Fue a la misa de su vecina, luego la visitó en su tumba, pero ahora ambas comparten un sitio en el camposanto. La señora apareció muerta luego de esa cita, de forma misteriosa y dentro de un pozo.
Guisella Felipa Ramírez López, de 33 años, salió de su casa en el sitio Judipa, de Daule, el sábado a las 08:00, en una de las camionetas que fueron fletadas para ir a ese cantón a la misa de Mariana San Lucas, vecina de la víctima, quien cumplía un año de muerta.
Según su hija Yéssica Torres Ramírez, de 18 años, su madre acudió al acto religioso a las 10:00 en la iglesia Señor de los Milagros, de Daule. Posteriormente de la casa de Dios, Guisella fue al camposanto y se arrodilló en la tumba de su amiga Mariana, sin sospechar que después de cinco días le haría compañía en ese lugar.
SE FUE A UNA BARRA
Conversaciones iban y venían y al parecer ella se encontró con unas amistades y, según sus allegados, se fue a libar en la barra bar Tres Corazones, de Ánima, de Daule.
Guisella llegó a las 16:00 al sitio de diversión, donde se puso a levantar el codo con sus “panas” hasta las 19:00. Un supuesto amigo de la señora la sacó de la barra y se la llevó hacia la entrada del recinto Boca de las Piñas, a bordo de una bicicleta, según expresó su hija Yéssica.
Agregó la allegada, que luego su madre habría tomado una moto, al parecer para que la lleve a su domicilio y de allí no supieron más de ella.
LA HALLARON
Como la noche del sábado Guisella Ramírez no llegó a casa, sus familiares se preocuparon y empezaron a buscarla por todos lados, pero no tenían pista de dónde estaría.
El lunes por la tarde Mayra Ramírez López, su hermana, acudió a la Fiscalía de Daule, donde denunció su desaparición.
Ayer por la mañana un campesino de la zona buscaba un ternero que se le había extraviado y le llegó un olor pestilente que provenía de un pozo que antes servía como reservorio para regar los sembríos de arroz.
Como el pozo estaba sin tapa, el hombre se dirigió al lugar y se percató que había un cuerpo humano dentro del hoyo y comunicó a la Policía de Daule.
Minutos más tarde llegaron los agentes de Criminalística, al mando del teniente Paúl Erazo, junto al fiscal de turno Rosendo Merino, quien ordenó las diligencias. Solo se apreciaba su cabeza y el resto del cuerpo estaba hundido entre los sedimentos y ramas de árboles.
Erazo pidió ayuda a los moradores y con una pedazo de madera y una soga ataron el cuerpo y lo sacaron desde una profundidad de unos 8 metros donde había caído. Después de 45 minutos el cuerpo fue recuperado y una vez en tierra firme los familiares no soportaron el dolor. Rostros llenos de lágrimas y abrazos interminables se apreciaban entre los deudos.
Guisella era madre soltera de tres hijos, vivía con su mamá Antonia López y estaba separado de su conviviente hace 10 años. (ERS)
SOSPECHAN QUE LA MATARON
Según el forense Washington Palma Manzaba, tenía unas 72 horas de fallecida. Sus familiares sospechan que fue asesinada y lanzada al pozo, y que no se cayó. La causa de la muerte no se determinó por cuanto hasta el cierre de esta edición no le practicaban la autopsia
Mariana López, prima de Guisella, acotó que no se hallaron los documentos de la víctima, así como un celular y 150 dólares que su hijo Darío Torres le había enviado desde Cerecita.