
En octubre pasado presentó a sus padres al hombre que amaba. Él les dijo que era agente de la Policía Antinarcóticos y tanto agradó a sus suegros que le permitieron quedarse a vivir en su domicilio, ubicado en una cooperativa cercana a la avenida 25 de Julio, en el sur de Guayaquil.
La noche del pasado domingo, su cuñado descubrió que se trataba de un farsante y los uniformados del Servicio Urbano lo aprehendieron y trasladaron a la Unidad de Flagrancia. Además, el sujeto habría cometido algunos delitos en contra de los parientes de su novia.
El fiscal William Aguilar legalizó la detención y, en consecuencia, el sujeto fue procesado por el delito de estafa, tipificado en el artículo 186 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), sancionado con una pena privativa de libertad de cinco a siete años.