Si en las poblaciones de la Sierra en esta época se elaboran las denominadas guaguas de pan, en Cadeate, población de la provincia de Santa Elena, sus habitantes preparan el “pan de muerto”.
“Los turistas le dicen guaguas, pero para nosotros son los ‘panes de muerto’, así nos enseñaron nuestros ancestros y seguimos con esa tradición”, señaló Milton Reyes, propietario de la panadería La Yapa, ubicada en la vía principal del poblado.
La comuna Cadeate, situada al norte de la península, en la denominada ruta del Spondylus, tiene aproximadamente 1.500 habitantes, el 80% de estos se dedica a la panificación, por eso aquí existen un centenar de locales dedicados al expendio del producto.
Sin duda que la mejor época del año que tienen estos artesanos son los días previos a la celebración de los fieles difuntos. A este lugar llegan personas de diferentes partes de Santa Elena y Manabí a comprar este alimento, que es servido en la mesa durante este feriado.
Por ser tanta la demanda, familias enteras trabajan día noche para satisfacer la gran cantidad de pedidos. En ciertos casos hasta los mismos clientes colaboran en la elaboración de los panes.
Marlene Alejandro viajó desde la ciudad de Santa Elena hasta Cadeate para comprar los “panes de muerto”, que junto al picante de pescado, el arroz con dulce y la colada morada servirán en memoria de sus familiares fallecidos.
La mujer indicó que esta tradición la realiza hace medio siglo. “Todos los años vengo a Cadeate a llevar los panes que yo misma ayudo a hacer, aquí se lo prepara como le gustaban a los finados”, aseguró.
HORNO DE LEÑA
El criterio de Alejandro es compartido por Ciro Holguín, quien arribó al lugar desde el puerto de Jaramijó (Manabí). Para él los panes que se elaboran en Cadeate tienen un sabor especial.
Uno de los secretos es que aquí la harina se la amasa a pulso y los panes son cocidos en grandes hornos de leña.
Lorenzo Figueroa, propietario de la panadería Rosita, explicó que esto le da un sabor especial al pan y es el éxito que tiene esta comuna. “Cadeate es considerada como la capital del pan, ni los colombianos con tantas máquinas nos pudieron superar”, expresó orgulloso.
Figueroa espera amasar durante estos días 50 quintales de harina. “Gracias a Dios tenemos pedido de todas partes, los clientes de Anconcito han sido los primeros en recibir el producto”, manifestó.
CÓMO ALMACENAN
Al producir tantos panes, las vitrinas y las habitaciones de las viviendas lucen llenas del producto.
Los comuneros de Cadeate señalan que con las ganancias que obtienen en estos días financian varios electrodomésticos que son necesarios en sus hogares.