Con 30 libras menos, producto de la diabetes, el cantante Pepe Parra se quejó amargamente de que la enfermedad llegó para trastocar su vida.
“No me dejan comer nada, me tienen a dieta, me han quitado el arroz y la papa”, sostuvo con amargura el otrora reconocido empresario, pero ante todo artista, quien en el año 70 fue el anfitrión del popular programa La discoteca del 10 (antes Telecentro, ahora TCTV), que luego se llamó La discoteca de Pepe Parra, en el que actuaron artistas nacionales y extranjeros.
Aunque la diabetes le fue detectada a raíz de que se rompiera la cadera, hace aproximadamente dos años, fueron los problemas personales los que terminaron por agravarla, hace cinco meses, al punto de que Pepe dice “no querer vivir”.
“Don Pepe estaba bien, pero por los escándalos que sacaron algunos medios de comunicación con el problema de mi hija y el bebé, él no quiso saber nada. Además, mintieron al decir que estaban separados, cuando eso nunca ocurrió”, aseguró doña Martha Cevallos, madre de Yvonne Ayauca o “Chiquivón”, esposa de Parra. La mujer, quien no pierde de vista a su nieto de un año, cuatro meses, se refiere a la noticia sobre la verdadera paternidad del niño que tuvo Ayauca y que recayó sobre un reconocido empresario guayaquileño.
De aquel personaje de amplia sonrisa y gran sentido del humor no queda casi nada. Su mirada se pierde en el infinito, habla muy poco, tal vez lo necesario, para decir que “extraña los helados de chocolate con harta azúcar y el arroz con puré de papas y carne apanada”, su plato y postre preferidos, prohibidos por el médico.
Con 67 años, el cantante de dos metros de estatura, graduado de Ingeniero Comercial en la Católica, dos veces divorciado y padre de 4 hijos (tres de ellos cantantes LaVivi, Danilo y José Daniel), es según su suegra como un niño. Ella es la encargada de cuidarlo junto a su nieto de vivaces ojos rasgados, color aceituna, quien es el alma del sencillo hogar ubicado en la segunda etapa de la Primavera 2, en Durán.
“Don Pepe es peor que mi nieto. No quiere comer, hoy finalmente logramos que se rasure, no quiere salir a trabajar, está muy afectado, no quiere nada”, explicó con evidente preocupación doña Martha, quien además aseguró que Parra está en manos de psicólogos. Debido al estado de Pepe es su esposa la encargada de llevar las riendas del hogar.
“Arriba hermano” Giselle Villagómez
“Pepe es mi hermano de toda la vida; siempre fue un hombre positivo y alegre. Él siempre contaba el cacho de moda y la anécdota más divertida. La vida es para adelante, quiero que continúes así. Todos cometemos errores, lo más importante es que nos levantemos de cada caída. Los que te queremos deseamos verte bien. Y recuerden que el que no haya cometido errores, ¡que tire la primera piedra! Es momento de que todos los que hemos sido sus amigos apoyemos a este gran talento ecuatoriano, padre de una dinastía de artistas. Invito a todos los artistas ecuatorianos a unirnos en esta causa. ¡Arriba Pepe, arriba hermano!”.
“Recupérate pronto” Luzmila Nicocalde
“¡Ay Pepito!, de todo corazón espero que te recuperes pronto. Eres mi amigo del alma. A ti te admiro de toda la vida y te recuerdo en especial en mi adolescencia cuando fui parte de tu popular Discoteca de Pepe Parra, que transmitía TC Televisión en los setenta.
Tú me diste la oportunidad de trabajar contigo y por eso te recuerdo con gran amor. Desde aquí te envío mis bendiciones y quiero que sepas que en mí tienes una gran amiga con la que puedes contar para todo. Arriba ese ánimo y demúestrame que eres el gran señor que todos conocemos. Queremos tener Pepe Parra para muchos años más”.
“Te envío bendiciones” Irma Aráuz
“Pepe, confía en Dios. Él existe y está con la gente buena, honorable. Mi consejo es que le ofrezcas algo a él por tu salud, tal como lo hice cuando mi hijo se enfermó gravemente y Él me lo sanó. Soy católica y sé del poder de Jesús, si estás con Él nada te falta. La diabetes es una enfermedad seria, pero si la sabes llevar se puede vivir largamente. Ofrezco la ayuda de mi esposo y de mis hijos que son médicos y que saben cómo tratar adecuadamente este mal. Como hermana y compañera te envío todas las bendiciones y que el Señor te haga el milagro de recuperarte prontamente. ¡Vamos Pepe, sigue adelante!”.