
Estados UnidosSi fuera su último día de vida, ¿qué haría? Betsy Davis, una artista estadounidense, tenía 41 años y dos deseos cuando tomó la decisión de optar por el suicidio asistido tras padecer una enfermedad degenerativa: reunir a sus amigos para una fiesta y despedirse viendo la puesta de sol.La historia de esta mujer, que fue diagnosticada con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) en 2013, inspiró un portafolio gráfico al fotógrafo Niels Alpert, quien además era su amigo.Alpert registró en imágenes la fiesta de despedida de Betsy, que se desarrolló los pasados 23 y 24 de julio, en su finca Ojai, en California.“Hace unas semanas, nuestra amadísima Betsy partió de esta vida en su próxima aventura. Su hermana, Kelly Davis, escribió sobre la experiencia con algunas fotos mías. La extrañamos todos los días”, escribió el fotógrafo, quien se enamoró del trabajo artístico de Betsy en 2002 e incluso llegaron a ser pareja.La dibujante, que a lo largo de su enfermedad completó una colección llamada ‘Paisajes’, convocó a amigos y familiares a través de correo electrónico y planeó una fiesta de despedida con todo lo que disfrutaba.“Desde el principio, ella sabía que prefería tomar su propia vida que sucumbir a una enfermedad que mata a la mayoría de sus pacientes a través de la asfixia. Algunos utilizan ventiladores y tubos de alimentación para prolongar su vida, pero eso no era lo que mi hermana quería. En el último año, notaba que luchaba para comer, hablar y hacer cosas simples como rascarse. Ya no podía caminar y pasaba la mayor parte del día en la cama”, relató su hermana, Kelly Davis, al diario La Voz de San Diego.Betsy quería morir consciente y feliz y que la Ley de Opción Final entrara en vigor en California, en junio pasado, facilitó que se cumpliera su voluntad.Una despedida alegreBetsy había organizado todo. A lo largo de ese fin de semana, bebieron, comieron tamales, escucharon música, vieron películas y rieron.Había pedido que no lloraran delante de ella durante la fiesta, por lo que habilitó zonas específicas para que sus invitados pudieran hacerlo sin que ella lo notara.También se las arregló para dejar mensajes de cariño y agradecimiento para sus amigos en toda la finca.Una de sus amistades llevó su violonchelo y tocó para Betsy y para el resto de invitados. También escucharon a sus bandas favoritas, New Order y los Pixies, y vieron La danza de la realidad, de Jodorowsky.Finalmente, le prescribieron una combinación de morfina, pentobarbital e hidrato de cloral, una mezcla que cumplió su deseo de morir con una sonrisa. (LL)