El tiempo parece jugar en su contra. Su carrera profesional corre peligro. Hace seis meses, juró el cargo de juez. Pero Juan Carlos Vizuete León, de 48 años, dejó de vivir en paz desde que comenzó a dirigir la causa del neonato fallecido el pasado 11 de abril por las graves quemaduras sufridas en una termocuna.
Tras recibir presuntas “amenazas, presiones e injerencias” para que “liberase” a los dos médicos cubanos procesados, el 10 de diciembre tuvo que soportar un último incidente con un supuesto funcionario del Consejo de la Judicatura (CJ). Harto de “atropellos”, dictó una providencia en la que explicaba lo ocurrido a las partes. “Tenían derecho a saberlo”, destaca.
Ese mismo día, Vizuete atendió a EXTRA en exclusiva, horas antes de que el CJ anunciara la apertura de “una investigación” para averiguar “la verdad”. Y lo hizo en su humilde casa del sur de Guayaquil, donde reside con sus padres y su esposa, Lourdes María Arriaga, de 38 años.
Desde que firmó la providencia, ¿ha vivido más episodios similares? Ha comenzado una guerra desleal contra mí. El Departamento de Control Disciplinario del CJ ya ha solicitado mi suspensión “urgente” como medida cautelar tras abrirme un sumario administrativo disciplinario -dos horas y media después del suceso acaecido el día 10-. Además, se ha dictado una recusación para que no siga con el caso del bebé -solicitada por los abogados de los doctores-. El juez está obligado a recibir la petición, a correrme traslado y a citarme para que me pronuncie con un informe. Mientras tanto, no puedo ver la causa.
¿En qué consiste el sumario disciplinario?El Departamento de Control Disciplinario señala que cometí “un error inexcusable” y que debí declararme incompetente en otra causa que me asignaron a través de un sorteo. Era sobre una persona jurídica que se estaba viendo afectada por la resolución de una alcaldesa -Denisse Robles, de Alianza PAIS y primera edil de Milagro-. Pero el domicilio de la empresa, donde se producen los efectos, se encuentra aquí, en Guayaquil. Revisé la documentación y consideré que había una vulneración del derecho a la propiedad. De modo que dicté una medida cautelar que no constituye prejuzgamiento alguno. Las acciones de protección son distintas a las que se centran en las medidas cautelares. La ley establece que las medidas cautelares se radicarán por sorteo, de modo que cualquier juez será competente para evitar que el procedimiento se dilate.
¿Es una represalia?Por supuesto. En el propio sumario dice que la denuncia -firmada el 21 de octubre por la alcaldesa- fue desestimada en su momento porque no cumplía los requisitos. Y ahora, el CJ decide seguirla de oficio, el mismo día en que un funcionario salió de mi oficina amenazándome con tomar represalias.
¿Alguien quiere acabar con su carrera?Supongo que sí quieren expulsarme.
¿Era consciente de que la providencia causaría un gran revuelo?Lancé la providencia para liberar a todas las partes, para que se pudieran defender ante esta injerencia.
El pasado julio, decretó el arresto domiciliario como medida cautelar para los dos médicos cubanos (y una auxiliar). Y luego procesó a cinco personas más. ¿En qué momento empezó a notar esas supuestas intromisiones? Después de la formulación de cargos. Eran personas que llegaban al despacho y me presionaban para que revocara la medida, pero antes me habían elogiado y me habían dicho que estaba muy bien que no les hubiera dado prisión preventiva. Yo no necesito halagos. Procedí como debía.
¿Trabajan en el CJ?Unos eran del Ministerio del Interior y otros no se identificaron. Pero pueden acceder a los jueces. Cuando les reclamé que no me reunía con las partes, me dijeron: “Nosotros no somos parte”. Amables parecían al principio, pero a lo último me atropellaron.
¿Quiénes eran?No puedo decirlo. Pero ahora los tengo identificados.
En total, ¿cuántas per-sonas aparecieron en su despacho?La primera vez fueron dos, una damita y un caballero que se puso muy bravo y tampoco se quiso identificar. Cuando les di mi negativa, este me amenazó: “Ya vendrán personas más poderosas”, indicó golpeando el escritorio. Después, llegaron dos más por separado.
¿Por qué lo reemplazaron por otro juez antes de la audiencia en que finalmente se revocó el arresto domiciliario a los doctores el pasado 17 de agosto?Cuando la convoqué, esas mismas personas me dijeron que les quitara el arresto domiciliario. Y yo les respondí que iba a actuar conforme a derecho y a mi conciencia. Entonces, me trasladaron a la Florida -por primera vez- a efectos de que no pudiera intervenir en la sesión. Después de esta, me trajeron de nuevo a la Valdivia.
¿Tuvo problemas con los guardias? El día en que fui a retirar mis cosas -para cambiar de puesto-, los guardias me rodearon, me acompañaron a mi despacho, me dejaron parado en una esquina, me prohibieron tocar mis expedientes y me preguntaron qué me iba a llevar. Ellos recogieron mis cosas y ellos fueron los que me bajaron. Me sentí decepcionado. Porque se estaba pisoteando a un juez.
Cuando volvió a la Valdivia, retomó el caso del bebé. ¿Hubo más presiones hasta el 10 de diciembre?No, porque mi enojo era evidente. Y eso hizo que nadie se acercara. Después de convocar la audiencia preparatoria de juicio para el 17 de diciembre, pasó esto -el incidente del día 10-.
¿Cómo fue esa visita del supuesto funcionario del CJ?También lo tengo identificado. A las 09:00, cuando me encontraba en mi despacho con mi ayudante judicial, este sujeto se acercó a la puerta, lo saludé cordial y me dijo que quería charlar a solas. Reflexioné y le pedí a mi ayudante que llamara al secretario para que estuviera presente y diera fe de lo que este autodenominado funcionario del CJ deseaba tratar. Porque a raíz de mi primer traslado a la Florida, dejé dispuesto que todo funcionario que solicitara hablar conmigo lo haría delante del secretario para dejar constancia formal y así evitar malas interpretaciones o rumores. Cuando un usuario viene, pide un tique. Internamente debería suceder lo mismo.
¿Qué sucedió después?Me reprochó que yo no mandaba allí, que era un tema administrativo. “En este despacho, mando yo”, le respondí. Aprovechó que mi asistente se iba a buscar al secretario para comentarme el caso de los médicos cubanos. Le pedí su nombre y no quiso dármelo. Entonces, le solicité que se retirara porque ya no iba a tolerar más atropellos. Ahí fue cuando me amenazó con que iba a reportarme ante un alto cargo del CJ. Me dio coraje que tomara su nombre. Hay que respetar a las autoridades.
Según afirma en la providencia, le comentó que pediría su cambio si no obedecía la orden de “liberar” a los procesados…Así es. Y en tono grosero.
¿Cree que aquel hombre obedecía órdenes?No puedo saberlo.
En el documento, resalta que se convirtió al Estado ecuatoriano “en un hazmerreír” ante la mirada internacional. ¿Usted estorbaba?Pero claro…
¿En este caso hay intereses ocultos?No lo sé. Eso no me corresponde ni debo hacer interpretaciones. Le pedí a la coordinadora las copias de los vídeos para identificar al sujeto que entró a mi despacho y se me negaron.
¿Fue entonces cuando lo trasladaron por segunda vez a la Florida?Sí, pero al día siguiente -viernes- no pude ir porque tenía un día libre. El pasado lunes me incorporé a la Florida, obedeciendo al CJ.
Y entonces dictó la providencia…Cuando mandaron la orden para que fuera a la Florida y se concretó la conjura para que no viera el caso del bebé, consideré necesario poner lo acontecido en conocimiento de las partes. Porque el juzgador que conoce una causa debe continuarla. Me enojó que, de buenas a primeras, me sacaran de un plumazo y sin motivo procesal alguno.
Usted habla de una abogada con nombres y apellidos, a la que atribuye su traslado…Así es. Y luego ordenó mi regreso a la Valdivia.
Y hace responsables a ella y al CJ de su seguridad. ¿Teme que le suceda algo?Han seccionado el proceso desde el momento en que me atropellaron. Temo por mi padre, que ya es viejito, por mi madre y por mi esposa. Ahora, con este sumario administrativo, no sé qué vendrá mañana. Podría ser un proceso penal. Esto pasa de coles a nabos.
¿Cree que alguien va a tratar de desacreditarle?Inevitablemente. Esperemos que tomen conciencia, que corrijan sobre la marcha.
¿Se ha violado la separación de poderes?Tal y como yo lo veo, sí.
De modo que tiene la conciencia tranquila…¿Y por qué debería tenerla de otra manera?
Si estuviera delante de Gustavo Jalkh, presidente del Consejo de la Judicatura, ¿qué le diría?Que muchas gracias por haberme dado la oportunidad de ser juez. Es un honor y lo he llevado con la mente limpia. He cumplido con mi deber sagrado: actuar con probidad y honradez, sin ceder a ninguna presión interna o externa.
“Le pedí a la coordinadora las copias de los vídeos para identificar al sujeto que entró a mi despacho y se me negaron”
Luis Rada dice ignorar posible sanción
“Hay un director provincial de Control Disciplinario, el doctor Pablo Martínez, y tendría que verificar si existen investigaciones o algún tema administrativo como tal. Desconozco en este momento si hay algún sumario en contra de él por otras causas”.
Esas fueron las primeras palabras de Luis Rada, director provincial del Consejo de la Judicatura (CJ), cuando EXTRA le preguntó el pasado miércoles acerca del procedimiento disciplinario abierto contra Juan Carlos Vizuete León dos horas y media después de que este dictara la polémica providencia.
Para sacarle de dudas y recoger su valoración, este diario mostró a Rada los documentos oficiales del sumario, firmados por el secretario de la Dirección Provincial de Control Disciplinario.
“Existen denuncias que pueden ser presentadas por ciudadanos o autoridades. Si la denuncia o queja no cumple los requisitos, se inadmite a trámite. Pero está en la potestad del director de Control Disciplinario verificar si hay elementos suficientes para iniciar de oficio algún proceso como tal. Eso lo hablo en abstracto, desconozco el caso particular”, concluyó.Sustituido en la última audiencia
El pasado jueves tuvo lugar la audiencia preparatoria de juicio contra los ocho procesados por la muerte del neonato. Debido a la recusación “solicitada por los abogados de los médicos cubanos”, Juan Carlos Vizuete León fue sustituido por el juez Iván López Padilla, quien anuló la sesión al entender que el fiscal Washington Suárez -cuarto que se hace cargo del caso- había cometido un error de procedimiento. El motivo: no haber enviado el dictamen a su superior, el fiscal provincial del Guayas, antes de solicitar la audiencia.
Aunque los tres fiscales anteriores consideraron sospechosos a todos los procesados, Suárez quería absolver al director general del Hospital Federico Bolaños de Milagro en el momento de la tragedia, al director técnico, al jefe de mantenimiento y a una enfermera. De modo que solo serían acusados los dos médicos cubanos, la jefa de enfermeras y una auxiliar.