Lo veíamos y no creíamos, el ecuatoriano Álex Quiñónez junto al rey de la velocidad, el jamaiquino Usain Bolt, sí... estaba al lado del hombre más veloz del mundo. Más no puede pedirse en la vida.
Y que pasó... En la semifinal para la gran final de los 200 metros, el nacido en Esmeraldas se ubicó en tercer lugar, con un tiempo de 20 segundos y 27 centésimas, que le sirvió para estar en la final, y que por primera vez estará un compatriota.
Ahí estaba Álex, mientras que a 9.700 kilómetros su madrecita Ana Quiñónez, en el sector de La Guacharaca, de Esmeraldas, antes de competir expresaba que lo de la medalla era secundario, que ella estaba feliz de ver a su hijo en Londres. Todo el país estaba pendiente de lo que hacía en Inglaterra... la espera por los 20 segundos más largos de nuestra vida deportiva llegaban a un gran final.
Quiñónez, quien estuvo a punto de dejar el atletismo y que cuando entrenaba lo hacía en lugares que ninguno de sus competidores lo habrían soñado, puso un tiempo para inscribir su nombre en la historia del deporte de la velocidad.
Álex estaba ahí, con los más bravos de la velocidad y hasta ahora ya tiene por lo pronto asegurado el diploma olímpico, que es predestinado a quienes están más cerca de las medallas.
Fue un miércoles para la historia, Quiñónez logró unir todo un país.
Si en Londres él estaba, en Esmeraldas su madrecita veía en televisor prestado, mientras que en Guayaquil tenía su mejor fanaticada, los del barrio popular Cristo del Consuelo, quienes al frente de la pantalla de RTS y ESPN no creían que aquel amigo suyo “sacaba la cara” por el país y junto a los más grandes del deporte en los 200 metros.
Para los guayaquileños que lo conocen no es Álex, solo lo llaman “Cuchareado”, así nos señalaron en Carchi y Sedalana, donde Juan Carlos, uno de quienes indican conocer a Álex, se sorprendió al ver al amigo compitiendo en Londres, a quien varias veces lo observó con las manos pintadas y los bluyines de colores, ya que era pintor, además expresó que Quiñónez también le tocó, en vez de pista de atletismo, batir mezcla, porque era un trabajador de la construcción.
El olor a cemento y arena se fueron sumando todos los días, pero eso no era para él, claro que a veces las ganas de jugar fútbol estaban ahí, pero Dios le tenía marcado el atletismo.
Regreso a Esmeraldas con una vida llena de sacrificios y sobre todo con ganas de salir adelante, Álex salió con el apoyo de su familia.
Hoy 14 millones de ecuatorianos y toda Sudamérica esperarán que sea las 14:55 para que el corazón nos palpite más rápido, para ver cómo nuestro Quiñónez está en la gran final de los 200 metros, en la tercera fila, y ante los más veloces del mundo.
Lo que pase hoy será lo que ya estaba escrito en su vida, pero por todo lo que ha hecho el “ídolo” del barrio La Guacharaca, ya es un ganador de la medalla de oro, al esfuerzo, a las ganas y, sobre todo, a saber sobresalir en un país donde el aporte al deportista amateur es escaso.
Bien por Quiñónez, lo mejor hasta el momento de Londres 2012. Y ya obtiene varios regalos inolvidables antes de su cumpleaños 23, el sábado.
Hoy solo esperamos que sean las 14:55 y estar frente al Tv... y ver por primera vez a un ecuatoriano entre los más veloces del mundo.
Y como nunca le he deseado mal a nadie... pero justo hoy se me dio por pedir algo “malo”... y creo que es el sueño de muchos ecuatorianos... que todos los rivales de Quiñónez, incluido Bolt, les dé una de esas “voladoras”, ustedes saben de lo que hablamos, pero que sea solo a las 14:55, nada más.
Vamos Quiñónez, por Ecuador, por tu familia, por tu barrio, por los 36 deportistas que han dejado todo el sudor en Londres y también por quienes fueron de “paseíto”.Los rayos
Londres (EFE).- Los jamaicanos Usain Bolt y Johan Blake sortearon los peligros que entrañaban las semifinales de 200 metros y se citaron para hoy, para ajustar cuentas en la final olímpica, cinco días después de librar su primer combate en Londres 2012, en la final del hectómetro.
Bolt, ganador de la final de los 100 metros con la segunda mejor marca de la historia (9.63), salió en la segunda serie junto a rivales desconocidos entre la aristocracia de los velocistas.
Por la calle seis, Bolt salió lento (192 milésimas), protegiéndose de una salida falsa, luego controló por el rabillo del ojo al sudafricano Anaso Jobodwana, el único que se le aproximaba, y se impuso con 20.18, precediendo a este (20.26) y al ecuatoriano Álex Quiñónez, tercero con 20.37, que pasó en la repesca.