‘¿Y ahora, qué voy a hacer allí?’ fue lo primero que pensó Érick Trujillo cuando resultó electo, hace dos años, como el ‘soñador’ para el programa Baila la noche, de Canal Uno.
Estaba tan sorprendido que se puso a llorar del susto porque era su primera vez en la televisión y temía enfrentarse en ese programa concurso, con gente que tenía años de trayectoria en la televisión.
Lo único de lo que estaba seguro era de su talento para el baile y eso lo hizo tomar la decisión final de hacer sus maletas, dejar su natal Santa Elena y empezar una nueva vida solo en Guayaquil.
Pero la independencia no era ajena para ‘Chicho’, seudónimo que le puso su familia porque cuando nació era gordito y rubio como un muñeco Chichobelo, porque desde los 14 años usó su habilidad para la danza para ganarse la vida.
Todo Santa Elena lo vio vestido de ‘ángel negro’ bailando en las fiestas y celebraciones en un grupo de ‘Hora Loca’, hasta que, por la dura situación económica que atravesaban, viajó a Estados Unidos, donde vivió solo en Atlantic City y trabajó como cajero en una cafetería.
Fueron tres años en los que aprendió a valerse por sí mismo y a saber lo que es estar alejado de su familia.
De herencia le dejaron la sencillezEl hogar de María Eugenia y Roberto, sus padres, le dejó los valores del trabajo y la sencillez, asegura ‘Chicho’, quien gracias a ello no se ‘muere de hambre’ en su casa de soltero, porque sabe cocinar muy bien y su especialidad es el ceviche de pescado.
Comparte departamento con otros compañeros de realities y en esta nueva etapa de su vida también ha aprendido a compartir, a hacer nuevos amigos y a mantener la casa ordenada.
Está agradecido por el cariño que a diario le demuestran sus seguidores del reality Bln, la competencia, del que actualmente es participante, y trata de siempre darles tiempo, pero reconoce que su debilidad son las abuelitas y los niños.
“Me llena de mucha felicidad cuando un niño o una abuelita se me acerca a pedirme una foto, simplemente no me puedo negar”, dice el joven, de 22 años, quien agradece la herencia, que es la sencillez, que le dejaron sus papás.
De Santa Elena, extraña a su familia y los tiempos de su niñez cuando corría detrás de los pollos y gallinas que su familia criaba.
‘En chiqui’
’Chicho’ es el tercero de cuatro hermanos.
Tiene una ‘mamá postiza’, su madrina Silvia Villao.
Tiene un perrito llamado ‘Teo’ y una minina de nombre ‘Señora Gata’.
Da cursos vacacionales de baile.
En algún momento le gustaría incursionar en la política porque le atrae la ayuda social.
Fue basquetbolista.
En su tiempo libre le encanta dormir y leer.