El ave había escalado una pared rocosa de cuatro metros y sorteado una alambrada para huir de su cautiverio y disfrutar de casi tres meses de libertad.Cuando llegaron noticias de que el pingüino había sido avistado en el río Edogawa, en la capital japonesa, su cuidador fue despachado inmediatamente al lugar.Horas más tarde, los 82 días de libertad de "Número 337", como se conoce al pingüino rebelde en el acuario, tocaron a su fin.Nada hacía presagiar el interés de los medios de comunicación japoneses, cuya nutrida presencia obligó a las autoridades del Acuario de Tokio a realizar una conferencia de prensa.
El ave había escalado una pared rocosa de cuatro metros y sorteado una alambrada para huir de su cautiverio y disfrutar de casi tres meses de libertad.Cuando llegaron noticias de que el pingüino había sido avistado en el río Edogawa, en la capital japonesa, su cuidador fue despachado inmediatamente al lugar.Horas más tarde, los 82 días de libertad de "Número 337", como se conoce al pingüino rebelde en el acuario, tocaron a su fin.Nada hacía presagiar el interés de los medios de comunicación japoneses, cuya nutrida presencia obligó a las autoridades del Acuario de Tokio a realizar una conferencia de prensa.