La historia es sacada de un libro mágico, donde los sueños se los escriben y estos se hacen realidad en la cancha. Es la magia del balón con la bendición de Dios que hace que las cosas de no creer se las viva.
Un año en el equipo de mayores de Barcelona y está listo para dar la vuelta olímpica el domingo en el Monumental.
La primera celebración la vivió al máximo con todos sus compañeros en la concentración del club y su nombre a los 19 años ya entró en los libros de la historia del Ídolo por los siglos de los siglos, amén.
Kevin Torres Andrade, uno de los juveniles con los que contó el entrenador Gustavo Costas este año y además estuvo en Nueva York y Brasil con el equipo “amarillo” dice que está soñando despierto y que no quiere parar, pero que ahora su gran meta es llegar a la Tricolor sub-20 y calidad para eso la tiene.
El festejo en la concentración es algo que nunca va a olvidar: “Fue algo único cuando terminó el partido todo era una fiesta, celebramos con todos, el respaldo y palabras de apoyo de los que tienen experiencia como Máximo Banguera, Renzo Revoredo y más nunca los olvidaré”, expresa Torres, quien en las fotos del festejo íntimo de los jugadores aparece en primera fila.
En su mente están muchas cosas, desde la tristeza por las lesiones hasta el momento que sentía cómo los aficionados gritaban fuera del Monumental.
“Cuando jugué ante el Deportivo Cuenca y goleamos me dio una alegría inmensa porque jugué todo el primer tiempo y parte del segundo, eso me dio confianza; luego el encuentro ante el Deportivo Quito, son cosas que nunca se olvidarán, pero también recuerdo los meses que estaba lesionado, las palabras del profesor Gustavo Costas han sido valiosas para tener los pies sobre la tierra en todo lo que estamos viviendo”, dice Torres Andrade, quien quiere estar en la final junto a sus padres Jhonny Torres y Janeth Andrade.
En medio de toda la euforia que se vive con la llegada de la estrella 14, Kevin recuerda a un ser querido que ya no está con él: “Nunca olvidaré los consejos de mi bisabuela Cirila, ella siempre se preocupaba por lo que me pasaba, sus palabras fueron siempre bien recibidas”, indica el juvenil, quien tuvo que viajar por varios años desde Naranjal a los entrenamientos, pero ahora se ha constituido en el primer naranjaleño en ser campeón con el “Ídolo”.
“Lo de Barcelona es un sueño cumplido, ahora trabajaré más que antes, porque mi meta con la ayuda de Dios es llegar a la selección nacional”, manifiesta el juvenil.
Con la familia
Para mañana tiene previsto estar con sus compañeros en el estadio y la celebración en Guayaquil que será de largo, pero el resto del día estará con sus familiares y amigos que siempre lo han apoyado: “Ha sido año increíble, le doy gracias a Dios por todo lo que ha pasado, pero en estos días de vacaciones estaré con la familia, los que siempre me han respaldo”, señala Torres que recibirá un placa de reconocimiento en Naranjal y para los próximos días también se prepara una celebración especial.
Torres les dejó un mensaje a los niños y jóvenes que tienen sueños en el deporte: “Si tienen sueños no los dejen a un lado, tienen que seguir luchando porque si los pelean y los trabajan van a ser realidad, siempre teniendo a Dios de su lado. El título de campeón va para todos los que nunca dejaron de soñar en la estrella 14, para mis padres, para Naranjal y para todos los que confiaron en nosotros como los directivos”, dijo Kevin, quien vive una historia sacada de un libro de magia del fútbol.
Llegó a las menores del Barcelona en el 2007, en el 2011 pasó al equipo de mayores y en el 2012 es parte de la 14... y ahora sueña en llegar a la Tricolor sub-20. (JR)