¿Quiénes son los Casares? Le pregunto a una señora que sale de la tienda de abarrotes. Ella abre los ojos sorprendida, duda un segundo y luego responde en voz baja: “son unos pillos que viven en el barrio”, advierte.
Enseguida la mujer pide que bajo ninguna circunstancia revelemos su identidad, mucho menos tomarle una fotografía. “No ve que ellos son peligrosos y me vayan a reconocer”.
Similar reacción tuvo un joven al que también le preguntamos por ellos.
San Antonio de Pichincha es el sector donde queda el monumento a la Mitad del Mundo, parece un sitio sumamente tranquilo, alejado de la inseguridad que aqueja a gran parte de la capital. Pero la realidad es algo distinta de acuerdo a la opinión de sus moradores.
La llamada de una ciudadana nos condujo hasta el barrio Santo Domingo. Según la moradora, allí habita un grupo de personas dedicado delinquir, ya sea asaltando a gente en la calle, ingresando a robar en casas o hasta vendiendo drogas. Los identificó como los “Casares”.
Mencionar aquel nombre en el vecindario causa recelo entre los habitantes. Algunos confiesan tenerles miedo y prefieren eludir el tema. Otros hablan con la condición de no delatar sus nombres.
“Diana” cuenta que hace unos cinco años los “Casares” llegaron al barrio y las cosas se pusieron más feas de lo que estaban, porque la delincuencia aterrizó en San Antonio desde hace mucho tiempo.
Varios vecinos denuncian haber sido víctimas no solamente de ellos, sino también de otras bandas que operan en el sector. “Negado a salir de las casas pasadas las ocho de la noche”, dice “Juan”. Hace unos meses su vivienda, ubicada en un conjunto habitacional, fue asaltada.
Como es de esperarse, la vecindad reclama mayor protección. “Clara” asegura que en ciertos sitios de San Antonio existe venta de droga, especialmente en horas de la noche. Los robos a transeúntes se agravan, pues algunos barrios todavía no tienen alumbrado eléctrico, aparte las calles son empedradas, por lo que el transporte público no llega hasta allá, así que deben tomar taxis para movilizarse.
Para la Policía el problema con los “Casares” y otras tres agrupaciones delictivas es bien conocido. Los tienen identificados a cada uno de ellos. Saben con exactitud quiénes son, por dónde deambulan, por eso es que los atrapan a cada rato. Así lo afirma la teniente Silvana Portilla, jefa del Circuito San Antonio.
“Nuestro deber es arrestar a personas que actúan fuera de la ley y ponerlas a órdenes de la autoridad competente, luego de eso está en manos de los jueces de decidir el futuro de los detenidos”, indica.
Portilla explica que la situación específica con los “Casares” se complica porque ellos son propietarios de la vivienda que habitan, por tanto no pueden obligarlos a salir de ahí o expulsarlos del barrio por más que el resto de la ciudadanía lo desee.
La Policía también ha detectado cuatro puntos donde se concentra más actividad delincuencial. Uno de ellos es el mercado central y otro la parada de buses. En el último punto se instaló un destacamento móvil de seguridad que es atendido las 24 horas del día en turnos de dos agentes cada ocho horas.
El retén móvil se instaló desde junio, debido a que existían muchas denuncias de robos dentro de las unidades de transporte, así como en aquella parada.
La Unidad de Policía Comunitaria de San Antonio cuenta con ocho elementos, pero Portilla considera que hacen falta más personal, dice que deberían ser quince por lo menos.
Para extender la vigilancia se realizan patrullajes a pie, en vehículo y motocicleta, Portilla admite que la población aún está acorralada por la inseguridad, sin embargo, sostiene que las acciones emprendidas arrojan resultados favorables. Además, se prepara un plan para la instalación de alarmas comunitarias. En caso de emergencia los números de contacto de la UPC son: 099235357 / 2344922.
“Clemencia” sí ha visto mayor presencia policial en las calles, pero sigue sin poder caminar tranquila cuando cae la noche y debe dirigirse a su domicilio en el barrio Santo Domingo. (VS)