencia, que entonces calificaron de moderada, y auguraron que las fuertes lluvias podrían arreciar a finales de año. Ahora bien, el presidente de la República, Rafael Correa, señaló el pasado sábado que las probabilidades de que ataque con virulencia al país se han reducido en las últimas semanas.
Entre tanto, los pescadores de Santa Rosa destacan que sus vecinos peruanos “están reparando y apuntalando los techos y muros de sus casas” como medida preventiva. “Los vientos son más duros de lo normal. Y las capturas han bajado. Pero no sabemos nada con certeza”, indica ‘Pintado’.
Martín Toala, de 38 años, revela sus dudas al tiempo que repara las redes con las que faenará mañana: “Creemos que los problemas aparecerán en invierno. Esperemos que no nos afecten demasiado”. Su compañero, José Daniel Muñiz, de 36, recuerda que El Niño, sumado a las pérdidas propiciadas por los asaltos, podría ser una losa insalvable para ellos. “Ojalá nos acompañe la fortuna o sufriremos más de lo normal”, remarca.
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El pescador que miró de frente a los 'piratas'

“Me cansé de los ‘peladitos’”

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Jeka Caballero está enamorada, pero esta vez no es un ‘peladito’, como con los que se la vinculó durante su participación en el reality BLN, la competencia, de Canal Uno.
Su nuevo amor es un hombre, de 33 años, que afirma le ha ‘robado el corazón’.
“No voy a nombrarlo porque no es de la farándula y no quiero hacerlo público. Solo te digo que es un empresario trabajador que llena los requisitos que siempre busqué en mi pareja:atento, gentil y seguro de sí mismo”, comentó la modelo.
Indicó que su principal cualidad es que sabe ‘aplacar’ su carácter explosivo.

‘Sin querer’, es la Miley Cyrus ecuatoriana

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Fue a inicios de año. De repente, la larga y negra cabellera de Josdy González se había ‘esfumado’ y el estallido de mensajes en sus redes sociales llegó tan rápido como su cambio de look.
“Por favor no te lo cortes”, “se te ve mejor el pelo largo”, se leía en los comentarios de las fotografías que la competidora del reality Calle 7, de TC Televisión, subió a su cuenta de la red social Instagram.
Primero se rapó los costados, luego se lo dejó cortito y finalmente apareció en la pantalla de TV con un tono rubio. Su intención era teñírselo platinado, porque se inspiró en el personaje de Tormenta, de la actriz Halle Berry.
Sin embargo, para muchos de sus seguidores, la portovejense, de 18 años, se parecía a la polémica Miley Cyrus, que el pasado fin de semana hizo noticia por los diminutos trajes que lució en los premios MTV, en los que, además, dejó ver uno de sus senos.
A Josdy la comparación no le molesta, al contrario, asegura que le sirve para destacar su rebeldía, pero contra las cosas negativas de  la vida. La competidora comentó que jamás buscó parecerse a la exHannah Montana, pero hay similitudes entre ambas, como el querer que su aparición en pantalla no quede solo en eso, sino en dejar una marca.
“No me disgusta, porque tengo una cualidad. La mía es física, pero no en la personalidad de Miley Cyrus”, explica sobre los múltiples escándalos de tinte sexual de la exchica Disney.
A la manabita, por ejemplo, no le agrada la actitud libertina de la cantante estadounidense, como salir semidesnuda o desnuda en fotografías, sin embargo mencionó que pensaría en hacerlo siempre y cuando sea por una buena causa.
“Nosotros podemos adoptar looks de distintos artistas, pero que generen algo positivo. (...). Jamás haría un desnudo de manera promiscua. Apoyo campañas de desnudos, pero por ejemplo, contra la anorexia”, detalló.

¡Una disculpa “es lo mínimo”!

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La disculpa que ofreció el concejal del movimiento Vive, Antonio Ricaurte, a la edil de Suma, Carla Cevallos, sobre el vídeo difundido en las redes sociales “es lo mínimo. La verdad no espero ni disculpas ni nada, solo que la justicia llegue y proceda como se debe”, dijo la funcionaria a EXTRA.
Ella informó que sortearon al juez que atenderá la denuncia por daño a la honra presentada la tarde del martes en un juzgado de contravenciones en contra de Ricaurte. En la grabación, él dice que Cevallos “me buscaba, llamaba y perseguía insistentemente, seduciéndome, sabiendo que yo estaba bien”.
También señala que “en un momento de debilidad -que me arrepiento- acepté las propuestas amorosas de Carla y por lo cual ahora estoy sufriendo por perder a mi familia”. Cuando el vídeo se viralizó, el concejal explicó a este medio de comunicación que “existió una confusión. Yo con Carla no he tenido ninguna relación, solo de amistad. La respeto mucho y le pido disculpas”. Estaba previsto que dé una rueda de prensa a las 15:30 de ayer.

El Clásico se jugará el domingo 13 en Manta

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Redacción Guayaquil
Hasta el pasado martes, en la sesión del Comité Ejecutivo de la FEF cumplida en Manta, el Clásico del Astillero, correspondiente a la fecha 10 de la segunda etapa, se había programado para el próximo sábado 12, desde las 18:00. Además, Delfín, el ídolo del puerto manabita, estuvo de acuerdo en  jugar el viernes 11 con Macará, por el campeonato de la serie B.
El equipo ‘eléctrico’ deseaba jugar solo por aquello de la taquilla y no aceptó un ‘doblete’ con Delfín, ya que si sucedía aquello tendría que entregarle un porcentaje de la recaudación al conjunto ‘atunero’.
Por esa razón, ayer oficialmente se pudo conocer que el tercer clásico de la temporada se realizará el domingo 13, a partir de las 17:00; y que Delfín jugará el sábado, desde las 16:00, ante Macará. Aquello no cayó bien en la afición mantense que deseaba un ‘doblete’ a precio de una entrada. (PLV)

¡Apareció... pero desmembrado!

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Hernán Lucas, Rocafuerte (Manabí)
Un hallazgo escalofriante se registró en una propiedad en Rocafuerte, Manabí. La policía encontró parte del cadáver de Mario Leonardo Castro Vélez, de 30 años, quien fue reportado como desaparecido el mes pasado.
A las 03:30 de ayer, agentes especializados de la Dirección Nacional de Delitos Contra La Vida, Muertes Violentas, Secuestro y Extorsión, (Dinased) llegaron hasta el sitio El Limón, en Sosote, cantón Rocafuerte y allanaron la vivienda del expolicía Édison Fortty Delgado, de 48 años, donde estaban enterradas una pierna y parte de un brazo de la víctima.
El exgendarme fue detenido como sospechoso del delito, manifestó el fiscal provincial, Vicente Párraga.

¡Celebración terminó en sangre y dolor!

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De varias puñaladas fue asesinado un menor de edad que había llegado a beber en la casa de un amigo, al parecer para celebrar un día antes su cumpleaños.
El martes, ‘Luis’ (nombre protegido), de 17 años, y sus amigos abandonaron el colegio -sección matutina- después de la inauguración de clases y decidieron celebrar el encuentro ‘pegándose’ unos tragos. En la amena reunión habrían estado hasta pasadas las 14:00. A esa hora se pusieron de acuerdo para seguir libando en el departamento de uno de los amigos, ubicado en el norte de Quito.
Gloria Guamán, moradora del lugar, comentó que por vecinos del sector se enteró que en un departamento del tercer piso de una vivienda había sucedido un asesinato.
Dos jóvenes habían llegado al inmueble ubicado en el sector del Comité del Pueblo, entre las calles Garcés y Nicolás Rodríguez, donde desde las 16:00 se habrían puesto a beber.

Lo hallaron colgado de un cinturón

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“¿Qué pasaría para que la policía esté por aquí?”, se preguntaban algunos vecinos del barrio Las Cuadras, al sur de la capital.
La mañana de ayer, a una casa ubicada entre las calles S33-E y Oe 7A, llegaron los uniformados del sector para verificar la muerte de un hombre.
Las primeras informaciones de los habitantes apuntaron a que se había producido un suicidio dentro del inmueble.
Cuando ingresaron a la propiedad, los agentes verificaron el cuerpo sin vida de un sujeto que estaba pendiendo de una de las barandas.
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