“Salve, salve, Gran Señora... Salve poderosa Madre... Salve emperatriz del cielo...”, coreaban al unísono miles de devotos católicos que ayer se agolparon para ver una réplica exacta de la imagen de la Virgen de Guadalupe.Desde muy temprano los fieles cristianos tomaron posición en la iglesia de La Merced, ubicada en Chile y Cuenca. A las 09:00 dio inicio al tedeum ofrecido por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.Gente de todas las edades y de todos los rincones de la ciudad se reunieron para rendir honores a la Emperatriz de América, como también se conoce a la Virgen.La imagen es una de las 120 réplicas repartidas en el mundo y que fueron tocadas por el lienzo original donde se presentó la primera manifestación de María, allá por 1531.En el templo no cabía un alma más. Todo estaba abarrotado. Afuera esperaban aquellos que no alcanzaron a ingresar.A eso de las 10:00 culminó la ceremonia para dar paso a la peregrinación hasta la basílica del Voto Nacional, donde se ofrecería una nueva misa a cargo del arzobispo de Quito, Fausto Gabriel Trávez.Diez cuadras caminando bajó un sol intenso no desgastaron a los creyentes de la Madre Santísima. Al contrario, las ganas por estar cerca de la imagen les daba impulsos para continuar.Alrededor abundaban los comerciantes ambulantes cargados de estampas de figuras celestiales y cuanto objeto religioso pudiera imaginarse. Los vendían desde 50 centavos hasta tres dólares.“Lleve su recuerdo de la Virgen”, gritaban, alzando con las manos los productos para que todos los vieran.No faltaba quienes aseguraban ser bendecidos con un milagro. Desde curar enfermedades, salvar de una muerte segura, sacar del camino del mal a una persona, toda clase de sucesos se le atribuían a la Santísima.“Es cuestión de fe. No solo hay que rezar, por rezar. Hay que ser bien devoto de la virgencita”, comentaba Eugenia Ramírez, una mujer de aproximadamente 60 años, quien le agradecía a la Santa Madre haberse curado de un problema en las articulaciones que no la dejaban caminar.Para las 11:15 el lienzo ingresó a la basílica del Voto Nacional, situada en la calle Venezuela, y rodeada de unas 5 mil personas.Entre los asistentes también estaban aquellos esperanzados por un favor divino.“No le puedo contar lo que deseo, porque luego no se hace realidad, solo le digo que es de vida o muerte”, contó José Cruz, de 52 años. Un hombre de mediana estatura con el cabello cano, la piel morena y que sobre sus hombros llevaba a su nieto de 7, a quien le enseñaba a adorar a la Virgen de Guadalupe.José es taxista y se enteró del evento apenas un par de horas antes de la misa en La Merced. Dejó a su último cliente en la Plaza Grande y fue directo a su casa, en Chimbacalle, a recoger a su mujer y al niño. “Mi mamacita era muy creyente. Ella siempre le rezaba a la virgencita”, aseguró.La réplica mide 1.70 centímetros de largo por 1.30 de ancho. Su llegada al país fue posible gracias a la donación de la basílica de Guadalupe, en México. La organización católica Misión por el Amor de Dios se encargó de la logística.Luego de la ceremonia presidida por el arzobispo Trávez, la Virgen fue llevada a la capilla del Inmaculado Corazón de María, donde permanecerá.Guadalupe encabezó a 17 imágenes marianas llevadas por diplomáticos de igual número de países latinoamericanos que participaron del homenaje.Los devotos católicos podrán visitar el lienzo todos los días, pues la capilla estará abierta de domingo a domingo.
“Salve, salve, Gran Señora... Salve poderosa Madre... Salve emperatriz del cielo...”, coreaban al unísono miles de devotos católicos que ayer se agolparon para ver una réplica exacta de la imagen de la Virgen de Guadalupe.Desde muy temprano los fieles cristianos tomaron posición en la iglesia de La Merced, ubicada en Chile y Cuenca. A las 09:00 dio inicio al tedeum ofrecido por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.Gente de todas las edades y de todos los rincones de la ciudad se reunieron para rendir honores a la Emperatriz de América, como también se conoce a la Virgen.La imagen es una de las 120 réplicas repartidas en el mundo y que fueron tocadas por el lienzo original donde se presentó la primera manifestación de María, allá por 1531.En el templo no cabía un alma más. Todo estaba abarrotado. Afuera esperaban aquellos que no alcanzaron a ingresar.A eso de las 10:00 culminó la ceremonia para dar paso a la peregrinación hasta la basílica del Voto Nacional, donde se ofrecería una nueva misa a cargo del arzobispo de Quito, Fausto Gabriel Trávez.Diez cuadras caminando bajó un sol intenso no desgastaron a los creyentes de la Madre Santísima. Al contrario, las ganas por estar cerca de la imagen les daba impulsos para continuar.Alrededor abundaban los comerciantes ambulantes cargados de estampas de figuras celestiales y cuanto objeto religioso pudiera imaginarse. Los vendían desde 50 centavos hasta tres dólares.“Lleve su recuerdo de la Virgen”, gritaban, alzando con las manos los productos para que todos los vieran.No faltaba quienes aseguraban ser bendecidos con un milagro. Desde curar enfermedades, salvar de una muerte segura, sacar del camino del mal a una persona, toda clase de sucesos se le atribuían a la Santísima.“Es cuestión de fe. No solo hay que rezar, por rezar. Hay que ser bien devoto de la virgencita”, comentaba Eugenia Ramírez, una mujer de aproximadamente 60 años, quien le agradecía a la Santa Madre haberse curado de un problema en las articulaciones que no la dejaban caminar.Para las 11:15 el lienzo ingresó a la basílica del Voto Nacional, situada en la calle Venezuela, y rodeada de unas 5 mil personas.Entre los asistentes también estaban aquellos esperanzados por un favor divino.“No le puedo contar lo que deseo, porque luego no se hace realidad, solo le digo que es de vida o muerte”, contó José Cruz, de 52 años. Un hombre de mediana estatura con el cabello cano, la piel morena y que sobre sus hombros llevaba a su nieto de 7, a quien le enseñaba a adorar a la Virgen de Guadalupe.José es taxista y se enteró del evento apenas un par de horas antes de la misa en La Merced. Dejó a su último cliente en la Plaza Grande y fue directo a su casa, en Chimbacalle, a recoger a su mujer y al niño. “Mi mamacita era muy creyente. Ella siempre le rezaba a la virgencita”, aseguró.La réplica mide 1.70 centímetros de largo por 1.30 de ancho. Su llegada al país fue posible gracias a la donación de la basílica de Guadalupe, en México. La organización católica Misión por el Amor de Dios se encargó de la logística.Luego de la ceremonia presidida por el arzobispo Trávez, la Virgen fue llevada a la capilla del Inmaculado Corazón de María, donde permanecerá.Guadalupe encabezó a 17 imágenes marianas llevadas por diplomáticos de igual número de países latinoamericanos que participaron del homenaje.Los devotos católicos podrán visitar el lienzo todos los días, pues la capilla estará abierta de domingo a domingo.