No parecía que era su debut, es más, el entrenador Gustavo Costas le dio hasta minutos del segundo tiempo para que actúe, y lo hizo bien.
Cuando salió al cambio Damián Díaz lo felicito y recibió el aplauso de más de 15.000 personas, en el camerino Costas le dijo que había hecho un buen trabajo.
A Kevin Alejandro Torres Andrade, de 18 años, segundo de cuatro hermanos del hogar de Janeth Andrade y Jhonny Torres, desde “peladito” le gustó el fútbol. A los 9 años era un delantero con gol del equipo Juventud de la ciudadela Juan Pastor, de su querido Naranjal. Luego pasó a la escuela Marcos Chica por tres años.
Cuando tenía 13 años decidió probar suerte en Barcelona, llegó a Guayaquil. Todo estaba escrito para su llegada al Ídolo.
Lo dejaron en la terminal terrestre de Guayaquil y debió subirse al bus de la línea 2, hasta llegar al Monumental. Llegó tarde al igual que el entrenador Castillo, pero eso valió para estar en el momento preciso para que lo vean.
En el primer entrenamiento su juego llenó la vista del entrenador y fue el comienzo de un camino con obstáculos y sacrificios, pero que han servido de mucho en la vida de Kevin.
“Hice tres jugadas que me salieron muy bien y me expresaron que siga entrenando, recuerdo que cuando llegué a casa le comenté a mi madre y estaba contenta, y como tenía 13 años ella no quería que siga viniendo porque estaban de por medio los estudios, pero después comprendió, gracias a Dios siempre he tenido el apoyo de ella y de mi papá, que por cierto todos son amarillos”, mencionó.
Los dos primeros años le tocó viajar todos los días desde Naranjal a Guayaquil, uno de los obstáculos fue una lesión que sufrió que por poco le cuesta su carrera deportiva.
“Recuerdo que llegué a la Sub-14, pero terminé jugando en la Sub-16, me hicieron un contrato y me quedé. En el 2011 estuve en la reserva del equipo, yo decía que estaba a un paso del equipo de primera y eso fue lo que pasó, entrenaba con el profesor Jhonny Perlaza, era mucha emoción, después me vio el técnico Luis Zubeldía, quien me hacía concentrar con el equipo de mayores, eso era una felicidad”, afirmó el joven Torres.
Este año debutó oficialmente de volante en el torneo nacional frente al Deportivo Cuenca, pero ya había jugado de defensa central en el Clásico del Yasuní en el Alberto Spencer, luego en el mismo encuentro en Nueva Jersey, antes lo había hecho en Machala y Babahoyo.
Sin nervios
Torres jugó el partido ante el Cuenca sin nervios, expresó que se sintió de lo mejor, sin ningún miedo a nada, y que al final sus compañeros lo felicitaron, pero que después del cotejo vivió algo que jamás olvidará, no podía dormir después de golear al equipo “morlaco”.
“Sabes, en el encuentro estuve tranquilo, pero después no podía dormir, no creía que había jugado en el Monumental y de la forma que lo hice, ese era mi sueño de siempre, pero también me recordaba que estuve a punto de dejar lo que más amo: el fútbol, me acordaba que hubo días que pensé mejor trabajar para ayudar a mi papá, también me recordaba que no jugué bien en Machala”, señaló Torres Andrade, quien tiene “bien clarita” su vida en el fútbol.
“Pensé que me afectaría la presión de la gente, pero cuando salí la hinchada me aplaudió”, agregó.
El joven jugador del Barcelona es admirador de Antonio Valencia: “Es lo máximo como ecuatoriano”, dijo.
Sus sueños son conseguir la estrella 14 con Barcelona e ir paso a paso mirando a la selección nacional.
Sobre el debut indicó: “Yo no me lo creía, es un regalo de Dios, pero hay que seguir trabajando como cuando llegue al equipo”.
Kevin para sus amigos es conocido como “Naranjito”. “Fue una vez que un compañero necesitaba poner mi nombre, pero no recordaba cómo me llamaba y como sabía que viajaba de Naranjal, me puso ‘Naranjito’, claro que se confunde con el nombre de otro cantón”, manifestó entre risas.
Le da gracias a Dios y a todos por el momento que atraviesa. “Mi agradecimiento a Dios, a mi madre y el apoyo incondicional de mi padre, de mis compañeros, de mis amigos y de todos quienes me apoyan, del profesor Costas, quien confía en lo que vengo haciendo”.
Kevin Torres, la nueva cara del Barcelona, sueña con la corona 14 y, sobre todo, abrirse paso en el mundo del fútbol, en el que comenzó con pie derecho.