Ni los cuidados de los médicos ni los de su esposa fueron suficientes para que Ángel Piedra Villacís sobreviva a las quemaduras que sufrió durante un incendio que consumió su vivienda.
El hombre luchó contra la muerte durante ocho días en el hospital Luis Vernaza, pero el martes pasado su cuerpo no aguantó y falleció en medio del dolor de sus familiares. Ayer Jenny Caiche acudió a la Fiscalía a presentar una denuncia y cumplir con los trámites para sepultar a su marido.
Durante su relato recordó que el pasado 6 de agosto, aproximadamente a las 20:30, se encontraba junto con su conviviente en su domicilio ubicado en la calle 23 y callejón W, cooperativa Mariscal Sucre, cerca de la vía Perimetral.
De pronto él decidió calentar comida para sus dos pequeños hijos y mientras realizaba esta acción se produjo un cortocircuito en los cables de luz del interior de la casa.
La viuda añadió que en el momento en que brotaron las chispas explotó la conexión del gas y su marido, en medio de la desesperación, tomó la manguera para reinstalarla y evitar que se escape el combustible doméstico.
Mientras él luchaba por evitar la contaminación, ella tomó a sus dos hijos y salió corriendo de la casa para salvarlos de cualquier desgracia. Desde ese instante no supo qué pasó con Ángel; sin embargo, desde afuera los vecinos le gritaban que baje el interruptor de luz para evitar un incendio.
No pasaron muchos minutos cuando explotó el tanque de gas y entonces el hombre salió arrastrándose por el piso gritando “Me quemo, me quemo”.
Los moradores y la angustiada mujer trataron de ayudarlo aunque en su cuerpo se evidenciaban las graves quemaduras.
Personal del Cuerpo de Bomberos llegó al sitio, cuando prácticamente todo estaba convertido en cenizas.
Los paramédicos que auxiliaron al herido dijeron que por presentar quemaduras de segundo y tercer grado debían trasladarlo rápidamente al hospital.
Piedra Villacís fue llevado al Luis Vernaza donde permaneció asilado hasta el martes 14, cuando falleció luego de sufrir el tercer paro cardiaco.
En la noche de la desgracia, el mayor William Muñoz, jefe de la división de ambulancias, informó que dos personas que ayudaron a apagar el incendio resultaron con asfixia y dos fueron atendidas por crisis de pánico.