Cuando la familia Gavilánez está en la mesa solo habla de Barcelona. Incluso se acuesta y se levanta hablando del Ídolo del Ecuador. Por eso es considerada en Ambato como la única en la que padres, hijos, nietos, yernos, cuñados, sobrinos y hasta la mascota se visten de amarillo cada vez que juega el equipo “torero”.
Son barcelonistas de alma y corazón. “En mi casa nadie habla de otro equipo que no sea Barcelona, mis hijas se saben de memoria las alineaciones y hasta mi hijo Matías que tiene un añito, ya sabe lo que significa Barcelona porque cada vez que mis hijas se ponen la camiseta, el nene besa el escudo del equipo y aplaude cuando va al estadio y ve que todo el mundo grita alguna jugada o gol”, dice Julio Gavilánez, quien es muy conocido en Ambato porque es propietario de la cadena de restaurante Barcelona que existe en toda la provincia de Tungurahua, cuya matriz está en las calles Mera y 12 de Noviembre.
Julio y su familia dan hasta la vida por los amarillos. Confiesa que antes de que su equipo juegue, se reúnen, ya sea en casa de familia o en uno de sus locales de comida, para preparar la ida al estadio y charlar sobre la forma como podría jugar Barcelona y la posible formación que utilice el técnico Gustavo Costas. “Nos gusta mucho como juega el equipo, ojalá seamos campeones”, agrega Verónica Luzuriaga, esposa de Julio y madre de Matías.
SABEN MUCHO
Gabriela y Carolina son sus hijas mayores y saben tanto de fútbol que tranquilamente pueden hablar del tema con los más sonados comentaristas deportivos del país. Y Matías tampoco se queda atrás, pese a que aún no habla correctamente, ya sabe que la amarilla manda en casa.
“Este año tenemos que ser campeones, ante Macará de seguro ganaremos y esperamos que Emelec pierda con Técnico Universitario para levantar acá en Ambato la copa. Para mañana me gustaría que juegue Máximo Banguera en el arco, en la defensa Pablo Saucedo, José Perlaza y Frikson Erazo, en la media cancha Brayan de la Torre, Hólger Matamoros, Damián Díaz, Carlos Grueso y Matías Oyola, para dejar adelante a Michael Arroyo y Narciso Mina, con esos hombres no habrá equipo que nos gane el domingo”, señala Gabriela.
Mientras que su ñaña Carolina dice que el esposo es fanático de Liga de Quito, pero que está tratando de que sea haga hincha amarillo y ya falta poco para lograrlo, porque en su familia todos deben ser hinchas del Barcelona. “Cuando Liga ha jugado en Ambato le ha tocado irse solito al estadio, nosotros vamos en familia cuando juega Barcelona”, manifiesta, mientras ríe. (CAT)
FIDELIDAD
Julio comenta que su padre era un guayaquileño “enfermo” por Barcelona. Ya falleció hace 10 años, pero nunca se perdía un partido del equipo de sus amores y eso hizo que sus hijos Julio, Juan Carlos y Sofía Gavilánez crezcan con la amarilla.
“Mi padre vino para Ambato desde Guayaquil hace más de 50 años y estableció el negocio de comidas”, dice Julio.
Pero el nombre de Barcelona no fue precisamente por el equipo de sus amores, sino porque una tía que vino de España le recomendó que lo identifique con ese nombre, porque era una ciudad bonita allá en la madre patria. Y como don Julio era aficionado por los toreros, no lo pensó dos veces y desde allí restaurante Barcelona se hizo famoso en la “Tierra de los tres Juanes”.