Con el grito de “Libertad” inició ayer, cerca de las 10:30, el plantón de los amantes taurinos en las afueras de la plaza Monumental.
“Solo pido que nos respeten, yo soy torero y moriré torero, porque esa es mi profesión”, señaló Benjamín Ninahualpa, matador desde hace 50 años.
Junto al semáforo ubicado en la avenida Amazonas, varios taurinos colocaban pancartas en pro de las corridas y apoyo a las más de 100 mil personas que viven de este negocio, mientras los pitos de los automóviles que transitaban por el lugar se hacían escuchar como señal de apoyo.
“Somos mestizos, por eso las corridas taurinas también son nuestra tradición”, manifestó Edgar Salinas, torero jubilado.
Mientras tanto, antes del medio día, en el parque de El Arbolito se vivía una verdadera fiesta.
“Nuestra marcha es por la alegría que sentimos al haber dado un paso adelante para prohibir las prácticas criminales”, dijo Mercedes Regalado, activista.
La marcha de los antitaurinos arrancó con baile, música y lemas, sin embargo al llegar a la Plaza Belmonte pedían ingresar al Municipio, para pedir una vez más la cancelación de las dos corridas que se llevarán a cabo el uno y cinco de diciembre.
“Los señores no tienen permiso para ingresar al centro histórico, tienen que entender que así son las normas”, indicó en medio del tumulto el coronel Juan Salazar, encargado del operativo de seguridad.
“Aún esperamos que se respete lo que el pueblo quiteño quiere”, concluyó Felipe Ogaz, representante de la organización Diabluma. (MBM)