En avanzado estado de descomposición fueron hallados los cuerpos de Luis Carpio y su esposa Florinda Inés Brito, en la comunidad de Soransol, perteneciente al cantón Chordeleg.Según informó el presidente de la comunidad, Miguel Suárez, el hecho “se trataría de una muerte por robo”.“Me llamaron para indicarme que en el zona había dos fallecidos, dije que se comunique a la Policía, y acudí al lugar”, explicó el comunero.Señaló que la señora estaba con la cara desfigurada y atada de manos y pies. Junto a ella el cadáver de su marido.La pareja, nativa de la zona, se dedicaba a labores agrícolas y vivían solos, según lo reportado a la Policía de Chordeleg, donde indicaron que se encontraban “en proceso de investigación” y que al momento se desconocen los motivos del crimen de Luis y Florinda. AUMENTAN LOS NIVELES DE VIOLENCIAEstos homicidios sumados al de la joven que iba a cumplir 15 años y que fue hallada incinerada en la parroquia Sinincay, de Cuenca, el pasado lunes, han alarmado a la ciudadanía y a las autoridades.Desde agosto de 2011 a la fecha se han registrado doce casos de muertes violentas.“Los niveles de violencia han crecido, en algunos casos promovidos por creencias”, dijo el médico psiquiatra Saúl Pacurucu.El catedrático universitario refirió que “un asesinato o una muerte no están siendo catalogados como algo que no se debe hacer, sino cada vez más hay personas que no les importa y pierden la noción de sus valores y sobrepasan el límite, pero ese límite no tiene una causa única; hay causas individuales, familiares y sociales”.Una de las causas familiares por las que podrían darse estos hechos es la ausencia de padres, sea por la migración, quemimportismo y la falta de ejemplo, que influyen en la pérdida de límites, señaló el psiquiatra.En lo social, la comunicación y conocer de hechos ocurridos en otros lugares hace también que el individuo tenga tendencia a la “agresividad y asesinato”.Cada caso de asesinato u homicidio debe analizarse individualmente para establecer si hubo una conducta psicopática o una personalidad psicopática del autor del hecho”, añadió Pacurucu.“En las conductas psicopáticas no hay saña ni placer del autor o autores, existe el remordimiento y temor a las leyes e intentan esconder el fruto del delito.En la personalidad psicopática sí existe el placer de matar y delinquir, sin importar nada y con saña”, explicó el profesional, quien considera que “de cualquier manera el incremento de violencia es preocupante”.HECHOS PASADOSOtro de los hechos que trastocaron la calma en Azuay y que son investigados en la Fiscalía y Policía ocurrió pasado 27 de agosto del 2011, cuando una pareja de universitarios, hombre y mujer, fueron hallados sin vida a orillas del río Machángara.
El 8 de enero del este año, en el río Machángara, hallaron el cuerpo de un joven, de 19 años, con huellas de torturas.
Desde el 16 de febrero hasta junio, en la zona de tolerancia, se produjeron seis homicidios.
Todos estos hechos “están en proceso de investigación”, precisó el fiscal provincial, Lizandro Martínez, y aclaró que solo en el caso de los universitarios hay un adolescente aislado.
Sobre el asesinato de la niña que fue incinerada en Sinincay, el fiscal provincial mencionó que está por establecerse si la víctima fue abusada sexualmente y si la quemaron en el sitio donde se halló el cuerpo y ha dispuesto receptar versiones de sus allegados.