Anny Bazán, Guayaquil
“El temblor de sus manos y sus miradas perdidas los delatan, enseguida me doy cuenta que han consumido droga”, manifestó afligida Geoconda Carrión, la madre que enfrenta la adicción de cinco de sus quince hijos.
Sus vástagos de 20, 14, 13, 12 y de 8 años son consumidores de ‘H’, un derivado de la heroína. Ella pide ayuda urgente, pues teme que les pase algo.
Geoconda, quien comparte su vivienda, ubicada en la cooperativa San Francisco 1, noroeste de Guayaquil, con 10 hijos y 3 nietos, solicita que un centro de rehabilitación se haga cargo de sus muchachos, porque al menor descuido se escapan y regresan a altas horas de la noche con síntomas de haber consumido el alucinógeno.
La desesperación se apodera de esta señora, quien narra que ayer, a las 11:00, envió a ‘Chicho’, como llama a su hijo de 8 años, a comprar carne a la tienda, a pocos metros de su casa, transcurrieron dos horas y el menor de edad no retornaba, por lo que pidió a un familiar que fuera por él. Al regresar enseguida se dio cuenta que había consumido.
“Cuando volvió sus gestos y temperamento no eran los mismos, mi hijo llegó irritado, le pregunté si había consumido y me contestó que sí”, manifestó afligida Geoconda.
Llorando la señora contó que hace seis meses la llamaron de la escuela donde estudiaba ‘Chicho’, allí la profesora le habría dicho que su hijo se molestaba y que su comportamiento era extraño, ella comenzó a observarlo en casa y notó que mientras comía se dormía, enseguida se dio cuenta que su chiquito también consumía el estupefaciente.
OCULTO EN EL HILVÁN
DEL PANTALÓN
La mujer recordó que un día lavaba la ropa del niño y encontró metido en el hilván del pantalón un sorbete con una fundita vacía, similar a lo que había hallado a su hijo de 20 años, quien fue el primero en consumir dentro del hogar.
“Le reclamé, le dije porque le das a tus hermanos, pero él lo negó y me comentó que ellos aprovechaban cuando él dormía para quitarle el polvo de su billetera”, expresó Carrión.
El chico, por su parte, recordó que hace cinco años consumió por primera vez, ese día un amigo le dio para que probara y por curiosidad lo hizo. “Como trabajaba cantando en los carros tenía dinero para adquirir la droga, el paquetito cuesta dos dólares y salen hasta diez dosis de uno”, refirió el joven.
El muchacho dice estar arrepentido, porque no solo perdió a su padre, luego de que el domingo pasado tomara la fatal decisión de ahorcarse, por la depresión de saber que sus hijos son adictos, sino que ahora dos de sus hermanos escaparon de casa y desconoce su paradero.
“Quiero cambiar, mis sueños son ser policía y el de mi ñaño de 8 años es el mismo, por lo que pedimos ayuda, porque solos no lo podemos hacer”, expresó el chico.
Anny Bazán, Guayaquil“El temblor de sus manos y sus miradas perdidas los delatan, enseguida me doy cuenta que han consumido droga”, manifestó afligida Geoconda Carrión, la madre que enfrenta la adicción de cinco de sus quince hijos.Sus vástagos de 20, 14, 13, 12 y de 8 años son consumidores de ‘H’, un derivado de la heroína. Ella pide ayuda urgente, pues teme que les pase algo.Geoconda, quien comparte su vivienda, ubicada en la cooperativa San Francisco 1, noroeste de Guayaquil, con 10 hijos y 3 nietos, solicita que un centro de rehabilitación se haga cargo de sus muchachos, porque al menor descuido se escapan y regresan a altas horas de la noche con síntomas de haber consumido el alucinógeno.