Evelyn Centeno, Santo Domingo
La nostalgia del vallenato que suena en el equipo de sonido de un prostíbulo ubicado en la vía que conecta a Santo Domingo con Quevedo se mezcla con el tono de voz triste de ‘Yadira’.
La trabajadora sexual, de 30 años, está preocupada, teme que, como se ha rumorado en la capital de la provincia tsáchila, se cierren los centros de tolerancia que están situados dentro del perímetro urbano de la ciudad.
Ella trabaja en uno de esos sitios y le angustia que cuando esto pase tenga que salir a ofrecer sus servicios a la calle, donde presume que no ganaría los 500 dólares que necesita como mínimo al mes para mantener a sus cuatro hijos. Es madre soltera y la prostitución es su única fuente de ingresos.
El alcalde del cantón, Víctor Manuel Quirola, ha anunciado que no renovaría los permisos de uso de suelo para este tipo de negocios dentro del perímetro urbano.
Según Wilmer Villarroel, coordinador de Planificación del Municipio, solo tres de los 30 centros de tolerancia de la ciudad cumplen con los requisitos para seguir funcionando provisionalmente.