Las carcajadas de Geovannito parecen contagiosas. Al menos, a Samantha Grey el rostro se le ilumina cuando escucha la risita aguda de su hermanito menor y también sonríe.
Lo toma de la mano e intenta que se quede quieto en una silla. Pero apenas se sienta, sale disparado a corretear por el estudio del programa De casa en casa, donde se celebró la mañana del miércoles el primer añito de Kate, la hija de Karin Barreiro, presentadora de ese espacio.
A sus tres años, el hijo de Sharon la ‘Hechicera’ solo piensa en jugar; y Samantha, primogénita de la artista, en cuidarlo. Desde el 4 de enero pasado, a su papel de hermana mayor se le sumó el rol de madre, cuando la muerte les arrebató en la Ruta del Spondylus al ser que les dio la vida.
A sus 20 años, ‘Sammy’, como la conocen cariñosamente quienes la siguen en el programa Soy el mejor vip, de TC Televisión, conoce a la perfección las labores de una madre; a pesar de que ella recalca que, lo que hace, es lo que una hermana mayor haría y que la figura materna de Sharon es intocable. “El puesto de mi mamá nadie lo va a ocupar, ni siquiera yo”, comenta y ojea rápidamente el lugar para ver dónde está el niño.
“Soy la hermana mayor que siempre tuvo y siempre tendrá. Obviamente voy a tener que asumir el rol de corregirlo, como lo haría mi mami (...). Ahora, igual tengo la ayuda de mis tíos y de mi papá, que estamos asumiendo el rol de amarlo y cuidarlo. Pero en sí, tenemos solo una mamá, que está en el cielo y siempre la recordamos”, reitera.
Sus pasos por el camino de la maternidad, a pesar de que su vientre no ha anidado vida alguna, empezó hace tres años, cuando nació su hermano Geovannito. La en ese entonces adolescente aprendió de su mamá a cambiar pañales, a preparar un biberón, a hacerlo dormir. Sharon tuvo a la mejor de las estudiantes, que ahora que no está físicamente, se ha hecho cargo del cuidado del pequeño.
En cambio, a Jasú Montero, cantante del grupo musical Las Tres, el nacimiento de su hija, hace poco menos de un año, le ‘movió’ su mundo. “Es muy difícil ser mamá. Es de mucho cuidado, mucha responsabilidad. Es un tesoro que Dios te da y no quieres que nada le pase”. Así resume este tiempo con Mía y asegura que lo más complicado, pero a la vez lo más lindo de su nueva faceta, es conocer a su niña, saber lo que necesita o lo que quiere. Ahora, solo una mirada de la bebé le basta para que su instinto actúe.
Antes no le importaba llegar tarde a casa y ahora los segundos pasan en cámara lenta porque lo único que desea es estar con su bebé. A toda mamá primeriza se le advierte sobre las ‘levantadas de madrugada’, pero eso es lo que más disfruta Jasú, pues durante el día trabaja, y solo le quedan las noches y madrugadas para escuchar a Mía reírse, llorar y balbucear lo que serán sus primeras palabras.
A Samantha, recién este año le tocó ‘saborear’ el hecho de levantarse casi de madrugada para preparar el ‘lunch’ a su hermanito, que ya asiste a la escuela. La bailarina reconoce que inicialmente esta tarea era la que más le costaba, porque “yo no me levanto ni para tomar agua”, dice entre risas y añade que ella es la que se encarga de ir a dejar al niño al centro educativo y también recogerlo a la salida.
Ni el tráfico matutino o el vespertino la agobian, porque cuando Geovannito le regala un beso de despedida antes de entrar al salón de clases, se le olvida el caos o el sueño.
“Los primeros días tenía que jalarlo para que salga del carro, pero ahora que ya ama la escuela tengo que pedirle un beso, porque ya se ha acostumbrado a quedarse allí”, detalla como uno de los cambios que ha tenido su vida ahora que el chiquillo estudia.
No han dejado de trabajar
Fanny Garcés, modelo y participante de realities de televisión, también sabe lo que significa tener un bebé en brazos desde jovencita. Tuvo a su niño cuando tenía 18 años. “Era una criatura criando a otra criatura. Asumí el reto porque es una bendición”, menciona.
Desde el día en que supo que estaba embarazada tenía claro que sus esfuerzos debían doblarse y no dejó de trabajar sino hasta que su estado estaba avanzado. Han pasado cinco años y Renato es su compañero, de quien no le ‘despega los ojos’ ni un solo segundo.
El nacimiento de su bebé no fue planificado, sin embargo asegura que ahora no imagina ninguna situación en su vida sin la alegría que su hijo le pone a sus días.
Por el contrario, desde que se casó, Karin Barreiro contaba los días para tener entre sus manos una prueba de embarazo positiva. Eso se cumplió hace poco más de un año. No puede creer que el tiempo haya pasado tan rápido y el miércoles celebró con una fiesta granjera el primer añito de su Kate, a quien describe como lo más hermoso que le ha podido pasar.
La maternidad la agarró ‘entrenada’ porque dice que nada ha sido complicado, pues el amor que siente por su niña, disminuye su cansancio y aumenta sus ganas de luchar.
El estar lejos de sus bebés para pararse frente a la pantalla las entristece, pero estas ‘mamás de la televisión’ saben que el trabajo es lo que le dará a sus pequeños el futuro que ellas desean, y que detrás de las cámaras continúan representando esa imagen protectora del ser que los espera en casa.
Coinciden en muchas experiencias: pasan de un cambio de pañal a verlos aprender algo nuevo en su crecimiento, pero hay una en la que están de acuerdo a rajatabla: “En la sonrisa de tu hijo encuentras respuesta a todo”, lo resume Fanny.
Tal vez por eso a Samantha ya no le vence el sueño cuando Geovannito la levanta en las madrugadas después de haber tenido un sueño perturbador. Lo acompaña a su cuarto y se asegura que no haya “piratas malvados” debajo de la cama, para procurar que la misma sonrisa que le sacaba su mamá Sharon, continúe en el rostro de su hermanito.