Con apenas 14 años, descubrió que el arte anidaba en sus manos. Ahora, a los 32, Kléver Latacunga da a conocer sus obras por distintos rincones de Latinoamérica. Este joven artista ha madurado con el paso del tiempo bajo la atenta mirada de la laguna del Quilotoa, ubicada en el cantón Pujilí de la provincia de Cotopaxi.
Fue en ese exuberante paisaje y en las leyendas ancestrales de su región donde Kléver encontró la inspiración necesaria para dar forma a sus cuadros.
Pero él decidió llevar más allá su conexión con el mundo que le había visto crecer y decidió plasmar su creatividad en cueros de borregos, que somete a un riguroso proceso de limpieza y secado antes de pintar sobre ellos.