“Fue una chica muy estudiosa, alegre e inquieta, por qué la mataron salvajemente”, dijo Martita Bermeo, directora del Centro Artesanal, donde estudiaba corte y confección la niña, de 14 años, que el último lunes fue hallada muerta en la parroquia rural Sinincay.La tarde del lunes 2 de julio, la adolescente acudió al centro para rendir el examen supletorio de bordado y obtuvo la máxima calificación, 20 sobre 20, afirmó la directora.En el instituto educativo todo es dolor y pena. Las maestras reunidas en la dirección comentaban sobre la fatal noticia y se preguntaban qué pudo haber motivado la muerte tan cruel de la estudiante.“‘Licen’ nos vemos el próximo año”, le habría dicho la menor de edad a su maestra de matemáticas Cristina Delgado, a eso de las 18:20, el día en que desapareció.“Ella tejía un tapete. Me dijo que me lo regalaría cuando lo termine, y hoy estoy impactada por lo que le ha ocurrido. Su pupitre y mesa de trabajo quedan vacíos”, refirió la maestra Cristina.Las compañeras de estudios de la joven prefirieron no comentar sobre el hecho. Están muy dolidas por lo ocurrido a la dedicada estudiante que estaba a pocos días de cumplir 15 años de edad.SEPELIOCon las canciones Vasija de barro y Quince primaveras, coreadas en la capilla de Sinincay, fue despedido ayer en la mañana el cuerpo de la joven.La capilla estuvo llenaMuchos de los asistentes lloraron en la capilla. En el ambiente reinaba el dolor de un pueblo conmocionado por el hecho delictivo.Con el féretro en hombros, amigos y familiares caminaron unos quinientos metros hasta llegar al cementerio parroquial, donde finalmente el cadáver de la adolescente fue sepultado.SIN PISTASDe este asesinato que conmocionó a la sociedad azuaya por la violencia y lo macabro de un hecho nunca antes registrado en la provincia, “aún no hay pistas claras”, según indicó el fiscal provincial, Lizandro Martínez.
Criminalística, Policía Judicial y Fiscalía reúnen elementos e indicios dentro del proceso de indagación previa.
En la necropsia practicada por el legista José Méndez, la mañana del martes, se determinó que la adolescente murió por asfixia causada por aspiración de sangre y trauma cerebral, según informó el fiscal Lizandro Martínez.
“Es el producto de un golpe con objeto contundente en el rostro. No se hallaron signos de estrangulamiento y los exámenes complementarios revelarán si fue agredida sexualmente”, explicó Martínez.
“La muerte de la joven habría ocurrido hace ocho días, es decir a pocas horas de haber desaparecido; luego la incineraron”, mencionó el fiscal basado en el informe legista. Los brazos y piernas habían sido devorados por animales de rapiña.
Como a las 20:45 del 2 de julio, la menor llegó a su domicilio, en un taxi, acompañada de una compañera. Se quedó a unos metros de la vivienda, pero no ingresó.
Sus padres la llamaron por celular y no respondía. En uno de esos intentos, ella pedía auxilio. Ocho días después encontraron su cuerpo en las inmediaciones de la quebrada de El Salado, a dos kilómetros de la vivienda de la joven, en Sinincay.
El fiscal Martínez dijo que se ha pedido los testimonios de aquella amiga que la acompañó a la casa. Además, solicitó que agentes de Criminalística retornen al lugar de los hechos para buscar algunos indicios faltantes.