Guillermo Lasso no es el mismo que conocí hace unos meses en sus oficinas de banquero. Se quitó la corbata, está más delgado y atlético. Sus ojos brillan y es mucho más político en sus apreciaciones.Como diríamos en Colombia, a Lasso “le están aprovechando los remedios”.-¿Todo listo?... ¿se lanza o no se lanza?Ya he tomado una decisión que se las comunicaré pronto... Hasta el 19 de noviembre tenemos plazo para inscribir candidaturas...En los salones de Granasa se siente como “pez en el agua”. Ríe abiertamente y comenta:Ayer tuve una entrevista con Orlando Pérez, de El Telégrafo... ¡intensa! Equivalente a jugar un partido de tenis. Me preguntó si siendo presidente del Ecuador acabaría con los medios públicos. Le indiqué que no, pero que los haría verdaderamente públicos. Que no sean medios del gobierno, sino del pueblo ecuatoriano.-¿Qué sería lo primero que usted haría si es electo presidente?Haría una convocatoria a la unidad entre los ecuatorianos. Hay que unirnos porque actualmente hay un discurso que tiende a polarizarnos, que mantiene crispada a la sociedad. Yo no participo de ese discurso. Todos los ecuatorianos tenemos derecho a vivir aquí sin ser maltratados, ni insultados ni ninguneados ni etiquetados.-En los barrios populares lo atacan a usted diciendo que tan pronto llegue al poder acabará con el Bono de la Pobreza y los subsidios...¡Eso es absolutamente falso! Primero por que el bono existe desde el año 98 y no desde el 2007. Segundo, por que si algo he aprendido recorriendo el Ecuador profundo en los últimos 3 años es a comprender que muchos ecuatorianos sin trabajo están sobreviviendo con ese bono. Toda sociedad moderna tiene una estructura de subsidios para casos excepcionales. Pero la propia red social que los ayuda los impulsa a salir de ella y regresar al trabajo. En Ecuador no. Aquí la red social de protección es como una tela de araña que atrapa a los pobres y no los deja salir nuevamente al mercado laboral. Hay que, además de dar el bono, crear trabajo y oportunidades para los ecuatorianos. Con el trabajo se adquiere dignidad. El mejor indicador de un gobierno en términos sociales es que cada día menos ciudadanos vivan del bono y más de su trabajo. Es preferible siempre un trabajo que una limosna.-¿No es un poco trabajar sobre utopías?¿Por qué utopías? Por eso titulé mi nuevo libro Otro Ecuador es posible. Los ecuatorianos lo que quieren son oportunidades, seguridad, estabilidad. No estar dando saltos y bandazos. Mire, 6 millones 700 mil conforman la población económicamente activa. Hay más de 4 millones 400 mil ecuatorianos en el subempleo o la informalidad. Esa no es una situación normal, mucho menos ideal.-¿Cómo ve usted el galopante aumento de la violencia y la inseguridad?Este país ha perdido la soberanía frente a las bandas internacionales del narcotráfico. Invocando el respeto a la soberanía nacional y “la lucha contra el imperio” se terminó el convenio con la base de Manta, y -oh coincidencia- ya tenemos episodios de avionetas extranjeras en nuestro territorio, de laboratorios y cargamentos de droga, de droga en el exterior proveniente de Ecuador. Por eso digo que deberíamos hablar también de nuestra soberanía frente a las bandas internacionales.-¿Cómo ve nuestras relaciones con países considerados “peligrosos” por muchas naciones, como es el caso de Irán?Hay que gobernar con buenas ideas y no con prejuicios ideológicos. La Asamblea tramita un acuerdo comercial con Irán. Con Irán sí, no con Estados Unidos, con el que tenemos el 50% de nuestro comercio. Tampoco con Europa, donde necesitamos acuerdos para que nuestro banano sea aceptado en términos justos. Pero con Irán sí. O sea que priman los prejuicios ideológicos.-¿Por qué insiste usted tanto sobre la falta de trabajo?Porque ese es el verdadero problema ecuatoriano. Mire, las cifras no mienten. Yo reconozco que el gobierno de Rafael Correa ha duplicado la inversión en salud y educación en los últimos años. Pero la gestión no ha producido los resultados que el Ecuador esperaba. Las cifras no mienten: Por ejemplo, en el último quinquenio el gobierno ha invertido 21 mil 317 millones de dólares en el campo social, tres veces más que en el quinquenio anterior. Pero la pobreza solo se redujo en 9 puntos porcentuales. En el quinquenio pasado se invirtieron 9 mil 985 millones de dólares por el mismo concepto. Y la pobreza bajó 17.5 puntos porcentuales... ¡casi el doble! Esa es la mejor prueba que la gestión de este gobierno deja mucho que desear. Parte del problema es que lo que se escribe con la mano en inversión social se borra con el codo, con un discurso orientado a dividir, a polarizar a la sociedad ecuatoriana.-¿Estaría usted dispuesto a ser binomio de Rafael Correa?No. No me sentiría cómodo. La diferencia entre él y yo son 90 dólares. Su visión del desarrollo se basa solamente en el precio del petróleo. Yo me baso en el espíritu emprendedor de los ecuatorianos.-¿Qué cree que le hace falta políticamente al Ecuador?Democracia. Hay necesidad que ese otro Ecuador posible tenga una democracia real basada en la fuerza de las instituciones, no en la fuerza de una persona. Una democracia que respete la independencia de poderes y especialmente de la justicia, que para mí es el corazón del sistema. Una democracia que funcione con pesos y contrapesos, el gobierno por un lado y por el otro una oposición racional, seria, responsable, que responda con ideas y no con insultos a los planteamientos del gobierno. Y con una prensa libre e independiente que hay que respetar y permitirle que cumpla con el rol al que está llamada en cualquier sociedad democrática. Una prensa que prenda los reflectores cuando algo anda mal y uno como gobernante no tiene porqué sentirse ofendido por eso. Necesitamos una democracia real. La que NACE en el voto. No la que TERMINA en el voto. -¿Aceptaría usted un debate mediático con el presidente Correa?No solo lo acepto, sino que se lo planteo en este mismo momento. Creo que hay muchos temas que merecen debatirse. El país no ha cambiado tanto como dice la publicidad oficial. El país sigue igual.
Guillermo Lasso no es el mismo que conocí hace unos meses en sus oficinas de banquero. Se quitó la corbata, está más delgado y atlético. Sus ojos brillan y es mucho más político en sus apreciaciones.Como diríamos en Colombia, a Lasso “le están aprovechando los remedios”.-¿Todo listo?... ¿se lanza o no se lanza?Ya he tomado una decisión que se las comunicaré pronto... Hasta el 19 de noviembre tenemos plazo para inscribir candidaturas...En los salones de Granasa se siente como “pez en el agua”. Ríe abiertamente y comenta:Ayer tuve una entrevista con Orlando Pérez, de El Telégrafo... ¡intensa! Equivalente a jugar un partido de tenis. Me preguntó si siendo presidente del Ecuador acabaría con los medios públicos. Le indiqué que no, pero que los haría verdaderamente públicos. Que no sean medios del gobierno, sino del pueblo ecuatoriano.-¿Qué sería lo primero que usted haría si es electo presidente?Haría una convocatoria a la unidad entre los ecuatorianos. Hay que unirnos porque actualmente hay un discurso que tiende a polarizarnos, que mantiene crispada a la sociedad. Yo no participo de ese discurso. Todos los ecuatorianos tenemos derecho a vivir aquí sin ser maltratados, ni insultados ni ninguneados ni etiquetados.-En los barrios populares lo atacan a usted diciendo que tan pronto llegue al poder acabará con el Bono de la Pobreza y los subsidios...¡Eso es absolutamente falso! Primero por que el bono existe desde el año 98 y no desde el 2007. Segundo, por que si algo he aprendido recorriendo el Ecuador profundo en los últimos 3 años es a comprender que muchos ecuatorianos sin trabajo están sobreviviendo con ese bono. Toda sociedad moderna tiene una estructura de subsidios para casos excepcionales. Pero la propia red social que los ayuda los impulsa a salir de ella y regresar al trabajo. En Ecuador no. Aquí la red social de protección es como una tela de araña que atrapa a los pobres y no los deja salir nuevamente al mercado laboral. Hay que, además de dar el bono, crear trabajo y oportunidades para los ecuatorianos. Con el trabajo se adquiere dignidad. El mejor indicador de un gobierno en términos sociales es que cada día menos ciudadanos vivan del bono y más de su trabajo. Es preferible siempre un trabajo que una limosna.-¿No es un poco trabajar sobre utopías?¿Por qué utopías? Por eso titulé mi nuevo libro Otro Ecuador es posible. Los ecuatorianos lo que quieren son oportunidades, seguridad, estabilidad. No estar dando saltos y bandazos. Mire, 6 millones 700 mil conforman la población económicamente activa. Hay más de 4 millones 400 mil ecuatorianos en el subempleo o la informalidad. Esa no es una situación normal, mucho menos ideal.-¿Cómo ve usted el galopante aumento de la violencia y la inseguridad?Este país ha perdido la soberanía frente a las bandas internacionales del narcotráfico. Invocando el respeto a la soberanía nacional y “la lucha contra el imperio” se terminó el convenio con la base de Manta, y -oh coincidencia- ya tenemos episodios de avionetas extranjeras en nuestro territorio, de laboratorios y cargamentos de droga, de droga en el exterior proveniente de Ecuador. Por eso digo que deberíamos hablar también de nuestra soberanía frente a las bandas internacionales.-¿Cómo ve nuestras relaciones con países considerados “peligrosos” por muchas naciones, como es el caso de Irán?Hay que gobernar con buenas ideas y no con prejuicios ideológicos. La Asamblea tramita un acuerdo comercial con Irán. Con Irán sí, no con Estados Unidos, con el que tenemos el 50% de nuestro comercio. Tampoco con Europa, donde necesitamos acuerdos para que nuestro banano sea aceptado en términos justos. Pero con Irán sí. O sea que priman los prejuicios ideológicos.-¿Por qué insiste usted tanto sobre la falta de trabajo?Porque ese es el verdadero problema ecuatoriano. Mire, las cifras no mienten. Yo reconozco que el gobierno de Rafael Correa ha duplicado la inversión en salud y educación en los últimos años. Pero la gestión no ha producido los resultados que el Ecuador esperaba. Las cifras no mienten: Por ejemplo, en el último quinquenio el gobierno ha invertido 21 mil 317 millones de dólares en el campo social, tres veces más que en el quinquenio anterior. Pero la pobreza solo se redujo en 9 puntos porcentuales. En el quinquenio pasado se invirtieron 9 mil 985 millones de dólares por el mismo concepto. Y la pobreza bajó 17.5 puntos porcentuales... ¡casi el doble! Esa es la mejor prueba que la gestión de este gobierno deja mucho que desear. Parte del problema es que lo que se escribe con la mano en inversión social se borra con el codo, con un discurso orientado a dividir, a polarizar a la sociedad ecuatoriana.-¿Estaría usted dispuesto a ser binomio de Rafael Correa?No. No me sentiría cómodo. La diferencia entre él y yo son 90 dólares. Su visión del desarrollo se basa solamente en el precio del petróleo. Yo me baso en el espíritu emprendedor de los ecuatorianos.-¿Qué cree que le hace falta políticamente al Ecuador?Democracia. Hay necesidad que ese otro Ecuador posible tenga una democracia real basada en la fuerza de las instituciones, no en la fuerza de una persona. Una democracia que respete la independencia de poderes y especialmente de la justicia, que para mí es el corazón del sistema. Una democracia que funcione con pesos y contrapesos, el gobierno por un lado y por el otro una oposición racional, seria, responsable, que responda con ideas y no con insultos a los planteamientos del gobierno. Y con una prensa libre e independiente que hay que respetar y permitirle que cumpla con el rol al que está llamada en cualquier sociedad democrática. Una prensa que prenda los reflectores cuando algo anda mal y uno como gobernante no tiene porqué sentirse ofendido por eso. Necesitamos una democracia real. La que NACE en el voto. No la que TERMINA en el voto. -¿Aceptaría usted un debate mediático con el presidente Correa?No solo lo acepto, sino que se lo planteo en este mismo momento. Creo que hay muchos temas que merecen debatirse. El país no ha cambiado tanto como dice la publicidad oficial. El país sigue igual.