“Le pido perdón a doña Sonia…que me dé una oportunidad de servir a Dios”, dijo con una Biblia en la mano, el implicado en el asesinato de Bella Alcívar, la mujer decapitada hace 6 años, en el hotel Molina, de Machala.
Tito Yanchapaxi, imputado del crimen, fue presentado ayer en rueda de prensa, en las dependencias de Policía.
El hombre dijo tener 32 años y se negó a dar los nombres completos de sus progenitores. “Soy nacido en Guayaquil y mi nombre y apellido son los de mi padre, pero a él no lo he visto en muchos años. Crecí solo al lado de mi madre, no quiero mencionarla porque le causaría más dolor”, dijo.
Cuestionado sobre su doble nacionalidad, señaló que “soy de Guayaquil y estuve radicado antes y después de lo que pasó. Trato de olvidar esto, pero no puedo. Primero pasaba sin salir a la calle. Luego puse una panadería y yo mismo vendía el producto”.
“Desde hace tres años me dedique a leer las Sagradas Escrituras, la palabra de Dios. Estoy entregado a Él y lo hago de todo corazón, por eso me hace falta el perdón de la mamá de ella. Ya nada puedo hacer para remediar lo sucedido, que no sea alabar la palabra del Señor”, dijo.
Al ser informado que la señora Sonia Monserrate lo buscaba para saber por qué mató a su hija y dijo que no le guardaba rencor, Tito Yanchapaxi apretó la Biblia en sus manos y expresó: “No sé lo que pasó ese momento, fue un disgusto de pareja, ella me agredió y me defendí, perdí el control y no recuerdo nada más, luego frente al cadáver no sabía cómo deshacerme, la cabeza la dejé botada cuando pasaba en el transporte de regreso a Guayaquil”.
“La maté y me arrepiento de corazón, le pido perdón a doña Sonia porque a Dios se lo he pedido y siento que Él me ha entendido, por eso leo su palabra y la voy a predicar en cuanto salga de aquí…no sea malo, hable con ella…si quiere hablar conmigo, estoy a gusto en hacerlo, quiero que ella mismo me diga que me perdona y se despidió levantando la mano haciendo la señal de la cruz”.