“Gracias a este chaleco sigo con vida”, comentó llorando Luis González, producto de los nervios alterados al narrar con detalles cómo se salvó de la muerte luego de sobrevivir a un disparo frontal propinado por un delincuente.
El afectado se desempeña como guardia de seguridad en la escuela fiscal Clemente Yerovi, ubicada en el sector de Socio Vivienda, al noroeste de Guayaquil. La institución educativa se levanta en el área comunal junto al colegio réplica del Vicente Rocafuerte.
Luego de una ronda por los alrededores, el celador retornó a la institución cerca de las 03:00. Al cerrar la puerta, caminó por un pequeño pasillo de ingreso y en ese instante fue sorprendido por tres antisociales.
“Sentí que alguien me hincó fuerte en la costilla izquierda. Otro me dio un golpe en la cabeza y al mismo tiempo vi que un tercer pillo se paró frente a mí, me apuntó con un arma y me disparó” declaró González.
La fuerza del impacto lo lanzó hacia atrás hasta caer al suelo, mientras que los antisociales escaparon al creer que lo habían herido de muerte. Lleno de terror, el afectado empezó a correr por la calle pidiendo que lo ayuden. Presa de sus propios nervios, Luis González se desmayó sobre la calzada.
“No sabía qué hacer. Creí que me moría porque el golpe lo sentí clarito en el pecho, a pesar del chaleco. Fueron mis hijas y mi esposa en quienes pensé”, recordó entre lágrimas y aferrado al abrazo fuerte de su conviviente Jéssica Jurado.
Agentes de la Policía, junto a un gran número de vecinos le prestaron ayuda logrando reponerlo del ataque de nervios. Junto a los moradores se inició un operativo al creer que los pillos aún permanecían dentro de la escuela, pero no lograron encontrar a nadie. Verificaron que los delincuentes habían intentado forzar la puerta de la bodega, pero ante la presencia del celador nada lograron hacer.
“Solo le pido que no siga en esto, porque otros ladrones lo golpearon. No lo quiero perder”, manifestó su preocupada esposa Jéssica.
“Vengo de un barrio muy peligroso y ahora que tenemos estas casitas en este sector trato de controlar que esos pillos no se metan en nuestra zona. Pero con esto no deseo seguir”, indicó Luis.
Los moradores exigieron que contraten a otra persona para ese trabajo y a su vez que exista mayor control en la zona para evitar que gente mala llegue de otros lugares para cometer sus fechorías.