Empieza a mediodía del viernes (10:00 GMT), al grito de "¡Viva San Fermín!" y con el tradicional petardo conocido como "chupinazo" lanzado desde el balcón del ayuntamiento.Extranjeros y locales, vestidos de blanco y con el pañuelo rojo al cuello, cantarán y bailarán en la Plaza Consistorial a la espera del primer encierro, normalmente el más concurrido, el sábado 7 de julio.Desde entonces, y durante nueve días, cientos de personas correrán cada mañana a partir de las 08:00 GMT (06:00 GMT) a lo largo de 850 metros hasta la plaza de toros de la ciudad. El reto: no ser alcanzados por los seis toros de media tonelada y afilados cuernos que comparten recorrido con ellos.El alcalde de la ciudad, Enrique Maya, prevé que alrededor de medio millón de personas acudan a la capital navarra, de 200.000 habitantes, hasta el 14 de julio. Las autoridades esperan que los festejos dejen más de 70 millones de euros este año.Sin embargo, la fiesta no escapa de la crisis en una España en recesión y con una tasa de desempleo de más del 24%.La Asociación Hotelería de Navarra se muestra pesimista y prevé un descenso del 10% en la ocupación hotelera respecto al año pasado.En 2011 participaron en total en los ocho encierros de San Fermín 20.500 personas, la mayoría hombres de entre 18 y 35 años, según el Ayuntamiento de Pamplona. Casi la mitad de los participantes, el 44%, eran de fuera de España, siendo Estados Unidos, Australia y Reino Unido los principales países de origen.