Un ciudadano que se gana la vida realizando carreras como taxista informal fue víctima de múltiples torturas por parte de tres desconocidos que le solicitaron una carrera hacia el norte de Guayaquil.
Norberto Cobos Muñoz, de 32 años, aseguró que la noche del pasado martes, alrededor de las 20:00, hizo una carrera cerca del fuerte militar Huancavilca.
“Un joven me detuvo y paré creyendo que se trataba de algún soldado, pero al detenerme salieron otros dos tipos y me sometieron hasta llevarme a la vía a Daule”, indicó.
El auto, un Aveo Activo blanco, de placa GRZ-3856, posee un dispositivo que impide su salida de Guayaquil. Los pillos obligaron a Norberto a llamar a la propietaria del vehículo y pedir que desactive el dispositivo bajo engaños.
“Recibí una llamada a mi número del joven diciéndome que llevaba a unos conocidos de emergencia, quienes necesitaban salir de Guayaquil y que le ayudara desbloqueando el carro. Después no supe más de él”, expresó Ermelinda Vidal, dueña del auto.
Dentro del Aveo, Norberto Cobos fue víctima de varias torturas. “Un tipo tomó el volante y a mí me llevaban atrás con dos sujetos que se habían drogado. Cada vez que pasábamos junto a un carro, ellos me ahorcaban con alguna cosa para que no hiciera bulla”.
El nerviosismo se apodera de su ser cuando recuerda que “tuve miedo por mi vida porque los dos que estaban drogados me amenazaban con matarme, pero el que manejaba les decía que me dejen tranquilo. Me hicieron varias torturas, en la espalda, en los brazos y hasta en las piernas tengo las huellas de los golpes” denunció.
Mientras lo mantenían sometido, el conductor que no había consumido drogas le dijo: “fresco flaco. No te pasará nada. Solo queremos el carro para hacer una ronda y lo luego lo dejaremos abandonado”.
Su martirio terminó alrededor de las 03:00 cuando lo abandonaron en un camino de piedras. El afectado debió esforzarse para librarse de las ataduras en sus pies y manos y caminó algunos metros hasta solicitar ayuda a un campesino que llamó a la Policía.
Herido y con las huellas de tortura llegó hasta las instalaciones de la Fiscalía, adjunta a la Policía Judicial del Guayas. Junto a la propietaria del vehículo asentaron la denuncia formal a la espera de hacer justicia.