El peligro y la insalubridad son permanentes. Incluso han ocurrido varios accidentes y caídas. Pese a estos problemas continúa a la intemperie y las molestias que causa en los moradores son habituales.
Se trata de una zanja, de aproximadamente 300 metros de longitud, que cruza las cooperativas Mariuxi Febres Cordero, Derecho de Los Pobres y Julio Potes, en el Guasmo sur. Ocupa casi la mitad de una calle en mal estado, por donde con dificultad solamente pasan vehículos pequeños.
Quienes habitan en estas cooperativas indicaron que hace 30 años existe este canal, por el que desfogan las aguas lluvias, pero también las residuales que provienen de casas que aún no cuentan con red de alcantarillado sanitario.
El estrecho tiene casi dos metros de ancho y en su recorrido corta el ingreso a las casas asentadas en la vereda oeste, por lo que sus propietarios debieron construir pequeños puentes de madera para conectarse a la calle.
En el lecho se observan pequeños peces y renacuajos que se mueven sin cesar por las negras y malolientes aguas. Alrededor crece la maleza y en las orillas se depositan desechos sólidos, palos y residuos de materiales de construcción.
“El olor es insoportable, todo se mezcla en la zanja, además gente de otros lados aprovechan la madrugada para botar la basura”, aseguró Carmelina Jiménez, una de las moradoras de este sector.
El problema se agudiza en invierno, según Lucía Borbor, habitante de la cooperativa Mariuxi Febres Cordero. Según expresó, cuando llueve el agua se desborda y llega hasta las casas del frente.
Mientras que Jacinto Hermengildo, uno de los vecinos, afirmó que en invierno el personal de Interagua llegó dos veces a limpiar la zanja, mientras que en verano a veces lo hacen una sola vez.
El riesgo de accidentes también es otro problema, como señaló Manuel España. “Aquí se cayeron carros y hasta niños, gracias a Dios no hubo accidentes graves”, agregó.
Todos ellos coinciden en que este trabajo es el único pendiente en este sector, ya que cuentan con agua potable, energía eléctrica y, en su mayor parte, con alcantarillado sanitario.
Cerca del lugar está la sede del movimiento Mi Cometa, una institución social cuyos miembros junto con moradores de las cooperativas afectadas han insistido ante el Municipio e Interagua una solución al problema.
Gladys Villafuerte, miembro del movimiento, sostuvo que la zanja ha causado problemas de salud en época de invierno. “Hace tres años fue el último intento que hicimos ante las autoridades, pero ha pasado el tiempo y las cosas siguen igual”, recalcó.
Pero no descarta un nuevo intento, por lo que anticipa nuevas reuniones con residentes de las cooperativas para insistir en la necesidad de que se cierre la zanja, ya que son más de 60 familias las que son perjudicadas.